sábado, 2 de enero de 2016

EZEQUIEL. CAPÍTULO 48.

481Lista de las tribus:
En el extremo septentrional -que va desde el Mediterráneo, por Jetlón y el Paso de Jamat, hasta Hazar Enon, separando por el norte la región de Damasco de la de Jamat-, se extiende de este a oeste el territorio de Dan.
2Lindando con Dan, se extiende de este a oeste el territorio de Aser.
3Lindando cn Aser, se extiende de este a oeste el territorio de Neftalí.
4Lindando con Neftalí, se extiende de este a oeste el territorio de Manasés.
5Lindando con Manasés, se extiende de este a oeste el territorio de Efraín.
6Lindando con Efraín, se extiende de este a oeste el territorio de Rubén.
7Lindando con Rubén, se extiende de este a oeste el territorio de Judá.
8Lindando con Judá, se extiende de este a oeste el coto sagrado: medirá doce kilómetros y medio de anchura, y de este a oeste, lo mismo que las demás porciones. En el centro se levantará el santuario.
9El coto sagrado que reservaréis como tributo al Señor tendrá doce kilómetros y medio de longitud por diez de anchura.
10Beneficiarios del coto sagrado: A los sacerdotes les corresponderá una parcela rectangular, de doce kilómetros y medio de longitud -lados septentrional y meridional- por cinco de anchura -lados oriental y occidental-. En el centro se levantará el santuario del Señor.
11Se trata de los sacerdotes consagrados, descendientes de Sadoc, que se hicieron cargo de mi servicio y no se extraviaron como los levitas, cuando se extraviaron los israelitas, 12y les corresponderá una porción sacrosanta del coto sagrado de la tierra, colindante con la de los levitas.
13A los levitas les corresponderá una parcela de doce kilómetros y medio de longitud por cinco de anchura, lindando con la de los sacerdotes. Área total del coto sagrado: doce kilómetros y medio de longitud por diez de anchura. 14Nada de esto podrán vender ni permutar. No podrán enajenar lo mejor de la tierra, porque es porción santa del Señor.
15Queda una extensión de dos kilómetros y medio de anchura por doce y medio de longitud: es terreno profano. Pertenece a la ciudad para viviendas y pastos. 16La ciudad se levantará en el centro. Área de la ciudad: dos mil doscientos cincuenta metros por cada lado, norte, sur, este y oeste. 17Tendrá ciento veinticinco metros de prados comunales al norte, sur, este y oeste.
18Quedan al este y al oeste de la ciudad, colindantes con el coto sagrado, sendas parcelas de cinco kilómetros de longitud. Con lo que produzcan se alimentarán los que trabajan en la ciudad. 19Las labrarán los obreros de todas las tribus israelitas que trabajen en la ciudad. 20Área total del coto sagrado, incluyendo lo que pertenece a la ciudad: un cuadrado de doce kilómetros y medio de lado.
21Quedan los terrenos del príncipe. Están situados a ambos lados del coto sagrado y de las posesiones de la ciudad. Se extienden por el este desde la raya de doce kilómetros y medio hasta la frontera oriental, y por el oeste, desde la raya de doce kilómetros y medio hasta la frontera occidental, paralelos a los territorios de las tribus. Pertenecen al príncipe. En medio quedará el coto sagrado con el santuario del templo.
22Igualmente, las propiedades de los levitas y de la ciudad quedarán enclavadas entre los territorios del príncipe y los territorios de Judá y de Benjamín.
23Resto de las tribus:
De este a oeste se extiende el territorio de Benjamín.
24Lindando con Benjamín, se extiende de este a oeste el territorio de Simeón.
25Lindando con Simeón, se extiende de este a oeste el territorio de Isacar.
26Lindando con Isacar, se extiende de este a oeste el territorio de Gad.
28El territorio de Gad coincide al sur con la frontera meridional, que va desde Palma, por el oasis de Careo Cadés, siguiendo el cauce del torrente, hasta el Mediterráneo.
29Ésta es la tierra que distribuiréis en propiedad hereditaria a las tribus de Israel y éstas son sus porciones -oráculo del Señor-.
30ª Puertas de salida de la ciudad: 31allevarán los nombres de las tribus de Israel.
30b Por el lado septentrional, 31b que mide dos mil doscientos cincuenta metros, tres puertas: la puerta de Rubén, la puerta de Judá y la puerta de Leví.
32Por el lado oriental, que mide dos mil doscientos cincuenta metros, tres puertas: la puerta de José, la puerta de Benjamín y la puerta de Dan.
33Por el lado meridional, que mide dos mil doscientos cincuenta metros, tres puertas: la puerta de Simeón, la puerta de Isacar y la puerta de Zabulón.
34Por el lado occidental, que mide dos mil doscientos cincuenta metros, tres puertas: la puerta de Gad, la puerta de Aser y la puerta de Neftalí.
35Perímetro de la ciudad: nueve kilómetros.
Desde entonces la ciudad se llamará "El Señor está allí".

Explicación.

48,1-29 El orden de las tribus sólo en parte responde a la vieja distribución. Al excluir del territorio sagrado todo el país al este del Jordán, tiene que desplazar a Rubén, Gad y la mitad de Manasés.

48,15 La capital queda cercana, pero separada del área del templo. Se supone que la habitan representantes de las doce tribus.

48,30-31 Las puertas eran centro de vida ciudadana; lo que para nosotros son las plazas. Todas las tribus estaban representadas en la capital.

48,35 Si los nombres de las puertas son ilustres, más glorioso es el nuevo y definitivo nombre de la ciudad: ·El Señor está allí", uniendo y consagrando con su presencia un pueblo en una ciudad. Quizá sea intencionada la aliteración: Yeru - shalem / Yhwh - shamma. 

La restauración de Jerusalén se lee también en otros textos escatológicos: Is 24-25; 65, 18-19; 66,10.13.20; Jl 3,5; 4,17; Miq 4,8; Zac 14,11. El Apocalipsis, y con él el NT, terminan con la visión de la ciudad celeste, la nueva Jerusalén.

EZEQUIEL. CAPÍTULO 47.

