sábado, 21 de noviembre de 2015

JEREMÍAS. CAPÍTULO 52.

Epílogo narrativo (2 Re 24,20-25,30)

521Cuando Sedecías subió al trono tenía veintiún años y reinó once años en Jerusalén. Su madre se llamaba Jamutal, hija de Jeremías, natural de Alba.
2Hizo lo que el Señor reprueba, igual que había hecho Joaquín. 3Esto les sucedió a Jerusalén y a Judá por la cólera del Señor, hasta que las arrojó de su presencia. Sedecías se rebeló contra el rey de Babilonia.
4El año noveno de su reinado, el diez del mes décimo, Nabucodonosor, rey de Babilonia, vino a Jerusalén con todo su ejército, acampó frente a ella y construyó torres de asalto alrededor.
5La ciudad quedó sitiada hasta el año once del reinado de Sedecías, 6el nueve del mes cuarto. El hambre apretó en la ciudad y no había pan para la población.
7Se abrió brecha en la ciudad, y los soldados huyeron de noche por la puerta entre las dos murallas, junto a los jardines reales, mientras los caldeos rodeaban la ciudad, y se marcharon por el camino de la estepa.
8El ejército caldeo persiguió al rey; alcanzaron a Sedecías en la estepa de Jericó, mientras sus tropas se dispersaban abandonándolo. 9Apresaron al rey y se lo llevaron al rey de Babilonia, que estaba en Ribla, provincia de Jamat, y lo procesó.
10El rey de Babilonia hizo ajusticiar en Ribla a los hijos de Sedecías, ante su vista, y a todos los nobles de Judá también los hizo ajusticiar en Ribla. 11A Sedecías lo cegó, le echó cadenas de bronce, lo llevó a Babilonia y lo encerró en prisión de por vida.
12El día diez del mes quinto (que corresponde al año diecinueve del reinado de Nabucodonosor en Babilonia) llegó a Jerusalén Nabusardán, jefe de la guardia, funcionario del rey de Babilonia. 13Incendió el templo, el palacio real y las casas de Jerusalén y puso fuego a todos los palacios.
14El ejército caldeo, a las órdenes del jefe de la guardia, derribó las murallas que rodeaban a Jerusalén. 15Nabusardán, jefe de la guardia, se llevó cautivo al resto del pueblo que había quedado en Jerusalén, a los que se habían pasado al rey de Babilonia y al resto de la plebe. 16De la clase baja dejó algunos como viñadores y hortelanos.
17Los caldeos rompieron las columnas de bronce, los pedestales y el depósito de bronce que había en el templo para llevarse el bronce a Babilonia. 18También tomaron las ollas, palas, cuchillos, aspersorios, bandejas y todos los utensilios de bronce empleados en el culto.
19Nabusardán, jefe de la guardia, tomó las palanganas, los braseros, aspersorios, ollas, candelabros, bandejas, fuentes, en dos lotes, de oro y de plata.
20También las dos columnas, el depósito y los doce toros que sostenían el pedestal -que había encargado el rey Salomón para el templo-; imposible calcular lo que pesaba el bronce de aquellos objetos.
21Cada columna medía nueve metros de altura, ocho centímetros de espesor y eran huecas; tenía un anillo de veinticinco centímetros de circunferencia. 22Estaba rematada por un capitel de bronce de dos metros y medio de altura, adornado con trenzados y granadas alrededor, todo de bronce. 23Sobresalían noventa y seis granadas, y el total de las granadas sobre la circunferencia era cien.
24El jefe de la guardia apresó también al sumo sacerdote, Serayas; al vicario, Sofonías, y a los tres porteros. 25En la ciudad apresó a un cortesano jefe de la tropa y a siete hombres del servicio personal del rey que se encontraban en la ciudad; al secretario del general en jefe, que había hecho la leva entre los terratenientes, y a sesenta terratenientes que se encontraban en la ciudad. 26Nabusardán, jefe de la guardia, los apresó y los llevó al rey de Babilonia, a Ribla. 27El rey de Babilonia los hizo ejecutar en Ribla, provincia de Jamat. Así marchó Judá al destierro.
28Éste es el número de deportados por Nabucodonosor: el año séptimo, tres mil veintitrés judíos; 29el año decimoctavo de Nabucodonosor, ochocientos treinta y dos vecinos de Jerusalén; 30el año vigésimo tercero de Nabucodonosor, deportó Nabusardán, jefe de la guardia, setencientos cuarenta y cinco judíos. Total, cuatro mil seiscientos.
31El año trigésimo séptimo del destierro de Jeconías, rey de Judá, el día veinticindo del duodécimo mes, Evil Merodac, rey de Babilonia, el año de su ascensión al trono, concedió gracia a Jeconías, rey de Judá, y lo sacó de la cárcel. 32Le prometió su favor, y colocó su trono más alto que los de los otros reyes que había con él en Babilonia. 33Le cambió el traje de preso y lo hizo comer a su mesa mientras vivió.
34De parte del rey se le pasaba una pensión diaria, toda la vida, hasta que murió.

Explicación.

52,1 Como indica el último verso del capítulo 51, este relato es una adición artificial al libro de Jeremías. Es copia de 2 Re 24, 18-25,30, con una ligera modificación en la lista de los desterrados. El que añadió este relato quiso mostrar que se cumplió la profecía de Jeremías sobre Judá; cosa que ya hacían comprender los fragmentos recogidos en 39,1-2.4-10. Las cifras nos hablan de un monarca joven; sus hijos eran niños cuando fueron ejecutados por el emperador.

52,2 "Arrojar de la presencia" es negar el favor, romper las relaciones; en el discurso del templo (7,15); fórmula del deuteronomista: 2 Re 13,23; 17,20; 24,20; variante en Sal 51,13.

52,6 El "hambre" anunciada: Jr 5,12; 14, 15; 34,17 etc.

52,8 La "dispersión": Jr 9,15; 13,24; 18,17.

52,9-10 Véase 34,10.

52,13 El incendio: 32,29; 34,22.

52,31-34 Esta noticia, colocada aquí, completa y contrarresta el oráculo de 22,24-30. Jeconías forma parte de los "higos buenos" (24,4).

JEREMÍAS. CAPÍTULO 51.

