viernes, 20 de noviembre de 2015

JEREMÍAS. CAPÍTULO 33.

Restauración (Jr 30-31)


331Mientras Jeremías estaba todavía detenido en el atrio de la guardia, el Señor le dirigió la palabra:

2-Así dice el Señor, que hizo la tierra, la formó y la estableció; su nombre es "Señor". 3Grítame, y te contestaré, te comunicaré cosas grandes e inaccesibles que no conoces.


4Porque así dice el Señor de Israel a las casas de esta ciudad y a los palacios reales de Judá ahora arrasados por el asedio y la espada: 5Ahora vienen a pelear contra ellas los caldeos, y a llenarla de cadáveres humanos; porque yo la herí con ira y cólera, oculté mi rostro a esta ciudad, por todas sus maldades.

6Yo mismo le traeré restablecimiento y curación, y les revelaré un rebose de paz y de fidelidad. 7Cambiaré la suerte de Judá y la suerte de Israel, y los edificaré como en otro tiempo; 8los purificaré de todos los crímenes que cometieron contra mí, les perdonaré todos los crímenes que cometieron contra mí, rebelándose contra mí.
9Jerusalén será título de gozo, alabanza y honor, para mí y para todas las naciones de la tierra que oigan contar todo el bien que les he hecho, y los temerán y respetarán, por todo el bien y la paz que les he dado.


10Así dice el Señor:

En este lugar del que decís que está en ruinas,
sin hombres ni ganado;
en las ciudades de Judá
y en las calles de Jerusalén,
ahora desoladas, sin hombres ni ganado,
11todavía se escuchará
la voz alegre y la voz gozosa,
la voz del novio y la voz de la novia;
la voz de los que cantan
al entrar con acción de gracias
en el templo:
"Dad gracias al Señor de los ejércitos,
porque es bueno,
porque es eterna su misericordia".
Porque cambiaré la suerte de esta tierra,
haciéndola como antes, dice el Señor.


12Así dice el Señor de los ejércitos:

En este lugar, ahora arruinado,
sin hombres ni ganado,
y en todas las ciudades,
todavía habrá majadas de pastores
que recogen sus ovejas.
13Por las poblaciones de la Sierra,
de la Sefela, del Négueb,
por el territorio de Benjamín,
por el distrito de Jerusalén
y por las ciudades de Judá,
todavía pasarán las ovejas
junto al que las cuenta -dice el Señor-.
14Mirad que llegan días -oráculo del Señor- en que cumpliré la promesa que hice a la casa de Israel y a la casa de Judá.
15En aquellos días y en aquella hora
suscitaré a David un vástago legítimo
que hará justicia y derecho en la tierra.
16En aquellos días se salvará Judá
y en Jerusalén vivirán tranquilos,
y la llamarán así:
"Señor-nuestra-justicia".


17Porque así dice el Señor:

No faltará a David ni un sucesor
que se siente en el trono de la casa de Israel.
18De los sacerdotes y levitas
no faltará quien ofrezca
en mi presencia holocaustos,
inciense las ofrendas
y haga sacrificios todos los días.


19El Señor dirigió la palabra a Jeremías:

20-Así dice el Señor:
Si puede romperse mi alianza
con el día y la noche,
de modo que no haya día y noche a su tiempo,
21también se romperá la alianza
con David, mi siervo, de modo que le falte
sucesor en el trono,
y la alianza con los sacerdotes
y levitas, mis ministros.
22Como las estrellas del cielo, incontables;
como las arenas de la playa, innumerables;
multiplicaré la descendencia
de mi siervo David
y de los levitas que me sirven.


23El Señor dirigió la palabra a Jeremías:

24-¿No oyes lo que dice este pueblo?
"Las dos familias que el Señor había elegido
las ha rechazado".
Así desprecian a mi pueblo
y no lo consideran como nación.
25Así dice el Señor:
Como es cierto que creé el día y la noche
y establecí las leyes del cielo y la tierra,
26también es cierto que no rechazaré
a la estirpe de Jacob y de mi siervo David,
dejando de escoger entre su descendencia
los jefes de la estirpe
de Abrahán, Isaac y Jacob.
Porque cambio su suerte y les tengo compasión.


Explicación.