El manantial del templo (Jl 4,18; Zac 14,8; Sal 46,5)

471Me hizo volver a la entrada del templo. Del  zaguán del templo manaba agua hacia levante -el templo miraba a levante-. El agua iba bajando por el lado derecho del templo, al mediodía del altar. 2Me sacó por la puerta septentrional y me llevó por fuera a la puerta del atrio que mira a levante. 3El agua iba corriendo por el lado derecho. El hombre que llevaba el cordel en la mano salió hacia levante. Midió quinientos metros, y me hizo atravesar las aguas: ¡agua hasta los tobillos! 4Midió otros quinientos, y me hizo cruzar las aguas; ¡agua hasta las rodillas! Midió otros quinientos metros, y me hizo pasar: ¡agua hasta la cintura! 5Midió otros quinientos metros: era un torrente que no pude cruzar, pues habían crecido las aguas y no se hacía pie; era un torrente que no se podía vadear.
6Me dijo entonces:
-¿Has visto, hijo de Adán?
A la vuelta me condujo por la orilla del torrente.
7Al regresar, vi a la orilla del río una gran arboleda en sus dos márgenes. 8Me dijo:
-Estas aguas fluyen hacia la comarca levantina, bajarán hasta la estepa, desembocarán en el mar de las aguas pútridas y lo sanearán. 9Todos los seres vivos que bullan, allí donde desemboque la corriente tendrán vida, y habrá peces en abundancia. Al desembocar allí estas aguas quedará saneado el mar y habrá vida dondequiera que llegue la corriente. 10Se pondrán pescadores a su orilla: desde Engadí hasta Eglain habrá tendederos de redes; su pesca será variada, tan abundante como la del Mediterráneo. 11Pero sus marismas y esteros no serán saneados: quedarán para salinas. 12A la vera del río, en sus dos riberas, crecerá toda clase de frutales; no se marchitarán sus hojas ni sus frutos se acabarán; darán cosecha nueva cada luna, porque los riegan aguas que manan del santuario; su fruto será comestible y sus hojas medicinales.
13Esto dice el Señor: Fronteras de la tierra que las doce tribus de Israel recibiréis como propiedad hereditaria. 14Todos recibiréis partes iguales. Yo juré con la mano en alto dársela a vuestros padres; por eso esta tierra os tocará a vosotros como propiedad hereditaria.
15Fronteras de la tierra: Por el norte: desde el Mediterráneo, por Jetlón, el Paso de Jamat, Sedad, 16Berota y Sibrain -separando los territorios de Damasco y Jamat-, hasta Hazar Enon*, que limita con Haurán. 17Así que la frontera va desde el Mediterráneo hasta Hazar Enon, separando el norte los territorios de Damasco y Jamat. Ésta es la frontera septentrional.
18Por el este: desde Hazar Enon, por la línea que separa los territorios de Haurán y Damasco, siguiendo el curso del Jordán, entre Galaad e Israel, hasta el Mar de Levante y hasta Palma. Ésta es la frontera oriental.
18Por el sur: desde Tamar* hasta el oasís de Meribá* Cadés y, siguiendo el torrente, hasta el Mediterráneo. Ésta es la frontera meridional.
20Por el oeste: limita con el mar Mediterráneo, hasta la latitud del Paso de Jamt. Ésta es la frontera occidental.
21Ésta es la tierra que os repartiréis las doce tribus de Israel. 22Os la repartiréis a suerte como propiedad hereditaria, incluyendo a los emigrantes residentes entre vosotros que hayan tenido hijos en vuestro país. Serán para vosotros como los israelitas indígenas. Entrarán en la distribución con las tribus de Israel. 23A los emigrantes les daréis su propiedad hereditaria en el territorio de la tribu donde residan -oráculo del Señor-.

Explicación.

47,1-12 Después de prolijas inserciones, de áridas reglamentaciones, retorna el aliento poético de la visión. De la llegada de la Gloria (43) se pasa a sus efectos vivificantes. Hay que unirlo también al espíritu del cap. 37: viento y agua, doble principio de nueva vida. Agua como en el paraíso (Gn 2,10-14): en vez de cuatro ríos, cuatro etapas crecientes. Agua en la ciudad santa (Is 30,25; Jl 4,18; Zac 14,8): el templo está en la plataforma superior, sobre las plataformas del atrio interior, del exterior y del terreno circundante. Agua regada que transforma el desierto (Is 35). Porque el Señor es "fuente de agua viva" (Jr 2,13; 17,13).

Agua de vida: continua, creciente, invasora, comunicada. Se comunica a las plantas, produciendo un parque maravilloso; se comunica a los animales, haciendo que el Mar Muerto pulule de seres vivos; se comunica a los hombres en forma de alimento y medicina. El profeta ha de sentir en su cuerpo el poder del agua; el resto lo escucha de labios del acompañante.

47,1 El agua avanza hacia oriente, quizá por ser esa zona más árida, quizá imaginando un emplazamiento oriental del paraíso (cfr. Gn 13,10).

47,3-5 Las distancias son medidas, el crecimiento es desmedido. Bien pronto el caudal supera al del Jordán (cfr. Jos 3-4; Jue 12,5s).

47,8-9 Renace prodigiosamente la vida, como en una nueva creación: Gn 1,20s. El agua dulce (Apsu) vence al agua salada (Tehom).

47,10-11 Actividad humana como signo de paz y prosperidad. La sal no es sólo condimento necesario para la vida (Eclo 39,26); es también prenda de alianza (Nm 18,19) y acompaña los sacrificios (Ex 30,35; Lv 2,13).

47,12 La zona se transforma en paraíso. Los frutos de todos sus árboles serán comestibles, las hojas medicinales alejarán la muerte.

47,13 Las fronteras exteriores del territorio conservan cierto realismo geográfico: delimitan una franja, no un cuadrilátero perfecto; con todo, bajo el dominio persa, esas fronteras teóricas. Sobre ese territorio extenderá después (48) las franjas regulares de las doce tribus, que forman el Israel ideal del futuro.

La propiedad será hereditaria: porque la irán legando a las generaciones venideras, y porque actualizan la promesa divina a los patriarcas.

47,16 * = Aldealafuente.

47,19 * = La Palma; Careo.

47,21 En el antiguo éxodo, primero se repartía la tierra, y al cabo de un par de siglos se edificaba el templo. En la futura restauración el orden se invierte.

47,22-23 Conceder a los emigrantes derecho de propiedad de terrenos es un paso importante de tolerancia y acogimiento.

viernes, 1 de enero de 2016

EZEQUIEL. CAPÍTULO 46.