511Así dice el Señor:
Yo movilizo contra Babilonia
y los caldeos un viento mortífero,
2despacho contra Babilonia aventadores
que la aventarán y vaciarán su territorio;
3el día aciago la asediarán;
que no se vaya el arquero
ni se retire el que viste coraza;
no perdonéis a sus soldados,
aniquilad su ejército,
4caigan heridos en tierra caldea,
caigan atravesados en sus calles.
5Porque Israel y Judá no son viudas de su Dios,
el Señor de los ejércitos,
mientras que el país caldeo
es deudor del Santo de Israel.
6Huid de Babilonia, sálvese el que pueda,
no perezca por culpa de ella;
porque es la hora
de la venganza del Señor,
cuando le pagará su merecido.
7Babilonia era en la mano del Señor
una copa de oro
que emborrachaba a toda la tierra,
de su vino bebían las naciones
y se perturbaban.
8Cayó de repente Babilonia
y se rompió: gemid por ella.
Traed bálsamo para sus heridas,
a ver si se cura;
9hemos tratado a Babilonia
y no se cura, dejadla,
vamos cada uno a nuestra tierra;
su condena llega al cielo,
alcanza a las nubes;
10el Señor nos ha rehabilitado,
vamos a Sión a contar las hazañas
del Señor, nuestro Dios.
11Afilad las saetas, embrazad el escudo,
el Señor incita a los jefes medos,
porque quiere destruir a Babilonia:
es la venganza del Señor,
la venganza de su templo.
12Alzad la bandera
contra las murallas de Babilonia,
reforzad la guardia, poned centinelas,
colocad emboscadas;
porque el Señor ejecuta lo que pensó y anunció
contra los habitantes de Babilonia.
13Ciudad opulenta, que vive entre canales:
te llega el fin, te cortan la trama.
14El Señor de los ejércitos lo jura por su vida:
Aunque tu muchedumbre sea más que la langosta,
sobre ti cantarán victoria.
15El hizo la tierra con su poder,
fundó el orbe con maestría,
desplegó el cielo con habilidad.
16Cuando él truena, retumban las aguas del cielo,
hace subir las nubes desde el horizonte,
con los rayos desata la lluvia
y saca los vientos de sus silos.
17El hombre, con su saber, se embrutece;
el orfebre, con su ídolo, fracasa:
18son imágenes falsas, sin aliento,
son vanidad y chapucería:
el día de la cuenta perecerán.
19No es así la porción de Jacob,
sino que lo hizo todo:
Israel es la tribu de su propiedad,
y su nombre es Señor de los ejércitos.
20Tú eres mi maza, mi arma bélica:
machacaré contigo las naciones,
destruiré a los reyes,
21machacaré contigo caballos y jinetes,
macharé contigo carros y aurigas,
22machacaré contigo hombres y mujeres,
machacaré contigo ancianos y jóvenes,
machacaré contigo jóvenes y doncellas,
23machacaré contigo pastores y rebaños,
machacaré contigo labradores y yuntas,
machacaré contigo gobernadores y alcaldes
24y pagaré a Babilonia y a todos los caldeos
todo el mal que hicieron a Sión
en vuestra presencia
-oráculo del Señor-.
25Aquí estoy contra ti, Monte Exterminio,
que exterminó la tierra entera
-oráculo del Señor-;
extenderé contra ti mi brazo,
te haré rodar peñas abajo,
te convertiré en Monte Quemado;
26ya no sacarán de ti piedras
de remate o de cimiento,
porque serás desolación eterna
-oráculo del Señor-.
27Izad bandera en la tierra,
tocad la trompeta por las naciones,
convocando a la guerra santa;
reclutad contra ella los reinos
de Ararat, Miní y Asquenaz,
nombrad contra ella un general,
avancen los caballos
como langostas erizadas;
28llamad a guerra santa a las naciones,
a los reyes medos,
con sus gobernadores y alcaldes
y toda la tierra de sus dominios.
29Temblará y se retorcerá
la tierra cuando se cumpla
el plan del Señor contra Babilonia,
cuando deje el territorio babilonio
como un desierto despoblado.
30Los soldados de Babilonia dejan de luchar,
se agachan en los fortines,
se acaba su valentía, se han vuelto mujeres;
han quemado sus edificios
y roto sus cerrojos.
31Un correo releva a otro,
un mensajero releva a otro,
para anunciar al rey de Babilonia
que su ciudad está
enteramente conquistada,
32los vados tomados,
las esclusas incendiadas
y los soldados presa del pánico.
33Así dice el Señor de los ejércitos,
Dios de Israel:
La capital de Babilonia
era una era en tiempo de trilla:
muy pronto llegará el tiempo de la siega.
34Nabucodonosor, rey de Babilonia,
me ha comido, me ha devorado,
ha rebañado el plato,
me ha engullido como un dragón,
se ha llenado la panza con mis manjares
y me ha vomitado;
35recaiga sobre Babilonia mi carne violentada
-dice de la población de Sión-,
recaiga mi sangre sobre los caldeos
-dice Jerusalén-.
36Y así responde el Señor:
Aquí estoy yo para defender tu causa
y ejecutar tu venganza: secaré su mar,
agotaré sus manantiales,
37Babilonia se convertirá en escombros,
en guarida de chacales,
objeto de burla y espanto,
vacía de habitantes.
38Rugen a coro como leones,
gruñen como cachorros de león:
39haré que sus festines
acaben en fiebre, os emborracharé
para que celebren una orgía
y duerman un sueño eterno, sin despertar
-oráculo del Señor-.
40Los haré bajar al matadero
como corderos o carneros o machos cabríos.
41¡Ay Babilonia conquistada,
capturado el orgullo del mundo!
¡Ay Babilonia convertida
en el espanto de las naciones!
42El mar subió hasta Babilonia
y la inundó con el tumulto de su oleaje;
43sus ciudades quedaron desoladas
como tierra yerma y esteparia,
tierra que nadie habita,
que no atraviesa el mortal.
44Tomaré cuentas a Bel en Babilonia
y le sacaré el bocado de la boca.
Ya no confluirán a él los pueblos,
y hasta las murallas de Babilonia
se desplomarán.
45¡Pueblo mío, salid! Ponte a salvo
de la ira ardiente del Señor.
46No os acobardéis ni temáis
por las noticias que se propalan,
cada año una nueva noticia:
"Violencia en el país, señores contra señores".
47Porque llega un tiempo en que castigaré
a los ídolos de Babilonia:
el país quedará confuso
y los caídos yacerán en medio de él.
48Clamarán contra Babilonia
cielo y tierra y lo que hay en ellos
cuando venga sobre ella
desde el norte el destructor
-oráculo del Señor-.
49También Babilonia ha de caer
por las víctimas de Israel,
como por Babilonia cayeron 
víctimas de todo el mundo.
50Los que evitasteis su espada,
marchad sin deteneos,
invocando desde lejos al Señor,
recordando a Jerusalén.
51Nos avergonzamos al oír la infamia,
nos cubre la cara de vergüenza,
entraron extranjeros en el santuario del Señor.
52Pues bien, llegarán días -oráculo del Señor-
en que castigaré a sus ídolos
y por todo el país
se quejarán los heridos.
53Aunque se encarame Babel hasta el cielo
y fortifique en la altura su ciudadela,
yo le enviaré destructores
-oráculo del Señor-.
54Se oyen los gritos de Babilonia,
grave quebranto de los caldeos,
55porque el Señor devasta Babilonia,
pone fin a sus gritos estentóreos,
por mucho que mujan
sus olas como un océano
y resuene el fragor de sus voces.
56Porque llega a Babilonia el devastador:
caerán prisioneros sus soldados,
se romperán sus arcos.
Porque el Señor es un Dios que recompensa
y les dará la paga.
57 Emborracharé a sus nobles, y a sus maestros,
a sus gobernadores y alcaldes
y a sus soldados,
y dormirán un sueño eterno sin despertarse
-oráculo del Rey que se llama
Señor de los ejércitos-.
58Así dice el Señor de los ejércitos:
La gruesa muralla de Babilonia será desmantelada,
sus altas puertas serán incendiadas,
para nada trabajaron los pueblos,
para el fuego se fatigaron las naciones.
59Encargo del profeta Jeremías a Serayas, hijo de Nerías, de Majsías, cuando fue a Babilonia con Sedecías, rey de Judá, el año cuarto de su reinado (Serayas era jefe de intendencia).
60Jeremías había escrito en un rollo todas las desgracias que iban a suceder a Babilonia, todas las palabras citadas acerca de Babilonia.
61Y Jeremías dijo a Serayas:
-Cuando llegues a Babilonia, busca un sitio y proclama todas estas palabras. 62Dirás: "Señor, tú has amenazado destruir este lugar hasta dejarlo deshabitado, sin nombres ni animales, convertido en perpetua desolación". 63Y cuando termines de leer el rollo, le atarás una piedra y lo arrojarás al Éufrates, 64y dirás: "Así se hundirá Babilonia y no se levantará, por las desgracias que yo envío contra ella".
Aquí terminan las palabras de Jeremías.

Explicación.

51,1-10 El lenguaje jurídico nos orienta: deuda, retribución, justicia vindicativa, culpa, sentencia, derecho vindicado. El personaje divino fluctúa entre el papel de juez y de parte ofendida, como marido. La ejecución toma forma militar: por eso el juez moviliza en son de guerra a los ejecutores de su sentencia. El delito contra el Santo es sacrilegio. El orden cronológico no se respeta. Abundan los juegos de palabras.

51,1 Sigue en el mismo estilo del capítulo precedente. Buscando lugares donde hacer pausa, me fijaré en la mención o alusión de Israel en 5.10 y 19.

Utilizando el procedimiento llamado atbas (lectura del alfabeto como en espejo: primera letra = última, segunda = penúltima, etc.), el autor transforma el nombre de "caldeos" en algo que suena como "corazón levantisco". La frase es ambigua: "movilizo un viento mortífero" o "incito a un devastador".

51,2 Cambiando una vocal, "aventadores" se lee como "extranjeros".

51,5 En términos matrimoniales (Is 54), el destierro parecía repudio o abandono de la esposa infiel, en virtud del cual las dos hermanas (Ez 23) se encontraban en tierra extraña en la situación social de viudas indefensas. No es así: si el Señor las ha abandonado, ha sido por breve tiempo, pues sigue amándolas y ocupándose de ellas. En cambio, el enemigo ha incurrido en deuda criminal; y como emplea la violencia para retener a las que no son suyas, el Señor ha de recurrir a la fuerza.