33,1-26 Atendiendo a introducciones y fórmulas de enlace, este capítulo reúne una serie de oráculos de diversa época y procedencia. La división es así: introducción (1-3); "así dice Yhwh" tres veces: (4-9.10-11.12-13); futuro indefinido tres veces: 14.15.16; "así dice Yhwh (17-18); "dirigió la palabra" dos veces: (19-22.23-26). El cambio y articulación del tema unitario de la restauración no coincide exactamente con esas divisiones. Es el siguiente:


1-3 Introducción solemne.
4-5 Israel y Judá: castigo y presente.
6-9 Israel y Judá cambia la suerte; Jerusalén.
10-11 Judá y Jerusalén: gozo y fiesta.
12-13 Territorio de Judá: paz pastoril.
14-16 Israel y Judá; David; Judá y Jerusalén.
17-18 Casa de Israel: rey y sacerdotes.
19-22 Juramento: alianza con David.
23-26 Juramento: la estirpe y David.

En conjunto apreciamos: el horizonte de Israel y Judá hermanadas, con Jerusalén en el centro; la esperanza escatológica y mesiánica. Es muy difícil delimitar la aportación de Jeremías en este capítulo; quien lo compiló e introdujo aquí no lo consideraba ajeno al mensaje del gran profeta.

33,1 La introducción coloca artificialmente esta serie en vísperas de la tragedia. Dios mismo provoca al profeta para que sea magnánimo en su petición; ya no le prohíbe interceder (7,16; 11,14; 14,1). Empalma sutilmente con la actitud del capítulo precedente.

33,4-9 La preocupación inmediata es la capital asediada; el horizonte salvífico son los dos reinos.

33,6 Asignando a shalom el significado de "salud" y tomando el verbo con valor causativo, se podría traducir: "haré que muestren una salud rebosante y duradera". Por otra parte, "paz" alude al nombre de la ciudad asediada: si ahora no hace honor a su nombre, un día lo hará.

33,9 Las naciones enemigas temerán frente a la prosperidad de Jerusalén, porque comprenden que su Dios las protege. Se refiere al temor numinoso del que contempla una acción inesperada de Dios (Sal 64,10).

33,10-11 La voz de los novios resume intensamente toda la alegría humana: amor, fecundidad, familia. Su ausencia definía el castigo próximo: 7,34; 16,9; 25,10. Jeremías no anticipa en su vida ese gozo (16,2s) ni lo contempla en vida; pero espera en él. Se cita también  el estribillo de un canto litúrgico (Sal 136 y otros): esa "misericordia eterna" es garantía de la promesa.

33,12-13 El paisaje pastoril es a la vez real e ideal: alude a jefes y pueblo. El que "las cuenta" no es un David insensato ordenando un censo (2 Sm 24), sino el pastor solícito que no quiere perder ni una oveja.

33,14-16 Proceden de 23,5-6, atraídos por el tema pastoril.

33,17-18 La promesa dinástica se lee casi a la letra en 1 Re 2,4 y 9,5, dirigida a Salomón. La mención de los sacerdotes puede obedecer al deseo de emparejar autoridad civil y eclesiástica: es la mentalidad de Zacarías. Jeremías no mantuvo relaciones amistosas con los sacerdotes.

33,20-21 La promesa dinástica usa el término de la alianza, berit, que es la promesa o compromiso del Señor con el monarca (Is 55,3). Como la naturaleza obedece las órdenes de Dios, así lo hará la historia. Alianza con el día y la noche: Gn 9,12-14, en ritmo cíclico, como la sucesión de las generaciones (Sal 45,17).

33,22 Desborda la promesa dinástica introduciendo una promesa patriarcal (Gn 15,5). En la línea dinástica a David le basta un sucesor cada vez: ¿qué significa para él una descendencia patriarcal? ¿que sus descendientes llegarán a ser reyes por todo el mundo? La aplicación a los levitas resulta violenta. 

33,23-26 En esquema de objeción y respuesta. Las "dos familias" son los dos reinos: hoy separados y sometidos, siguen siendo elegidos. Un día recobrarán la unidad y la independencia. Cielo y tierra, noche y día sintetizan la totalidad del espacio y el tiempo controlados por Dios; son también coordenadas de la historia dirigida por Dios.

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