461Esto dice el Señor: La puerta oriental del atrio interior permanecerá cerrada los seis días laborables. Sólo se abrirá los sábados y los días de novilunio. 2El príncipe entrará desde el exterior por el vestíbulo, deteniéndose junto a las jambas de la puerta; los sacerdotes ofrecerán el holocausto y el sacrificio de comunión; el príncipe se postrará en el zaguán de la puerta y volverá a salir. La puerta no se cerrará hasta el atardecer. 3También los terratenientes del país se postrarán ante el Señor, a la entrada de la puerta, los sábados y días de novilunio.
4Oblación del príncipe al Señor: Los sábados: un holocausto de seis corderos sin defecto y un carnero sin defecto. 5Como ofrenda, media fanega por carnero, y por los corderos, a voluntad, más un azumbre de aceite por cada media fanega. 6Los días de novilunio: un novillo sin defecto, seis corderos y un carnero sin defecto. 7Como ofrenda, media fanega por novillo, media fanega por carnero, y por los corderos, según sus posibilidades, más un azumbre de aceite por cada media fanega.
8El príncipe entrará por el vestíbulo de la puerta y saldrá por el mismo camino. 9Pero cuando los terratenientes del país vayan a presentarse ante el Señor en las festividades, los que entren por la puerta septentrional para hacer la adoración, saldrán por la meridional, y los que entren por la puerta meridional, saldrán por la septentrional; no se retirarán por la misma puerta por la que entraron, sino que saldrán por la de enfrente. 10Y el príncipe entrará y saldrá en medio de ellos.
11En las fiestas y solemnidades la ofrenda consistirá en media fanega por novillo, media fanega por carnero, y por los corderos a voluntad, más un azumbre de aceite por cada media fanega.
12Cuando el príncipe ofrezca voluntariamente al Señor un holocausto o sacrificio de comunión, le abrirán la puerta oriental, ofrecerá su holocausto o sacrificio de comunión como todos los sábados, y luego saldrá. Y cuando salga, cerrarán la puerta.
13Ofrecerás diariamente al Señor en holocausto un cordero añal sin defecto; lo ofrecerás todas las mañanas. 14Añadirás cada mañana como ofrenda un celemín, más un tercio de azumbre de aceite para rociar la flor de harina; esta ofrenda al Señor es un rito cotidiano y perpetuo. 15El cordero con la ofrenda y el aceite lo ofrecerán todas las mañanas como holocausto cotidiano.
16Esto dice el Señor: Cuando el príncipe dé parte de su heredad a alguno de sus hijos, a éstos les pertenece como propiedad hereditaria. 17Pero si da parte de su heredad a un súbdito suyo, a éste le pertenecerá hasta el año de la remisión. Luego retornará al príncipe. 18Es herencia de sus hijos y a ellos les pertenece. El príncipe no quitará al pueblo su heredad, expropiándole tiránicamente. Sólo podrá dejar a sus hijos lo que sea propiedad suya, para que mi pueblo no se desperdigue, despojado de su propiedad.
19Me llevó por la entrada de al lado de la puerta a los bloques de sacristías sacerdotales, que dan al norte; en la parte de atrás, al poniente, había un local. 20Y me dijo:
-Éste es el local donde los sacerdotes conocerán las víctimas de los sacrificios expiatorios y penitenciales y prepararán la ofrenda; así no tendrán que sacarlos al atrio exterior, pues consagrarían al pueblo.
21Me sacó al atrio exterior y me lo hizo atravesar hasta las cuatro esquinas del atrio; allí, en cada esquina del atrio, había un corral. 22Al abrigo de las cuatro esquinas había corrales de veinte metros de longitud por quince de anchura; los cuatro tenían las mismas dimensiones. 23Los cuatro estaban cercados; al pie de la cerca había hogares. 24Y me dijo:
-Éstas son las cocinas donde los servidores del templo cocerán los sacrificios del pueblo.

Explicación.

46,1-3 Se refiere a la puerta que une el atrio exterior, donde se queda el pueblo, con el atrio interior, donde se encuentra el altar y el edificio del santuario. El príncipe se queda a distancia, pues el acto de sacrificar compete a los sacerdotes.

46,9 No conocemos el sentido de esta disposición. Se diría ritual más bien que funcional.

46,12 Sobre ofrendas voluntarias y votos véanse Lv 7,16; 22,18-21; Nm 15,3; 30.

46,16-18 La tierra es don de Dios, repartida por suertes a tribus y familias; los lotes han de quedar por herencia dentro de la familia, por eso se llaman también heredad; así cada generación participa en el don original de Dios, mientras se siente arraigada en la tierra. El desarraigo lleva a la dispersión y la miseria. La acumulación de posesiones rústicas es en Israel una explotación que va contra el plan originario del Señor. En la nueva ordenación, el príncipe debe garantizar el reparto y debe comenzar con su ejemplo: no permitiendo el enriquecimiento indebido de algunos favoritos y no expropiando al pueblo.

46,19-23 La disposición sirve para los sacrificios de comunión, en los que participaban como comensales los asistentes.

EZEQUIEL. CAPÍTULO 45.

Reparto de la tierra (Jos 13-21)

451Cuando repartáis a suertes las heredades de la tierra, reservaréis para el Señor como tributo un coto sagrado de doce kilómetros y medio de longitud por diez de anchura. Toda su superficie será sagrada. 2[En ella se dejará para el santuario un cuadro de doscientos cincuenta netros de lado, rodeado de veinticinco metros de pastos]. 3Aquí acotaréis una parcela de doce kilómetros y medio de largo por cinco de ancho, en la que se levantará el santuario. 4Es la parcela sacrosanta del país. Se adjudicará a los sacerdotes ministros del santuario que se acercan al Señor para servirle. Allí tendrán solares para sus casas y pastos para el ganado. 5A los levitas, empleados del templo, se les adjudicará una propiedad de doce kilómetros y medio de longitud por cinco de anchura, para que tengan ciudades donde habitar. 6El área señalada como término de la ciudad medirá doce kilómetros y medio de largo por dos y medio de ancho, a lo largo del coto sagrado. Pertenecerá a toda la casa de Israel.
7Al príncipe le asignaréis territorios a ambos lados del coto sagrado y del término de la ciudad; se extenderán desde el límite del coto sagrado y del término de la ciudad hasta el mar por occidente y hasta la frontera por oriente. Su longitud de frontera a frontera corresponde a una de las porciones asignadas a las tribus. 8Esta será su posesión en Israel. Mis príncipes ya no explotarán a mi pueblo, sino que adjudicarán la tierra a la casa de Israel, por tribus.
9Esto dice el Señor: ¡Basta ya, príncipes de Israel! Apartad la violencia y la rapiña y practicad el derecho y la justicia. Dejad de atropellar a mi pueblo -oráculo del Señor-.
10Usad balanzas precisas y medias fanegas justas y cántaras justas. 11La media fanega y la cántara tendrán cabida fija. La media fanega y la cántara serán la décima parte de la carga. La media fanega será el patrón. 12El siclo valdrá veinte óbolos. Cinco siclos serán siempre cinco siclos, diez siclos serán siempre diez siclos y cincuenta siclos valdrán una mina.
13Arancel tributario: un celemín por cada carga de trigo y un celemín por cada carga de cebada. 14Tasa de aceite (el aceite se medirá con la cántara): un azumbre por cada coro, pues diez azumbres hacen un coro. 15Una oveja por cada rebaño de doscientas cabezas, como tributo de las familias de Israel, para expiar por medio de la ofrenda, del holocausto y del sacrificio de comunión -oráculo del Señor-.
16Toda la población en Israel está obligada a dar al príncipe este tributo. 17El príncipe es responsable del holocausto, la ofrenda y la libación en las fiestas, novilunios, sábados y solemnidades de la casa de Israel. Él en persona hará el sacrificio expiatorio, la ofrenda, el holocausto y el sacrificio de comunión para expiar por los pecados de la casa de Israel.
18Esto dice el Señor: El día uno del mes primero tomarás un novillo sin defecto y purificarás el santuario. 19El sacerdote tomará sangre de la víctima expiatoria, untará con ella las jambas del templo y los cuatro ángulos del bloque del altar y las jambas de la puerta del atrio interior. 20Lo mismo harás el siete del mes [por los que hayan pecado por inadvertencia o por ignorancia, y así expiarás por el templo]. 21El día catorce del mes primero celebraréis la pascia. 22Comeréis panes ázimos durante siete días. El primer día ofrecerá el príncipe un novillo como víctima expiatoria por sí y por toda la población del país. 23Cada uno de los siete días de la fiesta ofrecerá el Señor en holocausto siete novillos y siete carneros sin defecto y un macho cabrío como víctima expiatoria. 24Añadirá una ofrenda de media fanega por cada novillo y media fanega por cada carnero, más un azumbre de aceite por cada media fanega. 25En la fiesta del día quince del mes séptimo se hará la misma ofrenda durante siete días: sacrificio expiatorio, holocausto, ofrenda y aceite.