51,6 El pueblo que ya ha expiado no debe sufrir las consecuencias del desastre de Babilonia. Eso explica el imperativo "huid", simétrico del que ordenaba "invadir". Además, el pueblo, una vez liberado, tiene una tarea que cumplir en Sión (10).

51,7-9 Las imágenes se agolpan y se deforman. Una copa de oro se quiebra (?), y queda malherida. No hay bálsamos con que curarla. Los mercenarios y aliados intentan una cura inútil, la abandonan y se alejan. La pena sentenciada tiene dimensiones cósmicas.

51,10 Hablan los liberados. Como si dijeran: el Señor ha hecho valer "nuestro derecho", "ha sacado adelante" nuestra causa. Frente a Babilonia, el Señor ha reivindicado a las víctimas, frente a sí, las ha rehabilitado por el perdón. Celebrarlo litúrgicamente en Sión será la prueba de la liberación consumada (cfr. Ex 3,12).

51,11-19 La mención de Israel nos sirve de pausa. Así queda la sección articulada en dos piezas, la segunda copiada de 10,12-16, que es su puesto lógico. Con esta operación, coloca el suceso presente en la perspectiva de una contienda del Señor con los dioses de Babilonia (50,2.38).

51,11 Los medos figuran también en la lista de la copa, 25,25 y en Is 13,17.

51,12 También podría leerse la primera mitad como invitación irónica a una defensa extrema de la capital; defensa que será vana frente a la actuación del Señor. En ella distingue proyecto, anuncio y ejecución.

51,13 El límite de la existencia es en la imagen la última braza de trama antes de cortar y dar por terminado el tejido: Is 38,12.

51,14 Como langosta: Nah 3,16s. El canto de victoria sonará como canto de lagarero.

51,15-19 Ampliación hímnica de los títulos del Señor que pronuncia el juramento.
51,20-24 Imagen clásica de un ejército como arma o instrumento de castigo: Is 10,5; 13. De la misma raíz se forma "maza" y "machacar". La maza descarga con precisión rítmica, sin fallar golpe. Sus víctimas se desdoblan en binas polares o correlativas. Si unimos "en vuestra presencia" a "pagaré", significa que ellos presenciarán el castigo. De nuevo hacemos pausa en Sión.

51,25-26 No es fácil seguir la imagen. Ante todo, la capital de los caldeos no está situada en un monte. Después, un monte no rueda peñas abajo para acabar quemado. Algunos visualizan la imagen de un volcán: él mismo se precipita monte abajo y termina como montaña y cráter quemados. Otros lo visualizan en dos tiempos: Babilonia era centro conspicuo de corrupción, ha ido cayendo en un proceso de decadencia, termina siendo pasto de las llamas.

51,27-32 Aquí tenemos una unidad coherente, bien desarrollada en tres tiempos: movilización, derrota, se comunica la noticia. En la primera se adelantan nombres de los aliados, se destacan en visión impresionista esos caballos "erizados" de armas. Suenan siete imperativos convocando a la guerra santa.

51,29 La tierra reacciona al sentir en la catástrofe de Babilonia la acción del Creador.

51,31 Esto supone que el rey no se encontraba en la capital durante el asalto final.

51,32 La traducción "esclusas" es conjetural; el texto no parece estar completo.

51,33 Este verso se encuentra sin compañía. Es extraño el orden de etapas: trilla -siega. ¿Quiere decir que ella trillaba o pisoteaba a otros y ahora le llega su hora? ¿Ha pretendido el autor la paradoja?

51,34-37 Escena de juicio: la dama Jerusalén acude al juez para querellarse contra un injusto explotador. El juez escucha y promete castigar al culpable. La explotación se describe ampliando la conocida imagen de comer, devorar (cfr. Miq 3,2s). Además, el dragón babilonio nos trae a la memoria los cuentos de Dan 14. Babilonia, el dragón comilón, acaba en morada de chacales: tannin - tannim.

51,38-40 Del dragón y chacales saltamos al león y los carneros. El león puede representar al emperador (cfr. Dan 7,4), no es res de matadero. Los carneros representan a los jefes (Ex 15,15; Ez 32,21), los corderos a la población. La terna final como en Ez 27,21. Lo extraño es la borrachera en este puesto: se justifica o se explica como eco de 25,15-29.

51,41 La noticia se transforma en copla elegíaca.

51,42-43 Dada la posición costera de la antigua Babilonia, la imagen es acertada; pero no son coherentes sus efectos. El oleaje marino puede simbolizar la invasión y asalto militar, aunque el enemigo vendrá del norte (50,3; 51,48). La ciudad sumergida trae reminiscencias de Ex 14-15, favoreciendo la asociación mental de los dos imperios.

51,44 Concuerda con el v.34 por la imagen del animal voraz. Puede referirse a los tesoros de su templo, producto de rapiñas, o genéricamente a saqueos y anexiones violentas. El imperio, la capital, su templo dejarán de ser centro de atracció. Para "acudir" o "confluir" emplea el miso verbo que Is 2,2, en la profecía del monte Sión: las suertes de ambos son opuestas.

51,45-46 Nueva invitación a huir: 50,8; 51,6.50. En medio de la crisis internacional, madre de noticias y rumores, los judíos tienen un punto de referencia que los orienta: el "nombre" del Señor y el "recuerdo" de Jerusalén (v.50; cfr. Sal 137).

51,47 La confrontación principal es del Señor con los dioses e ídolos de Babilonia. Es la doctrina desarrollada por Isaías II en varios pasajes.

51,48 La catástrofe de Babilonia adquiere dimensiones cósmicas, como en una escatología.

51,49 Por culpa de Babilonia cayeron víctimas en todo el mundo; entre ellas israelitas, propiedad del Señor. Por sus víctimas intervendrá el Señor y hará que caiga Babilonia. La liberación de su pueblo servirá para liberar a otros (Is 14,24-27).

51,51 Al oír esas palabras, ellos interponen una objeción (como en Is 49,14-25): el recuerdo de Jerusalén para nosotros es afrenta; nos renueva el sentimiento de fracaso y culpa; el templo no nos sirvió de asilo frente al invasor.

51,52 Y Dios responde concediendo implícitamente el hecho, pero invitando a esperar en el futuro, garantizado por su "oráculo".

51,53 Como Babel estaba en zona baja, no montañosa, el encaramarse al cielo parece recuerdo ominoso de Gn 11, la torre de la dispersión; véase también Is 14.

51,54-58 Después del final climático de los versos precedentes, poco o nada hay que añadir. Quizá los gritos de los caldeos haciendo eco al mugir del mar y el fin de los gritos.

51,56 La afirmación rubrica el carácter de juicio de retribución.

51,57 Eco de 26,15-29.

51,58 Cita de Hab 2,13.

51,59-64 Si tomamos la escena como obertura, la presente escena es el posludio. Todo lo dicho hasta ahora contra Babilonia se va a representar en una pantomima profética. Éufrates es el río nacional de Babilonia, fuente de fecundidad, madre de los canales de la capital. Un legado especial, hermano de Baruc, ha de leer el oráculo en el corazón del imperio (como Baruc leyó el rollo en el templo, corazón de Judá); probablemente lo haría ante testigos judíos e invocando al Señor como autor de la profecía.

Aunque los capítulos 50 y 51 sean fruto de ampliación y elaboración posterior, no es improbable que algunos elementos pertenecieran a un texto original de Jeremías. Al hundirse el pergamino atado a la piedra, se hunde Babilonia como imperio. Sobrenada su nombre, legado como símbolo de potencia humana hostil a Dios.

JEREMÍAS. CAPÍTULO 50.

