La jarra de loza* (Jr 25,1)
191El Señor me dijo:
-Vete a comprar una jarra de loza; acompañado de algunos concejales y sacerdotes, 2sal hacia el valle de Ben Hinnón, adonde la Puerta de los Cascotes, y proclama allí lo que yo te diré*:
10"Rompe la jarra en presencia de tus acompañantes, 11y diles: Así dice el Señor de los ejércitos: Del mismo modo romperé yo a este pueblo y a esta ciudad; como se rompe un cacharro de loza y no se puede recomponer*"
14Jeremías volvió de la puerta adonde lo había mandado el Señor a profetizar, se plantó en el atrio del templo y dijo a todo el pueblo: 15-Así dice el Señor de los ejércitos, Dios de Israel: Yo haré venir sobre esta ciudad y su comarca todos los males con que la he amenazado, porque se pusieron tercos y no escucharon mis palabras.
201Pasjur, hijo de Imer, sacerdote comisario del templo del Señor, oyó a Jeremías profetizar aquello; 2Pasjur hizo azotar al profeta Jeremías y lo metió en el cepo que se encuentra en la puerta superior de Benjamín, en el templo del Señor.
3A la mañana siguiente, cuando Pasjur lo sacó del cepo, Jeremías le dijo:
4-El Señor ya no te llama Pasjur, sino Cerco de Pavor; pues así dice el Señor: Serás el pavor tuyo y de tus amigos, que caerán a espada enemiga, ante tu vista; entregará a todos los judíos en poder del rey de Babilonia, que los desterrará a Babilonia y los matará a espada. 5Entregaré todas las riquezas de esta ciudad, sus posesiones, objetos preciosos, los tesoros reales de Judá a los enemigos, que los saquearán, los agarrarán y se los llevarán a Babilonia. 6Y tú, Pasjur, con todos los de tu casa, irás al destierro, a Babilonia; allí morirás y serás enterrado con todos tus amigos, a quienes profetizabas tus embustes*.
El Valle de Ben Hinnón (Jr 7,29-8,3)
193Di: Escuchad la palabra del Señor,
reyes de Judá y vecinos de Jerusalén:
Así dice el Señor de los ejércitos, Dios de Israel:
Yo haré venir sobre este lugar
una catástrofe que a quien la oiga
le zumbarán los oídos;
4porque me abandonaron, extrañaron este lugar
sacrificando en él a dioses extranjeros,
que ni ellos ni sus padres conocían,
y los reyes de Judá
lo llenaron de sangre inocente.
5Construyeron ermitas a Baal,
donde quemaban a sus hijos
como holocaustos en honor de Baal;
cosa que no les mandé, ni les dije,
ni se me pasó por la cabeza.
6Por eso llegarán días -oráculo del Señor-
en que este lugar ya no se llamará El Horno
ni Valle de Ben Hinnón, sino Valle de las Ánimas.
7Haré fracasar en él
los planes de Judá y Jerusalén,
los derribaré a espada del enemigo,
por mano de los que los buscan para matarlos,
daré sus cadáveres en pasto a las aves del cielo
y a las bestias de la tierra.
8Haré de esta ciudad espanto y burla:
los que pasen junto a ella
se espantarán y silbarán a la vista
de tantas heridas.
9Haré que se coman a sus hijos e hijas,
que se coman unos a otros,
cuando les aprieten y estrechen el cerco
sus enemigos mortales*.
11cY enterrarán en El Horno,
por falta de sitio.
12Así trataré a este lugar y a sus habitantes,
haré de esta ciudad un horno
-oráculo del Señor-;
13las casas de Jerusalén
y los palacios reales de Judá
serán inmundos como el sitio de El Horno;
las casas en cuyas azoteas ofrecían sacrificios
a los astros del cielo,
y libaban a dioses extranjeros
Explicación.
19-20 Como último acto de una serie, se compone de tres elementos bien diferenciados: a) el oráculo de la jarra; b) el oráculo sobre el Valle de Hinnón; c) la última confesión de Jeremías. En la composición actual del libro este arco remata una serie análoga, que podemos esquematizar así:
oráculo persecución confesión
16,1-17,13 (17,18) 17,14-18
17,19-18,17 (18,18-20) 18,20-23
19 20,1-6 20,7-18
(En paréntesis la persecución incorporada a la oración). Si el esquema es válido, podemos pensar que el compilador juntó dos oráculos antes del relato de persecución, y en la operación se insinuó algún desorden. Con otros autores propongo una reordenación probable.