Explicación.

45,1-6 No es fácil comprender esta geografía. En un mapa nuestro, trazado de norte a sur, debemos imaginarnos franjas horizontales de 12,5 km de anchura. Entre las tres forman un cuadrado. La superior, de 5 km de altura es para los sacerdotes; la siguiente, igual, es el coto sagrado del templo; la siguiente, igual, es para los levitas; la inferior es propiedad común de todo Israel, y mide 2,5 km de altura.

45,7 El príncipe ocupa el puesto del rey en la nueva ordenación. Su territorio ocupa un puesto privilegiado, como guardián del cuadrilátero central; sus posesiones se alargan en una franja ininterrumpida, paralela horizontalmente a las de las tribus. De sus funciones habla el capítulo siguiente.

45,8 La tarea del reparto renueva la actividad de Josué, que tampoco tenía título de rey. En la frase contra la explotación del pueblo resuenan recuerdos tristes de muchos monarcas, remontándose quizá a la descripción de 1 Sm 8 y a los comienzos de Salomón y Roboán.

45,9 En tono de oráculo profético, interrumpe el curso de la exposición.

45,10-12 Normas de justicia para el comercio y para los aranceles del templo (cfr. Lv 19,35s; Dt 25,13-16; Prov 11,1; Miq 6,11).

45,13-17 Son tributos para el culto, que el príncipe recibe como simple mediador.

45,18-25 El calendario difiere de los tradicionales (Ex 23,14-16; Lv 23; Dt 16) porque no menciona pentecostés; la expiación podría considerarse englobada en la fiesta de año nuevo. Se advierte una gran insistencia en los sacrificios expiatorios.


EZEQUIEL. CAPÍTULO 44.

441Luego me hizo volver a la puerta exterior del santuario que mira a levante; estaba cerrada.
2Y me dijo:
-Esta puerta permanecerá cerrada. No se abrirá nunca y nadie entrará por ella, porque el Señor, el Dios de Israel, ha entrado por ella; permanecerá cerrada. 3Sólo el príncipe en funciones podrá sentarse allí para comer el pan en presencia del Señor; entrará por el vestíbulo de la puerta y saldrá por el mismo camino.
4Luego me llevó por la puerta septentrional hacia la fachada del templo. Contemplé la gloria del Señor, que llenaba el templo del Señor, y caí rostro en tierra.
5Y me dijo:
-Hijo de Adán, fíjate bien, mira con los ojos, escucha con los oídos: voy a comunicarte los preceptos y leyes del templo del Señor. Fíjate bien en los que tienen acceso al templo y al santuario.
6Dile a la casa rebelde, a la casa de Israel: Basta ya de perpetrar abominaciones, casa de Israel. 7Profanáis mi templo metiendo en mi santuario extranjeros, incircuncisos de corazón e incircuncisos de carne, y ofreciéndome como alimento  grasa y sangre, mientras quebrantáis mi alianza con vuestras abominaciones. 8En vez de atender al servicio de mis cosas santas, les encargáis a ellos el servicio de mi santuario. 9Por tanto, esto dice el Señor: Ningún extranjero incircunciso de corazón e incircunciso de carne entrará en mi santuario; absolutamente ninguno de los extranjeros que viven con los israelitas.
10Los levitas, que se alejaron de mí cuando Israel se extravió, abandonándome para seguir a sus ídolos, pagarán su culpa, 11y desempeñarán en mi santuario el oficio de porteros y sacristanes del templo. Ellos degollarán las víctimas del holocausto y del sacrificio del pueblo, al servicio de la gente. 12Porque le sirvieron delante de sus ídolos, arrastrando al pecado a la casa de Israel; por eso les juro con la mano en alto -oráculo del Señor- que pagarán sus culpas, 13y no se acercarán a mí para oficiar como sacerdotes ni podrán acercarse a mis cosas santas o sacrosantas. Cargarán con su ignominia y con las abominaciones que perpetraron. 14Yo los nombro encargados de todos los servicios y oficios auxiliares del templo.
15Pero los sacerdotes levíticos descendientes de Sadoc, que se hicieron cargo del servicio de mi santuario cuando los israelitas anduvieron extraviados lejos de mí, se acercarán a mí para servirme y estarán en mi presencia, para ofrecerme grasa y sangre -oráculo del Señor-. Ellos entrarán en mi santuario y se acercarán a mi mesa como ministros míos y se encargarán de mi servicio.
17Cuando tengan que entrar por la puerta del atrio interior, se pondrán vestiduras de lino; no llevarán ropa de lana cuando vayan a oficiar en las puertas del atrio interior o dentro del atrio. 18Irán tocados con turbantes de lino, llevarán calzones de lino, pero no se ceñirán, para no sudar. 19Cuando tengan que salir al atrio exterior, donde está el pueblo, se quitarán las vestiduras con las que oficiaron, dejándolas en las sacristías, y se pondrán otra ropa. Así no consagrarán al pueblo con sus vestiduras.
20No se raparán la cabeza ni irán desmelenados; se recortarán el pelo. 21Ningún sacerdote beberá vino cuando vaya a entrar en el atrio interior. 22No tomarán por mujer a viuda ni a repudiada; sólo podrán casarse con vírgenes de linaje de la casa de Israel o con la viuda de un sacerdote. 23Declararán a mi pueblo lo que es sagrado y lo que es profano y dictaminarán lo que es puro o impuro. 24En los pleitos actuarán como jueces. Sentenciarán según mis leyes; guardarán mis mandatos y preceptos en todas mis festividades y santificarán mis sábados. 25No se contaminarán con ningún cadáver, a no ser del padre, la madre, el hermano o la hermana soltera. 26Después de purificarse, contará siete días, 27y cuando vaya a entrar en el atrio interior para oficiar en el santuario, ofrecerá por sí mismo un sacrificio expiatorio -oráculo del Señor-.
28No tendrán propiedad hereditaria: yo soy su propiedad; no les daréis ninguna posesión en Israel: yo soy su posesión. 29Comerán la ofrenda y las víctimas de los sacrificios expiatorios y penitenciales. 30También les pertenece todo lo dedicado al Señor. Lo mejor de las primicias de toda especie y de los tributos de toda especie será para los sacerdotes. La primicia de vuestra molienda se la daréis al sacerdote para que la bendición descienda sobre tu casa. 31Los sacerdotes no comerán ningún ave ni animal terrestre muerto desgarrado por una fiera.