Oráculo contra Babilonia (Is 21,1-10; 14,4-23; 46, Bar 4,31-35, Ap 18)


501Palabra del Señor contra Babilonia (país caldeo) por medio del profeta Jeremías:

2Anunciadlo a las naciones, pregonadlo,
alzad la bandera, pregonad,
no lo calléis, decid:
"Babilonia ha sido conquistada,
Bel está confuso, Marduc consternado,
sus ídolos derrotados,
sus imágenes consternadas".
3Porque desde el norte se abalanzó sobre ella
un pueblo que asolará su territorio,
hasta que no quede en ella un habitante,
pues hombres y animales huirán desbandados.
4En aquellos días y en aquella hora
-oráculo del Señor-
vendrán juntos israelitas y judíos,
llorando y buscando al Señor, su Dios;
5preguntan por Sión y allá se encaminan:
"Vamos a unirnos al Señor
en alianza eterna, irrevocable".
6Mi pueblo era un rebaño perdido
que los pastores extraviaban por los montes,
iban de monte en colina, olvidando el aprisco;
7los que los encontraban se los comían,
sus rivales decían: "No somos culpables,
pues han pecado contra el Señor,
su Dehesa legítima, la Esperanza de sus padres".
8Huid de Babilonia y del territorio caldeo,
salid como cabestros delante del rebaño,
9porque yo movilizo contra Babilonia en el norte
una alianza de naciones poderosas
que formarán contra ella y la conquistarán;
sus flechas, como soldado experto,
no vuelven de vacío.
10Los caldeos serán saqueados
y los saqueadores se hartarán
-oráculo del Señor-.
11Aunque festejéis bulliciosamente,
ladrones de mi heredad, aunque brinquéis
como novilla en el prado
y relinchéis como corceles,
12vuestra madre quedará avergonzada,
abochornada en la última de las naciones,
en desierto y estepa reseca.
13Por la cólera del Señor quedará deshabitada
y hecha toda un desierto;
los que pasen junto a Babilonia
silbarán espantados al ver tantas heridas.
14Arqueros, poned cerco a Babilonia
apuntad, no ahorréis flechas,
pues pecó contra el Señor;
15lanzad el alarido en torno a ella,
que se entregue su guarnición,
que caigan sus pilares
y se derrumben sus murallas;
porque el Señor se venga de ella así:
lo que hizo hacédselo.
16Extirpad en Babel al sembrador
y al que empuña la hoz en la siega.
Huyen de la espada mortífera,
cada uno a su gente y a su tierra nativa.
17Israel era una oveja descarriada,
acosada de leones:
primero la devoró el rey de Asiria,
últimamente la despedazó
Nabucodonosor, rey de Babilonia.
18Por eso, dice el Señor de los ejércitos,
Dios de Israel: Yo tomaré cuentas
al rey de Babilonia y a su país,
como se las tomé al rey de Asiria.
19Restituiré Israel a sus dehesas,
para que paste en el Carmelo y en Basán,
para que sacie su hambre
en la sierra de Efraín y en Galaad.
20En aquellos días y en aquella hora
-oráculo del Señor-
se buscará la culpa de Israel, y no aparecerá;
el pecado de Judá, y no se encontrará;
porque yo perdonaré a los que deje con vida.
21¡Contra el territorio de Merataín avanzad,
contra los habitantes de Pecod!
Aniquila a filo de espada, haz cuanto te diga
-oráculo del Señor-.
22Suena el grito de guerra en el país,
un grave quebranto:
23"¡Ay, arrancado y quebrado
el martillo del mundo!
¡Ay Babilonia, convertida
en el espanto de las naciones!".
24Babilonia, te puse una trampa,
y has caído sin darte cuenta;
te han sorprendido y apresado
porque retaste al Señor.
25El Señor ha abierto su arsenal
y ha sacado las armas de su ira,
porque el Señor de los ejércitos
tiene una tarea en el país caldeo.
26Venid contra ella desde el confín:
abrid los graneros, apilad sus gavillas,
destruid hasta no dejar resto;
27matad sus novillos, que bajen al matadero;
¡ay de ellos, les llega el día
y la hora de la cuenta!
28Oíd a los fugitivos evadidos de Babilonia
que anuncian en Sión la venganza
del Señor, nuestro Dios,
la venganza de su templo.
29Reclutad contra Babel saeteros,
a todos los arqueros;
cerrad el cerco, que no escape nadie;
pagadle sus obras, lo que hizo hacédselo:
se insolentó contra el Señor,
el Santo de Israel;
30sus jóvenes caerán en las calles,
aquel día sus guerreros enmudecerán
-oráculo del Señor-.
31¡Aquí estoy contra ti, insolente!
-oráculo del Señor de los ejércitos-,
te llegó el día, la hora de rendir cuentas:
32tropezará la insolente,
caerá y nadie la levantará.
Prenderé fuego a sus pueblos,
que consuma todo en torno.
33Así dice el Señor de los ejércitos:
Israelitas y judíos sufren juntos la opresión,
los que los desterraron los retienen
y se niegan a soltarlos.
34Pero el rescatador es fuerte,
se llama Señor de los ejércitos:
él defenderá su causa, acallando la tierra,
agitando a los habitantes de Babilonia.
35¡Espada!, contra los caldeos,
contra los vecinos de Babilonia
-oráculo del Señor-,
contra sus nobles y sus maestros.
36¡Espada!, contra sus soldados, que se aterroricen.
37¡Espada!, contra sus tesoros y carros,
contra la turba entre ellos,
que se vuelvan mujeres,
contra sus tesoros, para que sean saqueados.
38¡Espada!, contra sus canales, que se sequen,
porque es un país de ídolos,
que pierde el seso por sus espantajos.
39Habitarán allí chacales y hienas y avestruces,
por siempre jamás,
de edad en edad estará despoblada.
40Será como la catástrofe
de Sodoma, Gomorra y sus vecinas,
donde no habita nadie ni mora hombre alguno
-oráculo del Señor-.
41Mirad: un ejército viene
desde el norte, una multitud
y muchos reyes se movilizan
en el extremo del mundo:
42armados de arcos y jabalinas,
implacables e inexorables,
sus gritos resuenan como el mar,
avanzan a caballo, 
formados como soldados contra ti, Babilonia.
43Al oír su fama el rey de Babilonia se acobarda,
lo atenazan ansias
y espasmos de parturienta.
44Como un león que sube
de la espesura del Jorán
a las dehesas siempre verdes,
así los espantaré de repente
y me adueñaré de los escogidos,
pues ¿quién hay como yo?,
¿quién me desafía?,
¿quién es el pastor que pueda resistirme?
45Ahora escuchad
el designio del Señor contra Babel
y sus planes contra el territorio caldeo:
Juro que aun las ovejas más pequeñas
serán arrebatadas,
juro que se espantarán de ellas las dehesas.
46Al estruendo de su caída retiembla la tierra,
y las naciones escuchan sus gritos.


Explicación.


50,1-51,58 Por fin le llega el turno a Babilonia, y el compilador le reserva ciento cuatro versos. Como queriendo descargar en las páginas finales toda su indignación compartida y reprimida.

a) Respecto a Jeremías: es el "enemigo del Norte", el ejecutor del castigo divino, que a su vez será castigado. Pero el profeta acepta al emperador, no le dedica invectivas, anuncia su victoria sobre Egipto, en la ronda de la copa lo introduce con el seudónimo Sesac. Respecto al libro: es lógico que el compilador tardío diera cabida al protagonista de la época, en su esplendor y su caída. Así se proyecta y se dilata en la pantalla la escena comprimida de la copa.

b) A la perspectiva histórica se sobrepone la escatológica, que apunta hacia la apocalíptica. Los autores de apocalipsis señalaron a Nabucodonosor como comienzo del reino del mal y a Babilonia como ejemplo de nación hostil al Señor. Con esa trágica aureola pasa Babilonia al NT. Pues bien, los presentes capítulos preparan esa visión trascendente, si no están ya contagiados de ella.

c) Tema. Estamos ante un cuadro o una visión grandiosa: algo así comoel dedicado a Gog de Magog (Ez 38-39) o a Egipto (Ez 29-32). La idea de conjunto es bien sabida: Babilonia fue instrumento de castigo, verdugo enviado por Dios, se propasó en la ejecución de su tarea, y ahora le llega a ella la ejecución de su tarea, y ahora le llega a ella la ejecución de su sentencia. Mientras que sus víctimas, bien escarmentadas, obtienen la liberación.

La realización literaria no responde a la grandeza del argumento. Asistimos a la metamorfosis del personaje, con incoherencias en el desarrollo de varias imágenes, a una reiteración fatigosa de temas y situaciones, en la que descuellan momentos impresionantes. El lector piensa que habría sido más eficaz un tríptico de cuadros intensos y bien compuestos.

d) Desarrollo. Para orientarnos en la lectura, podemos fijarnos en los personajes y sus papeles respectivos: Israel es víctima, Babilonia es reo, el Señor es juez, otros pueblos son ejecutores.