19,1 * Año 604.
19,1-2.10-11.14-15 Otra acción simbólica, unida a la precedente por el tema común de la cerámica. También se puede considerar como precedente los textos de execración, escritos en cascotes de barro, que se rompían para influir mágicamente en los enemigos. Concejales y sacerdotes actúan de testigos, del brazo secular y clerical.
La palabra "quebrar" recobra su significado material y se enriquece de sentido simbólico. Es imagen corriente: Is 30,14; Am 6,6; Nah 3,19; Lam 4,10.
19,2 * Los vv. 3-9 y 12c.13 tras 20,6.
19,11 "Recomponer" es en hebreo el mismo verbo que "sanar".
* Los vv. 14-15 tras 19,11.
19,14-15 En nuestra interpretación, Jeremías no se contenta con pronunciar el oráculo ante pocos testigos, sino que lo hace resonar en el lugar más público, el atrio del templo; no se queda a la puerta (7,2). Es lógico que semejante intrusión provocase la reacción del comisario del templo. El verso 15 es resumen del discurso.
20,1-6 El episodio de Pasjur se destaca por la concentración y por la pasión retórica con que está expresado; hay que notar las enumeraciones enfáticas, la insistencia en "todos".
El cambio de nombre se apoya en una paronomasia rebuscada. El nuevo nombre suena en 6,25; 20,10; 46,5; 49,29 y Sal 31,14, Los dos personajes se enfrentan intensamente. Pasjur tiene la autoridad, Jeremías la palabra; Jeremías va a la cárcel, Pasjur irá Babilonia; Jeremías saldrá al día siguiente, Pasjur morirá en el destierro. Jeremías llama a Pasjur falso profeta, y ésa es la clave de la oposición. resulta que ese sacerdote forma parte de la pandilla de falsos profetas, y emplea sus atribuciones para impedir que en el recinto por él custodiado resuene la palabra del Señor. Como en el caso de Amasías y Aós (Am 7).
En torno a los protagonistas se mueve un círculo de amigos y otro más ancho de enemigos. La espada de Babilonia será ejecutora de la sentencia. La profecía se cumplió en la primera deportación.
20,6 * Los vv 7ss tras 19,13.
19,3-13 Quizá sea variante del oráculo sobre el Valle de Ben Hinnón y el malfamado Tofet: profanación del templo 7,30 y 19,4, sacrificios a Baal 7,31 y 19,5b-6; 7,32c y 19,11c.
El foco de atención es el Tofet. La mirada es atraída hacia ese puesto del valle urbano donde se ha cometido el delito más abominable: culto a dioses extranjeros (contra el primer mandamiento) e infanticidio (no matar). y acude a la memoria otro cortejo de delitos: el culto astral en las azoteas de las casas (Dt 4,19). Desde lo hondo de su valle ensangrentado y humeante de carne humana achicharrada, hasta las azoteas humeantes de incienso, la ciudad entera está contaminada.
El castigo responde al delito: por inmolar a sus hijos, se comerán a sus hijos; por el culto idolátrico, la ciudad queda profanada. Fuego y muerte. Tofet es probable deformación de tefat, que significa horno, hoguera (cfr. Is 30,33): al final toda la ciudad será un tofet: ¿alude al incendio de Jerusalén el año 586? Al menos así hay que leerlo después de los sucesos. Los muertos, abandonados a la intemperie o enterrados en zona habitada, contaminan (Lv 11): en el corazón de la ciudad habrá un foco permanente de contaminación.
19,3 Título amplio del Señor, amo de los ejércitos estelares, que no merecen adoración.
19,4 "No conocían": Dt 11,28; 13,3.14; 29,25.
19,6 "Ánimas": tomando el sustantivo como colectivo. Si se mantiene el significado abstracto, sería el Valle de la Matanza. *Los vv. 7ss van detrás de 19,13.
19,8 "Silbarán": Lam 2,15s.
19,9 Lv 26,29; Dt 28,53; Lam 4,10; 2 Re 6,28s.
*Los vv. 10,11ab van detrás de 19,2.
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