Explicación.

44,1-4 Son conocidas en diversas culturas las grandes puertas reservadas a la divinidad o a los héroes. En el AT las puertas del Sal 24 y del 118. En ellas se celebra un rito periódico. En contraste, la puerta oriental del templo ha sido escogida para un acto único e irrepetible: la entrada del Señor para morar en medio de su pueblo, para siempre. El pueblo ha de recordar este momento como decisivo en su historia futura.

44,5 Estos preceptos, según la introducción, parecen continuar la ley fundamental de 43,12; según el contenido, presentan un aire pequeño de restauración, que no responde a la visión de la nueva era. Hay que leerlos como adición que refleja la lectura de los grandes textos por una comunidad que comienza a vivir otra vez en la patria.

44,6 Esa comunidad no parece haber recibido la efusión de espíritu del capítulo 36, sino que vuelve a llamarse Casa Rebelde. El autor que ha reunido estos preceptos ha procurado escalonar su material: extranjeros, pueblo, levitas, sadoquitas. Los extranjeros son excluidos porque no llevan la señal de la circuncisión, que distingue al pueblo escogido, y además, por su corazón incircunciso. Exclusivismo moral y religioso en la línea de Lv 22,25 y Dt 23,2-4, contra Is 56,3-8. Los levitas son degradados por un supuesto pecado antiguo. Los sadoquitas son absueltos por su fidelidad al culto y obtienen privilegios cúlticos y materiales (contra 22,26).

44,10-14 No tenemos otras noticias de semejante delito grave contra le ley de Dt 13. El delito tenía pena de muerte; aquí se reduce a degradació. ¿Por qué? ¿Insinúa que el delito fue de los antepasados? Entonces iría contra la nueva norma de los capítulos 18 y 33 sobre responsabilidades.

44,17 Véase Ex 28.

44,20 Véanse Lv 10,6; 21,5.10.

44,21 Véase Lv 10,9.

44,22 Véase Lv 21,7.14 y 22,13.

44,23 Véanse 22,26 y Lv 10,10.

44,24 Véase Dt 17,8-13.

44,25 Véanse Lv 21 y Nm 19.

44,28-30 Véase Nm 18,8-19.20-32 y Dt 18,2.

44,31 Prescripción general en Ex 22,30; especialmente aplicada al sacerdote en Lv 22,8.

EZEQUIEL. CAPÍTULO 43.

Vuelve la gloria (Ex 40,34s; 1 Re 8,10s; 10,19; 11,23)


431Me condujo a la puerta oriental: 2vi la gloria del Dios de Israel que venía de oriente, conestruendo de aguas caudalosas; la tierra reflejó su gloria. 3La visión que tuve era [como la visión que había contemplado cuando vino a destruir la ciudad] como la visión que había contemplado a orillas del río Quebar. Y caí rostro en tierra. 4La gloria del Señor entró en el templo por la puerta oriental. 5Entonces me arrebató el espíritu y me llevó al atrio interior. La gloria del Señor llenaba el templo.

6Entonces oí a uno que me hablaba desde el templo -el hombre seguía a mi lado-, 7y me decía: 
-Hijo de Adán, éste es el sitio de mi trono,
el sitio de las plantas de mis pies,
donde voy a residir para siempre
en medio de los hijos de Israel.
La casa de Israel y sus monarcas
ya no profanarán mi nombre santo
con sus fornicaciones
ni con los cadáveres de sus reyes difuntos.
8Poniendo su sumbral junto a mi umbral
y las jambas de sus puertas
pegadas a las mías
-ellos y yo pared por medio-,
profanaron mi nombre santo
con las abominaciones que perpetraron,
y por eso los consumió mi ira.
9Pero ahora alejarán de mí sus fornicaciones
y los cadáveres de sus monarcas,
y residiré en medio de ellos para siempre.
10Y tú, hijo de Adán, describe a la casa de Israel el templo, a ver si se avergüenzan de lo que hicieron. La estructura y disposición del templo, sus entradas y salidas, sus preceptos y leyes, enséñaselos y diséñalos, para que pongan por obra todas sus leyes y preceptos.
12Ley y templo. El área entera de la cima del monte es lugar sacrosanto. Ésta es la ley del templo.
13Dimensiones del altar (en codos mayores de a codo y palmo). La caja del altar medía medio metro de profundidad y medio metro de espesor; entre el bordillo y el altar quedaba un espacio de medio metro; el bordillo medía una cuarta.
14Alzado el altar. El bloque inferior desde la caja medía un metro de altura y tenía un rellano de medio metro. El bloque superior medía dos metros de altura y tenía un rellano de medio metro. 15Desde aquí hasta el ara, dos metros de altura. Del ara sobresalían cuatro remates.
16Dimensiones del ara. Un cuadrado de seis metros de lado. 17El bloque superior era un cuadrado de siete metros de lado. Entre el altar y el bordillo quedaba un espacio de medio metro; el bordillo que lo rodeaba medía veinticinco centímetros. La escalinata del altar miraba al oriente.
18Me dijo:
-Hijo de Adán, esto dice el Señor: Preceptos sobre el altar. El día en que terminen de construírlo, para ofrecer holocaustos y rociarlo de sangre, darás un novillo para el sacrificio expiatorio 19a los sacerdotes levitas del linaje de Sadoc, que se acercan a mí para servirme -oráculo del Señor-. 20Tomarás su sangre, untarás con ella los cuatro salientes del altar, los cuatro ángulos de sus bloques y el bordillo que rodea la base, y así lo purificarás y lo expiarás. 21Tomarás el novillo del sacrificio expiatorio y lo quemarán en el sitio establecido del templo, fuera del santuario. 22El segundo día ofrecerás un macho cabrío sin defecto como sacrificio expiatorio; con él expiarán el altar lo mismo que lo expiaron con el novillo. 23Terminada la expiación, ofrecerás un novillo y un carnero sin defecto, 24los ofrecerás al Señor, y los sacerdotes les echarán sal y se los ofrecerán al Señor en holocausto. 25Durante siete días ofrecerás un macho cabrío como sacrificio expiatorio, y ofrecerán un novillo y un carnero sin defecto. 26Durante siete días purificarán el altar, lo expiarán y lo consagrarán. 27Así pasarán estos siete días. A partir del octavo, los sacerdotes ofrecerán sobre el altar vuestros holocasutos y vuestros sacrificios de comunión. Y yo os los aceptaré -oráculo del Señor-.