El Señor es vengador, liberador, rescatador de su pueblo; por sí o dando las órdenes pertinentes. Es juez que condena al agresor; pero, como éste lo ha desafiado, acepta el reto y baja a luchar. La ejecución de su sentencia toma la forma de guerra, en la que identificamos varios momentos: movilización, avance, cerco, asalto, saqueo, matanza, destrucción. Los ejecutores pueden ser figuras cósmicas. El Señor es personaje singular, los otros son colectivos, que actúan en grupo o personificados en un individuo.

Todos pueden hablar dentro del poema sin previa introducción: dando órdenes, interpelando, contando. El poeta toma la palabra y la cede con gran movilidad. El orden no es cronológico; procede a saltos y con vaivenes, sin suficiente dominio del material. Una declamación a cuatro voces diferenciadas daría relieve y restaría monotonía a la serie.

e) Listas. Para evitar repeticiones a lo largo del comentario, propongo aquí unas listas sinópticas:

Imagen de Babilonia 50,11 ladrón, novilla, corcel; 17león; 23martillo; 26s grano y ganado; 45pastos y ovejas; 51,2 era; 5 deudor; 7 copa; 25 monte y cantera; 33 era, 34,44 dragón; 38 leones; 55 océano.

Intervención personal del Señor 50, 18,24s.31s.34.44; 51,7.25.26.39s.44.57.

Enemigos de Babel movilización 50,29; 51,1s.11.27s.53; avance 50,21; 51,41s.48; cerco 50,14; 51,3; asalto 50,9; 51,3.12; saqueo 50,10.26s; matanza 50,16.26s.

50,2-10 Dada la fluidez e indecisión de los linderos entre las secciones del texto, ofrezco, a título de hipótesis de lectura, divisiones menores, atendiendo a leves indicios estilísticos.

La primera sección alcanza una pausa con la segunda fórmula "oráculo del Señor"; lleva un corte en el verso 4 con la fórmula de enlace, de futuro indefinido. Comienza audazmente por el final: la gran noticia internacional de la caída de Babilonia; que en los versos 9-10 figura como suceso inminente. Vinculada a dicho acontecimiento sucede la salida y retorno de los desterrados (4-5), que en el v.8 es una orden del Señor. En resumen, la disposición está invertida, con técnica aproximada de espejo. El orden cronológico sería: (6-7) 8-10.4-5.2-3.

50,2 Marduc es el nombre de la divinidad babilonia, Bel es título (= Señor). Contra estos ídolos predicó Isaías Segundo: p. ej. Is 46. Compárese la noticia al principio con la sustentación de Is 21,1-10.

50,3 "Desde el norte": ironía de la historia para el clásico "enemigo del norte" (1,14 part).

50,4-5 Esto significa la reunión de los dos reinos hermanos separados. Los ha unido la desgracia común, el centro de atracción de Sión, la atracción del Dios de la alianza (cfr. Ex 19,4).

50,7 El juicio de los extranjeros parece justificado (2,3): los judíos ya no pertenecen al Señor,  no son sagrados ni intocables. Se equivocan: los judíos siguen siendo propiedad del Señor, por eso los cautivadores son "ladrones" (50,11) y "deudores" (51,5), y el Señor rescatará lo suyo (50,34). Si han pecado, ya han pagado la culpa.

50,8 La invitación es el reverso de 6,1 y 15,1-2; véanse Is 48,20 y 52,11.

50,9 Movilización: véase Is 13,17.

50,10 Como 30,16.

50,11-20 Hago una pausa en el verso 20 porque se completa ahí un ciclo de exposición: anuncio de la derrota (11-13); orden de ataque (14-16); situación de Israel (17); el Señor anuncia su intervención (18-20). Se podría hacer una pausa menor detrás de 16. Por el tema el v.20 va unido al precedente, a pesar de la fórmula de futuro indefinido. Suceden estrechamente vinculados el castigo de Babilonia y la liberación de Israel; sólo que la segunda se basa en el perdón de Dios.

50,11-12 La capital imperial está personificada, según costumbre, es una figura femenina, que es a la vez la colectividad y su madre (Is 49 y 54). Se ha entregado a los festejos de sus victorias o a su despreocupación. Como novilla (46,20; Os 10,11). "Relinchar" puede tener sentido lascivo (5,8). "Ladrones" o saqueadores: territorio y pueblo eran "heredad" del Señor (12,7-9; 16,18).

50,14 El juez se dirige a los verdugos, el general a sus tropas. Se aplica la ley del talión: el cerco (1,15; 34), la espada (14,12 frecuente), la muralla (39,8). "Pecó contra el Señor": porque se excedió en el castigo y se atribuyó la victoria.

50,16 Lo urbano y lo agrícola son las dos dimensiones que sintetizan la vida antigua, "plantar y construir".

50,17-18 Síntesis histórica que abarca los dos reinos y casi dos siglos; véase 2,18.

50,20 Inspirado en 31,34. Alianza y perdón se mencionan en 5 y 20. Unos judíos murieron en la catástrofe del 586, otros salvaron la vida y han expiado la culpa en el destierro (Is 40,1-2). Quedar con vida ya es una especie de perdón: conmutación de la pena de muerte por destierro. Hay más: a los supervivientes que retornen el Señor les perdonará en un régimen nuevo de alianza perpetua.

50,21-34 Haremos una pausa en el verso 34, solicitada por lo que sigue. Otra pausa llega detrás del verso 30, también solicitada por el verso siguiente. Retornan los temas sin orden riguroso: anuncio de la caída de Babilonia, por su culpa; orden de ejecución a los verdugos o de asalto a la tropa; situación y destino próximo de judíos e israelitas. Sigue el mismo cruce de voces y de personas interpeladas.

Es nueva la imagen de un desafío aceptado o de una provocación. El reto puede suceder de dos maneras: directamente, persona a persona, o indirectamente, atentado contra algo personal del rival. El desafiado, a su vez, puede responder personalmente o despachando sus campeones (cfr. 1 Sm 17). El Señor, como parte, despacha a su gente (21.25-27.29) o se presenta en persona (31); explica su táctica (24) o justifica su acción (29.33s). Ante el hecho reaccionan los vencidos gimiendo (23), los liberados exultantes (28). Este esquema no aparece puro, sino contagiado con la imagen precedente del juicio.

50,21 A oídos hebreos Merataín suena parecido a "Doble rebelión", y Pecod suena a "sanción".

50,23 Variante de la imagen de instrumento: véase Is 10,12.

50,24 Ha caído en la trampa de su confianza desmedida en sí misma, en el lazo de su crueldad y arrogancia: cfr. Is 8,15; 28,13.

50,25 Las armas pueden ser meteoros destructores (Eclo 39,28-29; Sab 5,17-23) o ejércitos humanos (Is 13,4s).

50,26-27 En una cultura agropecuaria aparecen en paralelo la cosecha de grano y los novillos. Los novillos representan a jefes y soldados (Is 34,2.6; Ez 39,18-20), ¿también las gavillas? (cfr. Gn 37,6s). Son probables tanto la lectura propia como la metafórica; el verbo "destruid" apoya más bien la metafórica.

50,28 Estos fugitivos que llevan la noticia a Sión tienen que ser judíos: véase la descripción de Is 21,1-10. La destrucción de Babilonia es un acto de justicia vindicativa, propia del Dios "justiciero" (Sal 94,1). El ejército babilonio había saqueado el ajuar e incendiado el templo del Señor: una profanación sacrílega.

50,30 Este verso, copiado de 49,26, interrumpe el desarrollo continuado del tema de la "insolencia".

50,31 El Señor acepta el desafío: 21,13; 23,30; Han 2,14; 3,5. Desafiar al Señor, aunque lo haga un imperio, es insolencia intolerable: Prov 11,2; 13,10; 21,24.

50,33-34 Apela a la institución jurídica del rescate, de posesiones enajenadas o de familiares esclavizados. Dios asume ese oficio a favor de su pueblo: Is 41,14; 44,6; 47,4 etc.). Babilonia no aduce más derechos que la fuerza para retener a los cautivos de guerra; pero el rescatador es más fuerte (31,11), su nombre o título celeste lo acredita (31,35; 32,18); por el vínculo de la alianza "defenderá su causa" (25,31; Is 49,25).

