viernes, 20 de noviembre de 2015

JEREMÍAS. LA ÉPOCA.

                Sobre la época del ministerio de Jeremías estamos bastante bien informados: gracias a los libros de los Reyes y Crónicas, documentos extrabíblicos y el mismo libro de Jeremías (suponiendo la credibilidad sustancial de dichos documentos). Es una época de cambios importantes en la esfera internacional , dramática y trágica para los judíos.

                 Durante la segunda mitad del siglo VII a.C Asiria declina rápidamente, se desmorona y cede al ataque combinado de medos y babilonios. Caen Asur, Nínive, Jarán (614-610); a estos acontecimientos parecen referirse Hah y Hab. Josías, rey de Judá, aprovecha la coyuntura para afianzar su reforma, extender sus dominios hacia el norte y atraer a miembros del destrozado reino septentrional.

                 También lo aprovecha el faraón Necao para extender sus dominios en Siria y contrarrestar el poder creciente de Babilonia. Al mezclarse Josías en la rivalidad, muere el 609. Los dos imperios se enfrentan en la batalla decisiva de Cárquemis (605), el faraón es derrotado y cede la hegemonía a Babilonia; el vencedor, Nabucodonosor, sube al trono como sucesor de Nabopolasar (605-562).

                En Judá comienza el juego de sumisión y rebelión, que acabará trágicamente. Veamos primero un cuadro de la monarquía, indicando el orden de descendencia y de reinado:

1. Amón                  (642-640).
2. Josías                  (640-609).
3. Joacaz                 (609).
4. Joaquín               (609-598).
5. Jeconías              (598).
6. Sedecías              (597-586).

              Dos reyes duran tres meses y son depuestos por el rey extranjero, egipcio o babilonio; tres reyes son hermanos; Sedecías sucede a su sobrino Jeconías. En hebreo hay que distinguir entre yehoyaqim y yehohakin. La rebelión de Joaquín, en sustancia negar el tributo, provoca la primera deportación de gente notable a Babilonia y el nombramiento de un rey sumiso (598). La rebelión de éste provoca el asedio, matanza, incendio y la gran deportación (586). Judá deja de existir como nación soberana.

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