Explicación.





43,1-11 Llega el momento culminante: a la visión trágica de los cap. 8-11 responde, a unos veinte años de distancia, esta visión de esperanza. La Gloria del Señor retorna al lugar de donde partió. Ello no significa volver al pasado como si nada hubiera ocurrido; se trata de un nuevo comienzo que brota de la experiencia del doble fracaso: fracaso del pecado, "las abominaciones que perpetraron", fracaso del castigo, "los consumió mi ira". Una promesa del Señor inaugura la nueva era "para siempre"; el anuncio de la obediencia del pueblo la completa. Ha precedido el don del espíritu del capítulo 36.


43,2 Rápidamente se desanda el camino de 11,23 y 10,19. La Gloria llega desde oriente, como un esplendor, y la primera respuesta es el reflejo de la tierra (comparar con Is 6).

43,3 Después le toca a Ezequiel ser el primer adorador humano, representando al pueblo, en un gesto profético (como Josué en Jos 5). No habla de humo ni de nube.

43,7 Trono puede ser el arca, en el templo, la ciudad (Jr 3,16s; 14,21; 17,12); el templo es también estrado (Sal 99,5; 132,7; Is 60,13). Ambos son atributos de realeza, porque el Señor será el rey de Israel.

43,7b-8 El oráculo polemiza contra la cercanía de palacio y templo, de la que hablan 1 Re 6 y 2 Re 11. Esa cercanía no respetaba suficientemente la distinción entre sacro y profano, y agravaba los pecados cometidos por los monarcas. Fornicaciones eran los cultos idolátricos (cap.8); en vez de "cadáveres" se podría tratar de estelas funerarias erigidas cerca del recinto del templo.

43,10-11 Es la vergüenza de que hablaban 16,61-63 y 20,43. Se puede entender en dos planos: el templo, con su armonía y perfección es un reproche de la mala conducta pasada del pueblo; o bien, la salvación inmerecida que el Señor otorga con su presencia es reproche de lo que hicieron y recuerdo de lo que merecieron. Además el templo se convierte en ley y norma que gobierne la vida litúrgica y por ella toda la conducta.

43,12 Parece introducir lo que sigue, al estilo de Lv 6,2 y 7,1. El Señor añade una declaración importante. Antes era "sacrosanta" la pieza interior del santuario; en adelante lo será toda la cumbre del monte a la redonda. Esto significa una dilatación conquistadora del espacio sacro, que no excluirá, antes acogerá al pueblo.

43,13-17 El altar (de los holocaustos) tiene forma algo apuntada, de cinco metros de altura. Sobre el ara se queman las víctimas, de modo que el olor y el humo se elevan sin afectar al atrio interior, y el pueblo puede ver el fuego y el humo desde el atrio exterior.

43,17 Por lo visto, un copista se saltó la referencia al bloque inferior, que podría sonar así: "el bloque inferior era un cuadrado de ocho metros de lado". Una traza diversa del altar leemos en Ex 20,25-26.

43,18-27 Compárese con Ex 29; Lv 8 y 16. En la nueva era continuará la práctica regular del culto con sacrificios.

EZEQUIEL. CAPÍTULO 42.

421Me sacó a la parte septentrional del atrio exterior y me condujo a un bloque de habitaciones situado frente al recinto y frente al pabellón, por el norte. 2Medía cincuenta metros de largo por veinticinco de ancho, por el lado norte. 3Se levantaba entre el recinto interior de diez metros y la acera del atrio exterior. Tenía tres galerías, una encima de otra. 4La fachada de este bloque daba a una calle interior, de cinco metros de ancho por cincuenta de largo. Este bloque comunicaba con la calle por el norte.
5Las habitaciones del piso superior eran menos amplias que las de los pisos bajo e intermedio, porque las galerías les robaban espacio. 6En efecto, el bloque constaba de tres plantas, y no tenía columnas como las del atrio exterior; por esto estaba escalonado, con entrantes en los pisos intermedio y superior. 7Un muro de veinticinco metros de longitud separaba este bloque de habitaciones del atrio exterior. 8El bloque del atrio exterior medía veinticinco metros de longitud. Este bloque caía enfrente del otro y medía cincuenta metros. 9Desde el atrio exterior se podía entrar en este bloque de habitaciones por una puerta que se abría al este, en el arranque del muro del atrio. 10Al sur había otro bloque gemelo frente al recinto y al pabellón. 11Delante pasaba una calle. tenía el mismo aspecto que el bloque del norte; medía lo mismo de longitud y de anchura, tenía idénticos accesos y estructura. 12Al pie de este bloque se abría una puerta en el arranque del muro, por la parte oriental.
13Me dijo: "Las habitaciones de estos bloques, septentrional y meridional, emplazados frente al recinto, son sacristías. En ellas los sacerdotes que se acercan al Señor comerán los manjares sacrosantos. En ellas depositarán la oblación sacrosanta y la ofrenda, el sacrificio expiatorio y el penitencial, pues el lugar es sagrado. 14Los sacerdotes que entren allí no podrán salir del recinto santo al atrio exterior sin antes quitarse las vestiduras con las que oficiaron, pues son sagradas. Deben mudarse de ropa antes de acercarse adonde está el pueblo".
15Cuando terminó de medir el ámbito del templo, me sacó pro la puerta oriental y se puso a medir el perímetro del templo. 16El lado oriental medía doscientos cincuenta metros, medidos con la caña de medir. 17Pasó al lado septentrional, que medía doscientos cincuenta metros, medidos con la caña de medir. 18Pasó al lado meridional, que medía doscientos cincuenta metros, medidos con la caña de medir. 19Pasó al lado occidental, que medía doscientos cincuenta metros, medidos con la caña de medir. 20Lo midió por los cuatro costados. Lo circuncidaba una muralla de doscientos cincuenta metros de ancho por doscientos cincuenta de largo, que separaba lo sacro de lo profano.

Explicación.

42,1-20 La forma cuadrada es símbolo de perfección. El templo es un universo aparte, un mundo sacro separado sólidamente del profano. Por dentro su sacralidad tiene grados, según espacios rigurosamente delimitados. La entrada a este mundo sacro y el progreso a zonas de sacralidad creciente está perfectamente controlado por escaleras y largas puertas con función simbólica. Subidas e introitos son los gestos humanos que simbolizan el acceso a la esfera sacra. Esto no basta para los sacerdotes: su acercamiento y entrada se simbolizan también con cambio de vestidos y finalmente con un baño ritual. Véase el comentario al Levítico.

EZEQUIEL. CAPÍTULO 41,1-4--40,38-46--41,5-26.