50,35-40 En la escena de introducción a estos oráculos, 25,15-29, pasaba primero la copa, después seguía la espada. Aquí leemos una invocación a la espada, como instrumento de ejecución; puede compararse con Ez 21,13-22. Seis llamadas (quizá falte una en 35b) y doce datos enumerados (compárese con Is 2,12-16). La espada ha de destruir cuanto hacía la grandeza de Babilonia: poder político, militar, técnico y mágico, recursos naturales y riquezas acumuladas, y la abundancia de imágenes idolátricas.

50,38 El verbo final es ambiguo, según la vocalización: las versiones han leído "se gloría", el hebreo lee "se enloquecen". Quizá sea pretendida la ambivalencia.

50,39 Al quedar despoblado, lo invaden animales salvajes: Is 13,20-22; 34,14.

50,40 Cita de 49,18 y de Is 34,19.

50,41-43 Repetición casi literal de 6,22-24; lo que amenazó el Señor a Jerusalén, ahora se vuelve contra Babilonia; lo que hizo se lo harán.

50,44-46 Repetición de 49,19-21 como pieza de repertorio.

JEREMÍAS. CAPÍTULO 49.

Oráculo contra Amón (Ez 25,1-8; Am 1,13-15)

491Así dice el Señor:
¿Acaso Israel no tiene hijos, no tiene heredero?
¿Por qué Malcom ha heredado a Gad
y su pueblo vive en sus poblados?
2Pues llegará un tiempo -oráculo del Señor-
en que haré resonar en Rabat Amón
el alarido de guerra:
se convertirá en collado de escombros
y sus ciudades serán incendiadas;
entonces Israel heredará al heredero
-lo dice el Señor-.
3Gime, Jesbón, porque está arrasada Ay;
gritad, ciudades de Rabat,
vestid sayal, haced duelo,
callejead por entre las cercas,
porque Malcom marcha al destierro
con sus sacerdotes y dignatarios.
4¿Por qué te glorías de tus valles,
valles que rezuman, ciudad perversa,
confiada en tus tesoros;
decías: "¿Quién me invadirá?".
5Yo haré que te invada el terror
por todas partes
-oráculo del Señor de los ejércitos-:
cada uno huirá en una dirección
y nadie reunirá a los dispersos.
6Después cambiaré la suerte de Amón
-oráculo del Señor-.
¿Ya no queda sabiduría en Temán?,
¿ya no dan consejos sus maestros?,
¿ya se ha puesto rancia su sabiduría?
8Huid, dad la vuelta,
cavad refugios, habitantes de Dedán,
porque le envío a Esaú
su desastre, la hora de las cuentas.
9Si te invadieran vendimiadores,
¿no dejarían racimos?
Si vinieran ladrones nocturnos,
¿no te saquearían con medida?
10Pero soy yo quien desnudo a Esaú,
descubro sus escondrijos, y no podrá ocultarse.
Está destruido su linaje,
su familia, no quedan vecinos;
11abandonas a tus huérfanos,
¿y voy a mantenerlos yo?,
¿van a depender de mí tus viudas?
12Así dice el Señor:
Los que no acostumbran beber la copa
la han tenido que beber,
¿y tú vas a quedar impune?
¡De ningún modo! La beberás.
13Lo juro por mí mismo -oráculo del Señor-:
Bosra se convertirá en espanto,
oprobio, ruina, maldición; todos sus pueblos
serán ruinas perpetuas.
14He oído un mensaje del Señor
enviado a las naciones:
Reuníos, marchad contra ella,
presentadle batalla.
15Te convierto en la nación más pequeña,
despreciada por los hombres.
16Te sedujo el terror que sembrabas
y la arrogancia de tu corazón:
habitas en las rocas escarpadas,
agarrada a las cumbres;
pues aunque pongas el nido
tan alto como un águila,
de allí te derrumbaré -oráculo del Señor-.
17Y Edom será un espanto:
los que pasen junto a ella
silbarán espantados al ver sus heridas.
18Será como la catástrofe
de Sodoma y Gomorra y sus vecinos,
donde no habita nadie
ni mora hombre alguno -dice el Señor-.
19Como un león que sube 
de la espesura del Jordán
a las dehesas siempre verdes,
así los espantaré de repente
y me adueñaré de los escogidos.
Pues ¿quién hay como yo?,
¿quién me desafía?,
¿quién es el pastor que puede resistirme?
20Ahora escuchad el designio
del Señor contra Edom
y sus planes contra los habitantes de Temán:
Juro que aun las ovejas más pequeñas
serán arrebatadas,
juro que se espantará de ellas su dehesa.
21Al estruendo de su caída retiembla la tierra,
el clamor y los gritos
se oyen hasta el Mar Rojo.
22Como un águila, se cierne y se lanza
abriendo las alas contra Bosra;
aquel día los soldados de Edom
se sentirán como una mujer en parto.

Oráculo contra Damasco (Is 17,1-6; Am 1,3-5)

23Están confusas Jamat y Arpad,
porque han oído una noticia terrible:
ansiosas, fluctúan como el mar,
no logran calmarse.
24Damasco desfallece y emprende la huida,
le atenaza un temblor, le agarran dolores
y espasmos como de parturienta.
25¡Ay, abandonada la ciudad famosa,
la villa gozosa!
26Sus jóvenes caen en las calles aquel día,
y sus guerreros enmudecen
-oráculo del Señor de los ejércitos-.
27Prenderé un fuego
a las murallas de Damasco
que devorará los palacios de Benadad.

Oráculo contra Cadar y Jazor (Is 21,26s)

28Contra Cadar y los reinos de Jazor (a los que derrotó Nabucodonosor, rey de Babilonia).
Así dice el Señor:
En pie, id contra Cadar,
destruid a las tribus de Oriente.
29Que recojan sus tiendas y sus ovejas,
sus lonas, todo su ajuar,
que se lleven sus camellos,
que se alce un grito: "Cercados de pavor".
30Huid desbandados, cavad refugios,
habitantes de Jazor -oráculo del Señor-,
porque Nabucodonosor, rey de Babilonia,
tiene planes y designios contra vosotros.
31En pie, marchad contra un pueblo confiado
que habita tranquilo -oráculo del Señor-,
no usa puertas ni cerrojos y vive apartado:
32sus camellos serán botín;
sus inmensos rebaños, despojo;
aventaré a todos los vientos
a los de sienes rapadas,
de todas partes conduciré su desastre
-oráculo del Señor-.
33Jazor será guarida de chacales,
un desierto pepetuo;
nadie habitará allí ni morará hombre alguno.

Oráculo contra Elam

34Palabra del Señor al profeta Jeremías contra Elam (al principio del reinado de Sedecías en Judá).
35Así dice el Señor de los ejércitos:
Yo quebraré el arco de Elam
y la flor de sus soldados:
36conduciré contra Elam los cuatro vientos
desde los cuatro puntos cardinales;
los dispersaré a todos los vientos,
y no  habrá nación
adonde no lleguen prófugos de Elam.
37Haré que Elam se aterrorice
ante sus enemigos
que intentan darle muerte;
les enviaré una desgracia,
el incendio de mi ira -oráculo del Señor-;
despacharé contra ellos
la espada hasta consumirlos.
38Colocaré mi trono en Elam
y destruiré al rey y a los nobles
-oráculo del Señor-.
39Al cabo de los años
cambiaré la suerte de Elam
-oráculo del Señor-.

Explicación.

49,1-2 El oráculo gira en torno a la imagen del heredero. Como si Israel no tuviera "hijos", el dios Malcom ha querido apoderarse de su territorio en calidad de heredero. Un día el Señor destruirá la capital de los "hijos" de Amón y sus ciudades "filiales", entonces el heredero legítimo, Israel, ocupará el puesto del intruso.

49,3-5 Unido al anterior, es una invitación al duelo por la desgracia. Incendiadas las viviendas, la población tiene que vagar por las "cercas".

49,6 Como 48,47.

49,7-22 El oráculo contra Edom se inspira en parte en Abdías, y repite otros pasajes de Jeremías. He aquí las correspondencias:

Jr 49                                 Abd                            Jr 49                         Jr

7                                       8                                8                               46,21
9                                      5                                12                              25,29
10                                    6                                17                              19,8
12                                    16                              18                              50,40
14                                    1                                19-21                         50,44-46
15                                    2                                22a                            48,40b
16                                   3s                               22b                            48,41b
22                                   9

Usa también frases convencionales del género. Es original en el desarrollo de algunas imágenes. Esaú es el antecesor de los idumeos; Seír es su territorio montañoso.

