Cartas de Jeremías
291Texto de la carta que el profeta Jeremías envió desde Jerusalén a los desterrados; a los concejales, sacerdotes, profetas y al pueblo deportados por Nabucodonosor de Jerusalén a Babilonia.
2(Fue después de marcharse el rey Jeconías con la reina madre y los eunucos y dignatarios de Judá y Jerusalén y los artesanos y maestros de Jerusalén).
3La envió por medio de Elasa, hijo de Safán, y de Gamarías, hijo de Jelcías, legados de Sedecías, rey de Judá, a Nabucodonosor, rey de Babilonia:
4"Así dice el Señor de los ejércitos, Dios de Israel, a todos los deportados que yo llevé de Jerusalén a Babilonia:
>>Construid casas y habitadlas, plantad huertos y comed sus frutos, casaos y engendrad hijos e hijas, 6tomad esposas para vuestros hijos y casad a vuestras hijas, para que ellas engendren hijos e hijas; creced allí y no mengüéis. 7Pedid por la prosperidad de la ciudad adonde yo os desterré y rezad al Señor por ella, porque su prosperidad será la vuestra.
8>>Así dice el Señor de los ejércitos, Dios de Israel: no os dejéis engañar por los profetas y adivinos que viven entre vosotros; no hagáis caso de los sueños que soñáis, 9porque os profetizan embustes en mi nombre, y yo no los envié, oráculo del Señor.
10>> Esto es lo que dice el Señor: Cuando se cumplan setenta años en Babilonia, me ocuparé de vosotros, os cumpliré mis promesas trayéndoos de nuevo a este lugar. 11Yo conozco mis designios sobre vosotros: designios de prosperidad, no de desgracia, de daros un porvenir y una esperanza. 12Me invocaréis, vendréis a rezarme y yo os escucharé; 13 me buscaréis y me encontraréis, si me buscáis de todo corazón; 14me dejaré encontrar y cambiaré vuestra suerte -oráculo del Señor-. Os reuniré en todas las naciones y lugares adonde os arrojé -oráculo del Señor- y os volveré a traer al lugar de donde os desterré".
15Si decís que el Señor os ha nombrado profetas en Babilonia*, 21el Señor de los ejércitos, Dios de Israel, dice a propósito de Ajab, hjo de Colayas, y de Sedecías, hijo de Masías, que os profetizan embustes en mi nombre: Yo los entregaré a Nabucodonosor, rey de Babilonia, que los hará ajusticiar en vuestra presencia. 22Y darán origen a una maldición que se correrá entre todos los judíos desterrados en Babilonia: ´El Señor te trate como a Ajab y a Sedecías, a quienes asó el rey de Babilonia´. 23Porque cometieron una infamia en Israel, adulteraron con la mujer del prójimo y contaron embustes en mi nombre sin que yo los mandase. Lo sé y lo atestiguo, oráculo del Señor".
Cartas de Samayas y de Jeremías (Jr 23,13-32,26)
24El Señor de los ejércitos, Dios de Israel, dice lo siguiente a Samayas, el nejlamita:
25-Tú has enviado por tu cuenta una carta a Sofonías, hijo de Masías, el sacerdote, en estos términos:
26"El Señor te ha nombrado sucesor del sacerdote Yehoyadá como responsable del templo; al que se desmande y se meta a profetizar lo tienes que meter en el cepo y la argolla. 27Entonces, ¿por qué no has dado un escarmiento a Jeremías, de Anatot, que se ha metido a profetizar? 28Nos ha enviado una carta a Babilonia diciendo que va para largo, que construyamos casa y las habitemos, que plantemos huertos y comamos sus frutos".
29 El sacerdote Sofonías le leyó la carta al profeta Jeremías, 30y el Señor le dirigió la palabra:
31-Envía un mensaje a los desterrados:
"Así dice el Señor acerca de Samayas, el nejlamita: Samayas os ha profetizado, sin que yo lo enviase, induciéndoos a una falsa confianza. 32Por eso, dice el Señor: Yo castigaré a Samayas, el nejlamita, y a su descendencia: no tendrá un sucesor que viva entre este pueblo, no probará los bienes que yo daré a mi pueblo, porque predicó rebelión contra el Señor -oráculo del Señor->>.
A los que quedan y a los desterrados (24,1-10)
16<<Así dice el Señor acerca del rey que sienta en el trono de David y de todo el pueblo que vive en la ciudad -de vuestros hermanos que no han ido con vosotros al destierro-. 17Así dice el Señor de los ejércitos: Yo despacharé contra ellos la espada, el hambre y la peste; los trataré como a los higos podridos que no se pueden comer de malos. 18Los perseguiré con la espada, el hambre y la peste, y haré de ellos un escarmiento para todos los reinos de la tierra, y maldición y espanto y burla y oprobio de todas las naciones por donde los dispersé. 19Porque no escucharon mis palabras -oráculo del Señor-; porque les envié constantemente a mis siervos los profetas, y no hicieron caso -oráculo del Señor-.