411Me llevó a la nave del templo. Las jambas medían tres metros de espesor. 2La entrada tenía cinco metros de luz; los flancos de la entrada medían dos metros y medio. La nave medía veinte metros de largo por diez de ancho.
3Penetró en la pieza interior. Las jambas de la entrada medían un metro. La entrada tenía tres metros de luz. Los flancos de la entrada medían tres metros y medio. 4Esta pieza medía diez metros de largo por diez de ancho. Entonces me dijo: "Éste es el Santísimo".
4038Había un cuarto que comunicaba con el vestíbulo de la puerta. Era el lavadero de las víctimas de los holocaustos. 39A cada lado del vestíbulo de la puerta había dos mesas destinadas a degolladero de las víctimas de los holocaustos y de los sacrificios expiatorios y penitenciales. 40Fuera del vestíbulo, a cada flanco de la entrada de la puerta septentrional, había dos mesas. 41Cuatro mesas había dentro de la puerta y otras cuatro fuera. Eran ocho en total las mesas destinadas a degolladero. 42ª Las cuatro mesas para las víctimas de los holocaustos estaban construidas con sillares. Medían setenta y cinco centímetros de largo por setenta y cinco de ancho y cincuenta de alto. 43ª Un palmo medían las repisas que había empotradas en las paredes. 42b En ellas se ponían las herramientas utilizadas para degollar las víctimas de los holocaustos [y del sacrificio]. 43b La carne de las ofrendas se ponía en las mesas.
44Me condujo al atrio interior, donde había dos habitaciones: una al flanco de la puerta septentrional, mirando al sur, y otra al flanco de la puerta oriental, mirando al norte. 45Y me dijo:
-Esta habitación orientada al sur es para los sacerdotes que atienden al servicio del templo; 46y la habitación orientada al norte es para los sacerdotes que atienden al servicio del altar, es decir, los sadoquitas, escogidos entre los levitas para servir al Señor.
415La pared del templo medía tres metros de espesor. Las crujías anejas que ceñían el templo medían dos metros de anchura. 6Las crujías estaban superpuestas formando tres plantas. La pared del templo tenía retallos en los que estribaban las vigas de las crujías, que así no iban empotradas en la pared del templo. 7Las crujías se hacían más anchas a medida que se subía, pues en cada planta ganaban espacio al muro del templo. Desde la planta baja se podía subir a la intermedia y a la superior.
8El templo estaba bordado por una acera. Las crujías anejas tenían más de una vara de cimientos. La acera medía tres metros. 9La pared exterior de las crujías anejas medía dos metros y medio de espesor. 10Entre las crujías anejas al templo y los bloques de habitaciones quedaba un solar de diez metros de anchura alrededor del templo. 11Las crujías anejas comunicaban con este solar por sendos postigos, uno al norte y otro al sur. Este solar tenía una tapia de dos metros y medio de espesor.
12Contiguo a este recinto, por el lado occidental, se levantaba un pabellón de treinta y cinco metros de ancho por cuarenta y cinco de largo. La pared de este pabellón medía dos metros y medio de espesor. 13Longitud total del templo, cincuenta metros. Longitud del pabellón, incluyendo el espesor del muro y el recinto, cincuenta metros. 14Anchura de la fachada oriental del templo, incluyendo el recinto, cincuenta metros. 15Anchura del pabellón contiguo al recinto, por la parte de atrás, cincuenta metros.
La nave del templo y el vestíbulo estaban revestidos de madera. 16Los alféizares de las ventanas estaban chapeados de madera. La pared estaba guarnecida de madera desde el suelo hasta las ventanas; igualmente el paño que carga sobre la puerta. 17En las paredes del Santísimo y de la nave había paneles ornamentados con palmas y querubines alternándose. 18Los querubines tenían dos rostros: 19un rostro humano mirando a la palma de un lado y un rostro de león mirando a la palma del otro lado. Todo el templo tenía esta ornamentación. 20Desde el piso hasta el paño que carga sobre la puerta, toda la pared estaba ornamentada con querubines y palmas.
21La puerta de la nave tenía jambas cuadradas. 22Delante del santuario había una especie de altar de madera: medio metro y medio de alto por uno de largo y uno de ancho; tenía ángulos salientes; su base y sus paredes eran de madera. Me dijo:
"Esta es la mesa que está en presencia del Señor".
23La puerta de la nave tenía dos hojas: 24La puerta del santuario tenía dos hojas. La hojas de estas puertas eran giratorias. 25Estaban ornamentadas con querubines y palmas. Tenían la misma ornamentación que las paredes. En la fachada del vestíbulo había una marquesina de madera. 26Las paredes laterales del vestíbulo y la marquesina estaban ornamentadas con querubines y palmas.

Explicación.

41,1-4 Ezequiel, como sacerdote, podía entrar hasta la nave del templo, pero no hasta el Santísimo, cuyo acceso estaba reservado exclusivamente al sumo sacerdote el día de la expiación (Lv 16). El misterioso acompañante y guía sí puede entrar, y desde dentro señala el recinto y pronuncia solemnemente su nombre.

40,46 La razón de dicho privilegio se remonta a Salomón, según 1 Re 1.

41,17 Los querubines eran seres mitológicos, fantásticos. No sabemos si a la palmera se le atribuían virtudes extraordinarias o si era puramente decorativa.

EZEQUIEL. CAPÍTULO 40,1-37.47-49.

NUEVO TEMPLO Y NUEVA TIERRA

El nuevo templo (Ex 25-31; 35-40; 1 Re 6-7)