Edom tiene montado un sistema de defensas contra posibles agresiones: todas sus defensas fracasarán frente al Señor. Cuenta con sabiduría, que a fuerza de vieja, se vuelve rancia; cuenta con escondrijos en una zona accidentada de montes y valles, pero el Señor los desnuda todos; cuenta con sus plazas fuertes inaccesibles, que servirán para agravar la caída; si está alta como nido de águila, le enviarán otra águila que se abate sobre el nido encumbrado; su pastor no resistirá al león; sus soldados se volverán mujeres. El poema va desmantelando todas las defensas. Todo esto se presenta, no como simple información, sino en un tono animado de preguntas, interpelaciones, órdenes, combinando retórica con dramatismo.

49,7 Es tradicional el cultivo de la sabiduría en Edom: Job; bar 3,22s.

49,8 Los dedanitas eran caravaneros y comerciantes: Is 21,13.

49,9-10 Los vendimiadores no hurgan para descubrir los últimos racimos; se los dejan a los rebuscadores. Tampoco el ladrón nocturno se demora para llevarse todo; selecciona lo mejor. En cambio el Señor hará su trabajo a conciencia, dejando patente todo lo escondido.

49,11 Si se lee como afirmación, significa que el Señor se encargará de proteger a la gente desvalida que Edom abandona a su suerte (cfr. Sal 68,6). Si se lee como pregunta retórica, significa que el Señor no acepta cargar con los "racimos" abandonados; otro modo decir que actuará "sin compasión" (13,14; Ez 5,11; Lam 2,2.17.21).

49,12 La copa de 25,28s.

49,13 Bosra, capital de Edom, lleva en su nombre una consonancia con "vendimia" (Is 63,1-6).

49,14 El Señor aparece como soberano que hace leva para la guerra contra Edom.

49,15 Contiene dos paronomasias: una patente, Edom y ´adam; otra oculta: Seír y un sinónimo de "pequeño", se´ir.

49,16 "Rocas" en hebreo el nombre de Petra, otra ciudad de Edom.

49,19-21 Versos de repertorio. Después de despachar sus ejércitos, el Señor llega en persona: véanse Is 31,4 y Miq 5,7. Otra lectura: "me ocuparé de sus carneros escogidos" (los jefes, Ex 15,15).

49,21 Continuación lógica de 16: el estruendo de la caída. Desde Edom al Mar Rojo media una distancia considerable.

49,23-27 La brevedad de este oráculo contrasta con la importancia histórica de Siria y su capital, Damasco. También aquí reconocemos citas y repeticiones:

49,24b Inspirado en Is 57,20

49,24b Tópico (6,24; 13,21; 22,23 etc).

49,26 Jr 50,30

49,27 Cita de Am 1,14

No hay rasgos descriptivos locales. Sólo los topónimos orientan.

49,28-33 Este oráculo contra beduinos y seminómadas es modelo de composición. Aprovechando el carácter de las poblaciones, describe su situación, y de ella toma pie para un desarrollo imaginativo. Si Cadar significa "oscuro", del color de la lona de sus tiendas (Cant 1,5), Jazor significa "cercado, corral"; otras paronomasias y aliteraciones enriquecen el texto hebreo. Los beduinos viven en agrupaciones circulares de tiendas, sin murallas que los protejan. En terreno estepario viven tranquilos, abiertos a los cuatro vientos; quizá confíen en su conocimiento del terreno y su movilidad. Pues bien, de los cuatro vientos vendrá un asaltante, lo cercará y lo dispersará a los cuatro vientos. El terreno queda barrido, a disposición de las fieras.

49,31 Véanse Jue 18,7 y Ez 38,11.

49,34-39 Después de haber repasado las naciones cercanas a Judá, el compilador de la serie se aleja hacia oriente y se fija en un país secundario, Elam, famosa por su capital Susa y sometida sucesivamente a Babilonia, Asiria, Media y Persia. El oráculo se desarrolla sin originalidad, en ocho verbos cuyo sujeto inmediato es el Señor. Los instrumentos de castigo son: el viento, la desgracia, el incendio y la espada.

49,36 Los cuatro vientos: Zac 2,10; 6,5.

49,37c Tomado de 9,15b.

49,38 El trono: en señal de conquista (1,15), no de residencia.

49,39 La restauración como en 46,26; 48,47 y 49,6.

JEREMÍAS. CAPÍTULO 48.

Oráculo contra Moab (Is 15-16; Ez 25,8-11; Am 2,1-3)


481Así dice el Señor de los ejércitos, Dios de Israel:

¡Ay de Nebo, arrasada; de Quiriatain,
derrotada y conquistada!
¡De la Ensalzada, derrotada y deshecha!
2Ya no existe la fama de Moab.
En Jesbón planeaban contra ella.
¡Vamos a destruirla como nación!
Madmena, enmudeces
perseguida por la espada.
3Oíd gritos en Joronain:
gran desastre y quebranto:
4quebrantada está Moab,
que se oigan sus gritos en Seír.
5Por la cuesta de Lujit subían llorando,
por la bajada de Joronain
se oyeron gritos desgarradores.
6Huid, salvad la vida, como asnos de la estepa.
7Por fiarte de tus obras y tesoros,
también tú serás conquistada;
Camós marchará al destierro
con sus sacerdotes y dignatarios.
8Vendrá el devastador a cada pueblo:
ni uno se librará; quedará desolada la vega
y destruida la llanura -lo ha dicho el Señor-.
9...............................................................*
sus pueblos quedarán desiertos
por falta de habitantes.
10¡Maldito quien ejecute con negligencia
el encargo del Señor!
¡Maldito quien retenga su espada de la sangre!
11Moab reposó desde joven,
tranquila sobre sus heces:
no la trasvasaron de una vasija a otra,
no fue al destierro;
así conservó su gusto y no alteró su aroma.
12Pero llegará un tiempo -oráculo del Señor-
en que despacharé tinajeros
que la trasvasen:
vaciarán las vasijas, romperán los cacharros.
13Y Camós defraudará a Moab,
como le pasó a Israel
con Betel, en quien confiaba.
14¿Cómo presumíais de valientes,
de soldados aguerridos?
15Avanza el destructor de Moab y sus pueblos,
la flor de sus soldados baja al matadero
-oráculo del Rey que se llama
Señor de los ejércitos-.
16Se acerca la catástrofe de Moab,
su desgracia se apresura:
17lloradla, todos sus vecinos,
y los que respetan su fama.
Decid: ¡Ay, quebrado el bastón del poder,
el cetro de majestad!
18baja de tu solio, siéntate en el yermo,
población de Dibón,
porque avanza contra ti el devastador de Moab,
para derruir tus fortalezas;
19y tú, población de Aroer,
ponte en el camino y vigila,
pregunta al fugitivo evadido:
"¿Qué ha pasado?".
20Que está derrotada y deshecha Moab:
gemid y gritad,
anunciad en el Arnón que está arrasada Moab;
21que han ejecutado la sentencia
contra la meseta:
22Jolón*, Yahas, Mepaat*,
Dibón, Nebo, Bet Biblatain,
23Quiriatain, Bet Gamul*, Bet Maón*,
24Quiriat, Bosra,
contra todos los poblados de Moab,
cercanos y lejanos.
25Han arrancado el cuerno a Moab,
le han roto el brazo -oráculo del Señor-.
26Emborrachadla, porque desafió al Señor;
Moab se revolcará en su vómito,
y se burlarán de ella.
27¿No te burlaste tú de Israel como de uno
sorprendido entre ladrones?
¿No hacías muecas cuando hablabas de ella?
28Dejad las ciudades,
habitad entre peñas, vecinos de Moab,
como palomas que anidan
en la pared de una cueva.
29Nos hemos enterado de la soberbia de Moab,
de su orgullo desmedido,
de su soberbia, vanidad,
presunción y engreimiento.
30Yo conozco y su arrogancia -oráculo del Señor-,
sus bravatas desatinadas,
sus acciones desatinadas.
31Por eso voy a aullar por Moab,
a gritar por todo Moab,
32a sollozar por Quiriat Jeser*;
a llorar por ti, viña de Sinmá,
más que lloré por Yazer.
Tus sarmientos se extendían hasta el mar
y llegaban hasta Yazer:
sobre tu cosecha y tu vendimia
cayó el devastador;
33cesaron el gozo y la alegría
en las vegas de Moab.
Acabé conel vino de tus lagares,
y ya no pisarán
entonando coplas y más coplas.
34El grito de Jesbón
llega hasta Elalé y Yahas,
las voces se oyeron en Soar,
Joronain y Eglat Salisiya,
porque hasta la Fuente de Nimrín*
se ha secado.
35Acabaré en Moab
con los que suben a las ermitas
a ofrecer incienso a sus dioses
-oráculo del Señor-.
36Por eso mi corazón gime
con voz de flauta de Moab,
mi corazón gime
con voz de flauta por Quiriat Jeser,
porque han perdido todo lo ahorrado.
37Todas las cabezas están calvas
y las barbas rapadas,
llevan incisiones en los brazos
y un sayal a la cintura;
38en las azoteas y calles de Moab
hay luto unánime,
porque he quebrado a Moab
como cántaro inútil
-oráculo del Señor-.
39Gemid: ¡Ay Moab!,
deshecha volvió la espalda;
¡qué vergüenza, Moab!,
hecha la burla y el espanto de todos sus vecinos.
40Así dice el Señor:
Miradlo lanzarse como un águila
abriendo las alas sobre Moab:
41Las ciudades han sido conquistadas,
las ciudadelas tomadas.
Aquel día se sentirán los soldados de Moab
como mujer en parto.
42Moab dejará de ser nación,
porque desafió al Señor.
43¡Pánico y zapa y cepo contra ti,
población de Moab!
-oráculo del Señor-:
44el que se libra del pánico cae en la zapa,
al que se alza de la zapa
lo atrapa el cepo;
porque hago que le llegue a Moab
el año de rendir cuentas
-oráculo del Señor-.
45Al amparo de Jesbón se detienen
sin fuerzas los fugitivos:
ha salido un fuego de Jesbón,
una llama de Sijón
que devora las patillas de Moab
y la coronilla de los saonitas.
46¡Ay de ti, Moab;
estás perdido, pueblo de Camós!
Tus hijos van deportados,
tus hijas marchan al destierro.
47Al cabo de los años cambiaré la suerte de Moab -oráculo del Señor-. Fin de la sentencia de Moab.


