viernes, 20 de noviembre de 2015

JEREMÍAS. CAPÍTULO 39.

Sobre la conquista de Jerusalén (Jr 52,3-30; 2 Re 25,22-24)

391El año noveno de Sedecías, rey de Judá, el mes décimo, vino Nabucodonosor, rey de Babilonia, con todo su ejército a Jerusalén, poniéndole cerco. 2El año undécimo de Sedecías, el mes cuarto, el día noveno, abrieron brecha en la ciudad, 3y entraron los generales del rey de Babilonia y se sentaron en la puerta central: Nergalsaréser, príncipe de Sin-Maguir, jefe de empleados, y Nabusabán, jefe de eunucos, y los demás generales del rey de Babilonia.
4Cuando lo vieron Sedecías, rey de Judá, y sus soldados, salieron de noche huyendo de la ciudad, por el camino de los jardines reales, por una puerta entre las dos murallas, y se dirigieron hacia el desierto. 5Pero el ejército caldeo los persiguió, y alcanzó a Sedecías en la estepa de Jericó. Lo apresaron y lo llevaron ante Nabucodonosor, rey de Babilonia, que estaba en Ribla, provincia de Jamat. Allí lo juzgó.
6El rey de Babilonia hizo ajusticiar en Ribla a los hijos de Sedecías, ante su vista, y a todos los notables de Judá también los hizo ajusticiar el rey de Babilonia. 7A Sedecías lo cegó y le echó cadenas de bronce, para llevarlo a Babilonia.
8Los caldeos incendiaron el palacio real y las casas del pueblo, y destruyeron las murallas. 9Al resto del pueblo que había quedado en Jerusalén y a los que habían pasado a ellos los llevó a Babilonia desterrados Nabusardán, jefe de la guardia. 10A la gente pobre que no tenía nada. Nabusardán, jefe de la guardia, los dejó en el territorio de Judá, y les entregó aquel día viñedos y campos.
11En cuanto a Jeremías, Nabucodonosor, rey de Babilonia, había dado órdenes a Nabusardán, jefe de la guardia, diciendo:
12-Tenlo, mira por él, no le hagas ningún daño, sino trátalo como él te diga.
13Nabusardán, jefe de la guardia; Nabusasbán, jefe de eunucos, y Nergalsaréser, jefe de empleados, y todos los generales del rey de Babilonia 14enviaron a sacar del patio de la guardia a Jeremías, y se lo entregaron a Godolías, hijo de Ajicán, hijo de Safán, para que lo mandase a su casa y habitase en medio del pueblo.
15El Señor había dirigido la palabra a Jeremías mientras estaba preso en el patio de la guardia:
16-Vete y di a Ebedmélec, el nubio:
Así dice el Señor de los ejércitos, Dios de Israel:
Yo cumpliré mis palabras contra esta ciudad,
para mal y no para bien:
tenlas presentes aquel día.
17Aquel día te libraré -oráculo del Señor-
y no caerás en poder de los hombres que tú temes;
18seguro que te libraré y no caerás a espada:
salvarás tu vida como un despojo,
porque confiaste en mí -oráculo del Señor-.

Explicación.

39,1-18 Los versos 1-2 repiten datos de 52,4-6; 4-10, de 52,7-11.13-16; en muchos particulares coincide con 2 Re 25. El capítulo cuenta la suerte de tres personajes: Sedecías, Jeremías y Ebedmélec, y de la ciudad. Muestra, además, cómo se cumplen las profecías: llega el enemigo del norte, tantas veces anunciado, pone cerco a la ciudad (10,18-19,9), los generales se sientan en las puertas (1,15), destruyen (1,10), incendian (frecuente), los soldados huyen (6,24), huida en descampado (6,25), el rey frente al emperador (34,3), destierro a Babilonia (idem), deportación de judíos (13,19), juzgar (1,16; 4,12). La coincidencia no siempre es verbal.

Otros datos sugieren un cambio de suerte: lo que le sucedía a Jeremías, les sucede al rey y sus ministros. Los pobres que fueron oprimidos (5,28; 22,3.16) reciben huertos. Los que no tenían nada arraigan y sobreviven.

39,1 El asedio comenzó en enero del 588; en julio del año siguiente abrieron brechas los sitiadores; en agosto terminó la conquista.

39,2 Agosto del año 587.

39, 4Ez 12,12-16; 2 Sm 15.

39,6-7 La ejecución de sus hijos es la última escena que contemplan los ojos del anciano: imagen cruel para el recuerdo. Cegarlo entraba en las costumbres bélicas de entonces.

39,11-14 El trato especial de Jeremías se explica porque había volcado su prestigio sobre el partido de la no resistencia, de lealtad al soberano. Así vuelve Jeremías a su puesto "en medio del pueblo".

39,15 Con más respeto por la cronología, este oráculo se debía haber leído detrás de 38,13. Donde lo leemos contribuye al juego de contrastes: Sedecías / Jeremías; nobles / pobres; ministros / Ebedmélec.

No hay comentarios:

Publicar un comentario