20>>Vosotros, los desterrados que envié de Jerusalén a Babilonia, escuchad la palabra del Señor.>>
Explicación.
29,1-23 Hasta Babilonia llegaron falsos profetas, probablemente en la primera deportación. El presente intercambio de cartas ensancha el horizonte de la controversia precedente, y muestra que se mantenían comunicaciones entre los dos grupos judíos, miembros de un mismo pueblo. El rey Sedecías enviaba sus legados al soberano, no sabemos si para refrendar el vasallaje, para entregar tributos o para despachar otros negocios.
El mensaje de Jeremías, medido con los plazos de Dios, es optimista; mientras que la medida de una vida individual ensombrece la perspectiva. En resumen, el destierro no será ni momentáneo ni definitivo. Han de continuar la vida, la familia, el trabajo, bienes cotidianos y domésticos que revelan el interés del Señor por su pueblo, no menos que las intervenciones espectaculares (cfr. Sal 127-128). Cada hijo y nieto que nazca en Babilonia será un acto de confianza en el futuro.
En contraste, los falsos profetas cultivan las ilusiones a corto plazo; quizá incitando a la rebeldía, como puede sugerir el castigo atroz de dos profetas (22). El texto hace sospechar que había acuerdo entre los falsos profetas del destierro y los de la patria; en cambio no tenemos señales de que Jeremías tuviera noticias de Ezequiel, el profeta verdadero de los desterrados. Podemos contraponer en resumen la esperanza que predican unos y otros: a corto plazo / a largo plazo; cambio externo de situación / cambio interno de conducta; predicción simple / análisis de motivos.
29,4 La carta suena como dictada por un soberano, con nombre propio y títulos. Asume la responsabilidad del destierro y mantiene su señorío sobre el pueblo que llama Israel.
29,5-6 "Construir y plantar" son los dos verbos positivos de la vocación de Jeremías (1,10), la mitad de su misión. Hay más: lo que se le negó al profeta como signo profético de castigo (cap. 16) se les concede y ordena a los desterrados: casarse y tener hijos como prenda del porvenir.
29,7 Paz y prosperidad no se conseguirán por la rebelión armada, sino aceptando, conviviendo. Es un principio político concreto, no universal: la prosperidad del estado redunda en bien de los súbditos. Los desterrados actúan como intercesores a favor de los paganos. Aunque el motivo de la súplica sea todavía interesado, al menos no triunfan el rencor vengativo ni el resentimiento.
29,8 Aunque algunos lo corrigen, el hebreo y el griego leen en segunda persona "los sueños que soñáis". Es decir, a los oráculos de los falsos profetas hacen eco los sueños de la gente: se suman y refuerzan. Analizado de otro modo: los sueños expresan deseos e ilusiones más o menos ocultos, y los profetas halagan tales ilusiones confiriéndoles carácter oracular.
29,10-14 Dios tiene su plazo histórico, que puede comunicar a su profeta. Dios realizará una salvación semejante a la del primer éxodo: sustituyendo "sacar" por "reunir" y cambiar la suerte, "introducir", por "devolver". Véanse las promesas de Lv 26,44s y Dt 30,3-6.
29,15.21-23 (Trasponiendo 16-20 al final del capítulo). El castigo juega con el nombre de uno de ellos Qolaya (=Voz del Señor), a quian asó (qala) y se hizo sinónimo de maldición (qelala). "Infamia en Israel" podría ser término técnico, según Gn 34,7; Dt 22,21; Jos 7,15; Jue 19,23s. El adulterio: recuerda el relato de Susana y los dos ancianos. La frase final equivale a la firma que refrenda el escrito.
29,15 Los vv. 16-20 van detrás del v.32.
29,24-32 La carta de Jeremías origina una nueva persecución a distancia. El hecho de que un desterrado escriba semejante carta muestra las relaciones mantenidas entre dos grupos separados por la fuerza, no convertidos por la desgracia.
29,25 Según el texto griego, la carta va dirigida a Sofonías; el hebreo amplía el círculo de destinatarios, cosa menos probable.
29,26 La carta apela al nombramiento divino y a la responsabilidad del sacerdote. El término raro "desmandarse" podría aludir a fenómenos orgiásticos al profetizar.
29,28 El cuerpo del delito se resume en los verbos construir y plantar. Como si fuera colaboracionismo con el imperio, como si delatara el deseo de echar raíces fuera de la patria. Recuérdese Sal 137,5.
29,29 Quizá en interrogatorio privado, dando una oportunidad al acusado.
29,16-20 Faltan en la versión griega, interrumpen sin justificación el texto de la carta, son resumen o antología de frases del libro, especialmente 24,1-10.
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