Explicación.



48,1-47 El capítulo sobre Moab es difícil de interpretar por su ambigüedad entre la unidad temática y la variedad de materiales. Empiezo por una descripción:


a) Materiales. Gran parte de los versos del capítulo son repetición o imitación de otros textos: He aquí una lista:

Jr 48                                                       Is 15-16


5                                                              15,5b

29                                                            16,6
30                                                            16,6
31                                                            16,7
32                                                            16,8s
33                                                            16,9s
34                                                            15,4a.6a
35                                                            16,12
36                                                            15,5a.2b
37                                                            15,3a
38                                                            15,3b
40b                                                          Jr 49,22
41b                                                          49,24
43s                                                          Is 24,17s
45b                                                          Nm 21,28a
46                                                            21,29

Este plano general se enriquece con semejanzas y reminiscencias. Con todo, no faltan elementos originales en el capítulo.

b) Composición. ¿Hay que leer el texto como composición coherente, como elegía doliente sin arquitectura, o como colección de cantos autónomos?

Por más que buscamos indicios de composición, introducciones, repeticiones, no logramos descubrir una estructura portante. Mejor es observar los factores de unidad y el desarrollo o proceso de los elementos.

c) Unidad. Es patente la presencia continua y nominal de Moab: más de treinta veces en el capítulo. Abundan los topónimos del reino de Moab, de los cuales unos cuantos prestan sus nombres a ingeniosas paranomasias. Es posible que provoquen otras alusiones culturales para nosotros desconocidas. El delito capital de Moab es la soberbia, la vana confianza en sus riquezas acumuladas, sus soldados aguerridos y su posición estratégica. Entre las imágenes se destacan las relacionadas con la vid y el vino, típicos cultivos de la zona. El conjunto mantiene un tono de elegía doliente, con abundancia de llantos gritos, sin que falten invitaciones irónicas y punzadas satíricas. Se impone la movilidad de personajes que toman la palabra o que son interpelados, lo cual dificulta y anima la lectura. Con rapidez cambian los tiempos: espera el futuro inminente, contempla el presente desastrado, anuncia un futuro trágico.

d) Desarrollo. Para seguir el curso irregular de esta corriente lírica, podemos esforzarnos por apreciar la dirección aproximada. Lo iremos haciendo por bloques o segmentos: 1-10.11-13.14-28.29-42.43-45.45-46.

48,1-10 Predomina el tema de llanto por las poblaciones y en ellas. Lo interrumpen voces anónimas: de los asaltantes (2b), de un personaje que escucha y da órdenes (3.6), de alguien que incita a la ejecución despiadada (10). Se anuncia la desgracia final (7-9).

48,1 Nebo era una importante ciudad fortificada (Nm 32,3). La Ensalzada podría designar la ciudadela de la capital.

48,2-3 La "fama" o el orgullo, aquello de lo que se gloriaba. "Como nación": Sal 83,5. "Planear": la raíz verbal coincide con las consonantes de Jesbón. "Enmudeces": paronomasia de Madmená (cfr. Is 10,31). "Desastre y quebranto"; bina aliterada, como en Is 51,19; 59,7; 60,18.

48,4-5 Moab puede designar la capital. En vez de Seír, el hebreo dice "sus pequeños". "Llanto sobre llanto": dudoso el texto hebreo.

48,6-7 "Asno", "onagro" corrigiendo el hebreo, que dice Aroer. "Obras": el griego ha leído "fortalezas". Camós era el dios de Moab: Nm 21,29; 1 Re 11,7.

48,8-9 Sale el dios, entra el devastador: salida bochornosa, entrada fatídica. Dudoso 9a; quizá "dadle alas para que escape" (cfr. Sal 11,1; 55,7).

48,9* = Ininteligible.

48,10 Casos semejantes: Jue 5,23; Ex 32,28; Nm 25,7.

48,11-13 Imagen del vino con solera. Moab ha conservado el aroma de su identidad no adulterada, pero también ha aumentado los grados de su soberbia. El destierro o la dispersión la curará de sus pretensiones. Lo más grave es que, incluso las vasijas, que conservan la solera, serán quebradas, de modo que el aroma primitivo no será recuperado. (Compárese con 13,12-14).

48,14-28 Presento en esquema el movimiento casi dramático de interpelaciones, preguntas y respuestas de esta sección:

48,14 El poeta interpela con pregunta retórica: cita sus palabras y anuncia su fracaso.

48,17 Interpela a los vecinos invitando al duelo; sugiere el texto.

48,18 Interpela a Dibón y lo motiva.

48,19 Interpela a Aroer para que se informe:
         pregunta el prófugo,
         respuesta del prófugo; pide que se difunda,

48,21-24 Informe detallado, como parte de guerra.

48,25 Toma la palabra el Señor,

48,26 Interpelando al invasor,

48,27 interrogando retóricamente a Moab,

48,28 invitando a los vecinos a huir.

48,14-15 Confianza militar. "Matadero" consuena en hebreo con "confianza". El título solemne del Señor se opone a la tropa de Moab.

48,17 "Bastón y cetro" como en Is 14,29; Ez 19,11s.

48,18 "Yermo": o sediento; algunos corrigen y leen basura, excremento.

48,22 * = Arenal; Fuenteclamor.

48,23 * = Casalpago; La Mansión.

48,25 "Cuerno" puede designar el mando y "brazo" el poder militar.

48,26 Retorna una imagen del vino: 13,13 y 25,15; véanse también Is 19,14 y 28,8.

48,29-38 Está calcado en Is 16,6-12 con algunos cambios. El esqueleto se articula en denuncia del delito, sentencia de castigo y consecuencias. Habla una primera persona en singular o plural: en unos casos como juez bien informado (31.35.38), que decreta y hace ejecutar; en otros casos, como alguien que participa y se compadece (32.36).

Se podría leer como diálogo, distinguiendo las voces.

48,32 Véase Sal 80,10-12. * = Villa Alfarera.

4833 Véase Is 24,7-9.

48,34 * = Las Panteras.

48,39 La doble interjección puede servir de colofón.

48,40 Véanse 4,13; Is 46,11; Ez 17,3.

48,43-44 Como eliminatoria implacable que diezma una y otra vez. Los obstáculos son sucesivos y suenan casi igual.

48,47 Adición que corrige las amenazas definitivas de la serie (2.12.38.42).