viernes, 20 de noviembre de 2015

JEREMÍAS. CAPÍTULO 30.

Oráculo de restauración*

301Palabras que dirigió el Señor a Jeremías:
2-Así dice el Señor: Escribe en un libro todas las palabras que te he dicho. 3Porque llegarán días -oráculo del Señor- en que cambiaré la suerte de mi pueblo, Israel y Judá, dice el Señor, y los volveré a llevar a la tierra que di en posesión a sus padres.
4Palabra del Señor a Israel y Judá.
5Así dice el Señor: Gritos de pavor hemos oído,
de terror y sosiego.
6Preguntad y averiguad:
¿Es que da a luz un varón?
¿Qué veo? Todos los varones, como parturientas,
las manos a las caderas,
los rostros demudados y lívidos.
7¡Ay! Aquel día será grande y sin igual,
hora de angustia para Jacob.
Pero saldrá de ella.
8Aquel día -oráculo del Señor de los ejércitos-
romperé el yugo de tu cuello
y haré saltar las correas;
9ya no servirán a extranjeros,
servirán al Señor, su Dios,
y a David, el rey que les nombraré.
10Y tú, siervo mío, Jacob, no temas;
no te asustes, Israel -oráculo del Señor-,
que yo te salvaré del país remoto
y a tu descendencia del destierro;
Jacob volverá y descansará, reposará sin alarmas,
11porque yo estoy contigo para salvarte
-oráculo del Señor-.
Destruiré a todas las naciones
por donde os dispersé, a ti no te destruiré,
te corregiré con medida
y no te dejaré impune.
12Así dice el Señor: su fractura es incurable,
tu herida está enconada,
13no hay remedio para tu dolencia
ni cura que cierre tu herida.
14Tus amantes te olvidaron y ya no te buscan,
porque te derrotó el enemigo
con cruel escarmiento;
por la masa de sus crímenes,
por tus muchos pecados.
15¿A qué gritas por tu herida?
Tu llaga es incurable;
por la masa de tus crímenes,
por tus muchos pecados te he tratado así.
16Los que te devoran serán devorados,
todos tus enemigos irán al destierro,
los que te saquean serán saqueados,
los que te despojan serán despojados.
17Te devolveré la salud, te curaré las heridas
-oráculo del Señor-.
Te llamaban La Abandonada,
Sión, por quien nadie pregunta.
18Pues así dice el Señor:
Yo cambiaré la suerte
de las tiendas de Jacob,
compadecido de sus moradas;
sobre sus ruinas será reconstruida la ciudad,
su palacio se asentará en su puesto;
19resonarán allí himnos y rumores de fiesta;
los haré crecer y no menguar, los honraré
y no serán despreciados.
20Serán sus hijos como antaño,
asamblea estable delante de mí;
21castigaré a sus opresonres,
de ella saldrá su príncipe,
de ella nacerá su jefe, y yo lo acercaré hasta mí;
¿quién, si no, osaría acercarse a mí?
22Vosotros seréis mi pueblo, yo seré vuestro Dios,
oráculo del Señor.
23¡Atención! El Señor desencadena una tormenta,
un huracán gira
sobre la cabeza de los malvados;
24no cede el incendio de la ira del Señor,
hasta realizar y cumplir sus designios.
Al cabo de los años llegaréis a comprenderlo.

Explicación.

30-33 En el cap. 29 Jeremías proclamaba su mensaje de esperanza, supuesta la aceptación del castigo. A continuación leemos cuatro capítulos dedicados a diversos aspectos de la restauración, heterogéneos por su origen y agrupados con criterios temáticos:

a) Heterogéneos por los destinatarios y por el momento en que se pronunciaron. Según la hipótesis que hemos aceptado, Jeremías, en la primera etapa de su actividad profética, anunció la restauración al resto del reino septentrional; en vísperas de la tragedia final de Judá, le anunció también la restauración. Los dos reinos, hermanados en la desgracia, compartían una salvación común. Esto permitía reunir los oráculos y aun retocarlos para ensanchar el ámbito de los destinatarios. Donde se decía Israel-Jacob era muy fácil añadir Judá, y viceversa.

b) Elementos comunes. Además del tema común, varios motivos literarios y frases atraviesan la serie con función de motivos conductores. Quizá el más importante sea "cambio de suerte", apuntado en 29,4 y recurrente en 30,3.18; 31,23; 32,44; 33,7.11.26, abiertamente emparentado con Dt 30,3 y presente en otros autores: Os 6,11; Jl 4,1; Am 9,14; Sof 3,20; Sal 126). La referencia a un futuro indefinido, que muchas veces es señal de enlace secundario y se lee en 30,3; 31,27.31.38; 33,14. Los dos verbos de la vocación: construir en 30,18; 31,4.28.38; 32,31.35; 33,7; y plantar en 31,5.28; 32,41.

30,1 * Años 627-622.

30,2-3 Son introducción a toda la serie. Los oráculos hablan del futuro: por eso han de escribir y conservar (Is 8,16). Además, porque siendo promesas de venturas, el cumplimiento las habrá de acreditar (28,9). Tratándose de introducción a toda la serie, es lógico que los destinatarios sean Israel y Judá, hermandad que es uno de los contenidos del futuro dichoso. Suena la referencia a un futuro indefinido y el anuncio "cambiaré la suerte".

30,4-24 La composición está encerrada en una gran inclusión temática: pavor y angustia (5-7) -tormenta e ira (23-24). El cuerpo del oráculo vaticina la liberación a través e la prueba, la curación a través de la herida. Se avecina una catástrofe que afectará a todos: a los paganos como sentencia de aniquilación, a Jacob-Israel como castigo saludable, purificación-liberación. Vendrá la restauración de la capital y sus vecinos, del jefe y el pueblo. Termina con la fórmula de la alianza. Creo que el oráculo original se dirigía a Israel = Jacob, y que por tanto son adiciones: Judá en 4 y Sión en 17.

30,5-9 Comienza de repente, con la percepción violenta que se va explicando paso a paso. Conocemos el estilo lírico de irrupción en el poema: el poeta asiste, contempla, informa. Los varones son como mujeres por el dolor del trance, no por la esperada fecundidad.

307 Véase el desarrollo de Sof 1,7-18.

30,8-9 Explican los sucesos: es el día en que se quiebra un colosal yugo imperial y los esclavos recobran la libertad. La imagen del yugo: 2,20; 5,5; 27,8.11s; 28,2-14; también Is 14,24-27. Corrijo el texto hebreo que dice "ya no le servirán..."

30,10-11 Estos versos faltan en la versión griega y se leen también en 46,27s, donde no encajan fácilmente. Equivalen a ampliar a todo el reino del norte la promesa hecha al profeta: "no temas, estoy contigo". Sintiendo a Dios próximo, es posible superar el pavor que ha espantado a los más valientes.

30,12-17a Cambio de imagen; herida y fractura; véanse 4,6.20; 6,1.14; 8,11.21; 10,19; 14,17. Ni la paciente puede hacer nada para sanar ni sus amigos de antes le prestarán sus servicios: está enferma y abandonada (Sal 41,5-10). El Señor interviene, primero diagnosticando la causa de la dolencia y la justicia del castigo; lo cual ya es curación interna, pues provoca el arrepentimiento. Después y como consecuencia vendrá la curación completa.

30,13 El hebreo añade "quien juzgue tu causa", que no concuerda con el contexto próximo.

30,14 Los amantes son aquí los aliados, como en 22,20 o Lam 1,2.19.

30,16 El castigo del enemigo aplica la ley del talión.

30,17b-18 Si el original se refería a Samaría, "abandonada" tras la invasión asiria, es lógico que no mencione un templo. Al actualizar el oráculo, alguien añadió la nueva identificación "es Sión". La capital representa al pueblo entero.

30,19-20 La población, diezmada en la guerra y la deportación, vuelve a crecer. Y se llama "asamblea", título del pueblo escogido en Nm, raro en la literatura profética.

30,21 El jefe ya no será un extranjero, sino un nativo; y su nombramiento estará ratificado por el Señor (Dt 17,15). Pero evita el título de "rey". Quizá polemice con las usurpaciones y cambios de dinastía en el reino septentrional.

30,22 Fórmula clásica de alianza: 7,23; 11,4; 13,11; 24,7; 31,1.13; 32,38.

30,24 El desenlace esclarece el sentido de los acontecimientos: Dt 29,1-3.

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