401El año veinticinco de nuestra deportación, el diez del mes, día de año nuevo, el año catorce de la caída de la ciudad*, ese mismo día vino sobre mí la mano del Señor, 2y el Señor me llevó en éxtasis a la tierra de Israel, dejándome en un monte muy alto, en cuya cima se erguía una mole con traza de ciudadela. 3Me llevó allá y vi junto a la puerta un hombre que parecía de bronce: tenía en la mano un cordel de lino y una caña de medir. 4Este hombre me dijo:
-Hijo de Adán, mira y escucha atentamente, fíjate bien en lo que voy a enseñarte, porque has sido traído aquí para que yo te lo enseñe. Anuncia a la casa de Israel todo lo que veas.
5Una muralla ceñía todo el perímetro del templo. La caña de medir que el hombre llevaba en la mano era de seis codos (codo mayor, de a codo y palmo)*. La muralla medía tres metros de espesor por tres metros de alto.
6Entró por la puerta oriental: subió los peldaños y se puso a medir. 7El umbral de la puerta medía tres metros de fondo; las garitas, tres metros de largo por tres de ancho; 8los entrepaños, dos metros y medio; el umbral interior de la puerta contigua al vestíbulo, tres metros. 9El vestíbulo de la puerta medía cuatro metros; las jambas, un metro; el vestíbulo estaba al fondo. 10La puerta oriental tenía tres garitas a cada lado, todas de las mismas dimensiones. Las pilastras de ambos lados tenían también las mismas dimensiones. El vano de la puerta tenía cinco metros de luz. 11El pasillo de la puerta media metro y medio de ancho. 12Las garitas tenían en su embocadura un pretil de medio metro. 13Las garitas medían tres metros de lado. Sección transversal de la puerta, desde el arranque del techo de una garita hasta el remate del techo de la de enfrente, doce metros y medio. 14Los vanos de las garitas caían frente a frente. El vestíbulo medía diez metros y comunicaba con el atrio. 15Sección longitudinal de la puerta, desde la fachada de la entrada hasta el testero del vestíbulo interno, veinticinco metros. 16Las garitas de dentro de la puerta tenían troneras. También el vestíbulo tenía troneras. las jambas del vestíbulo estaban ornamentadas con palmas.
17Luego me llevó al atrio exterior, en el que había treinta habitaciones. Una acera bordeaba todo el atrio. 18La acera arrancaba de las puertas y su anchura correspondía a la longitud de éstas. 19Es la acera inferior. El atrio, desde el testero de la puerta exterior hasta la fachada de la puerta interior, medía cincuenta metros.
20Midió también la puerta septentrional del atrio exterior a lo largo y a lo ancho. 21Tenía las mismas dimensiones que la puerta anterior: veinticinco metros de largo por doce metros y medio de ancho, con sus tres garitas a cada lado, sus pilastras y su vestíbulo. 22Las troneras del vestíbulo y las palmas ornamentales tenían las mismas dimensiones que las de la puerta oriental. Tenía una escalinata de siete peldaños. El vestíbulo estaba al fondo. 23Por el norte, lo mismo que por el este, la puerta del atrio interior caía frente a la puerta del atrio exterior. Entre puerta y puerta había una distancia de cincuenta metros.
24Me condujo hacia el sur. Allí vi la puerta meridional. Sus pilastras y su vestíbulo medían lo mismo que los de las demás puertas. 25Las garitas y el vestíbulo de la puerta tenían troneras, iguales a las de las demás puertas. La puerta medía veinticinco metros de largo por doce metros y medio de ancho. 26Tenía una escalinata de siete peldaños. El vestíbulo estaba al fondo. 27Las jambas del vestíbulo estaban ornamentadas con palmas. El atrio interior tenía también una puerta mirando al sur. Entre puerta y puerta había una distancia de cincuenta metros.
28Por la puerta meridional me llevó al atrio interior. Esta puerta medía lo mismo que las demás. 29Sus garitas, sus pilastras y su vestíbulo medían lo mismo que los de las demás puertas. 30La puerta y su vestíbulo tenían troneras. La puerta medía veinticinco metros por doce metros y medio*.
31El vestíbulo comunicaba con el atrio exterior. Sus jambas estaban ornamentadas con palmas. Tenía una escalinata de ocho peldaños. 32Me llevó al atrio interior en dirección este. Esta puerta medía lo mismo que las demás. 33Sus garitas, sus pilastras y su vestíbulo medían lo mismo que los de las demás puertas. La puerta y su vestíbulo tenían troneras. La puerta medía veinticinco metros por doce metros y medio. 34El vestíbulo comunicaba con el atrio exterior. Sus jambas estaban ornamentadas con palmas. tenía una escalinata de ocho peladños. 35Me llevó a la puerta septentrional, que medía lo mismo que las demás. 36Sus garitas, sus pilastras y su vestíbulo tenían troneras. La puerta medía veinticinco metros por doce metros y medio. 37El vestíbulo comunicaba con el atrio exterior. Sus jambas estaban ornamentadas con palmas. tenía una escalinata de ocho peldaños*.
47El atrio central era un cuadrado de cincuenta metros de lado. El altar estaba situado enfrente del templo.
48Me llevó al vestíbulo del templo. Las jambas medían dos metros y medio. La entrada tenía siete metros de luz. Los flancos de la puerta medían metro y medio. 49El vestíbulo medía diez metros de ancho por seis de fondo. Tenía una escalinata de diez peldaños. Junto a las jambas había sendas columnas.

Explicación.

NUEVO TEMPLO Y NUEVA TIERRA

En el libro del Éxodo tropezamos con dos bloques referidos al santuario: mandato y ejecución. La ficción literaria coloca todo en el desierto, de suerte que la tienda móvil de los nómadas acoge y transporta el ajuar del templo de Jerusalén. La teología del templo, morada de Dios, cobra mucha importancia a lo largo de la historia.

Ezequiel, como sacerdote que ofició en el templo, participa de esa mentalidad. Si para él el destierro se consuma cuando la Gloria del Señor abandona su templo, la restauración quedará formalmente inaugurada cuando la Gloria retorne a su puesto. Por eso 43,1-11, texto original del profeta, es el momento culminante de estos capítulos. Pero el templo había sido destruido y tiene que ser reconstruido: 40-42 intentan dar una visión literaria del nuevo templo. Pero el templo tiene sus ministros, su culto y solemnidades: más o menos, el tema de 44-46. La morada del Señor centra el territorio elegido: 47-48 describen la división y reparto de la tierra. Y así, el acontecimiento trascendental queda literariamente sumergido en páginas de gusto geométrico. Como si un arquitecto y un agrimensor hubieran tomado la pluma para honrar con su saber al Señor que retorna. Compárense estos capítulos con los de Isaías II, y se tendrán los dos polos opuestos.

El arquitecto está más atento a la planta que a la alzada: la geometría no se le rebela. En cambio, el agrimensor prescinde de la configuración del terreno, como si Palestina fuera una pizarra lisa y cuadrada, sobre la que se trazan líneas rectas. Las complicadas trayectorias de límites de Josué se sacrifican a la pura geometría.

Con todo, el resultado final no es exacto; probablemente el texto ha sufrido adiciones y correcciones no bien integradas. Hay otras incoherencias o variaciones: descripción en acción y estática, anuncios y mandatos. Nada extraño en un texto amplio.

Nos enfrentamos a unos capítulos medianamente claros y bastante áridos. Hay que contrarrestarlos con salmos que expresan el amor y el dolor por el templo: 42-43; 48,13-15; 75; 79; 84. La visión final de este libro ha alimentado el simbolismo del Apocalipsis, y este símbolo ha influido secularmente en la arquitectura cristiana.

40,1 * Es el mes de abril del 573.

40,1-49 Hay que imaginarse el templo como un recinto cuadrado de quinientos codos de lado; y las puertas como las de castillos medievales o como las Puertas de Serrano en Valencia: corredores con garitas laterales. Supongamos que uno entra desde oriente. Sube unas escaleras, pasa un puerta, atraviesa un corredor de veinticinco metros, pasa otra puerta y se encuentra en el gran atrio exterior. Sigue de frente: a cien codos encuentra otro muro, sube otra escalera, cruza otro corredor, pasa otra puerta y se encuentra en el atrio interior. En frente ve alzarse una escalinata y un altar; lo rodea por un lado, y al otro extremo de este patio descubre una escalera por la que se accede a un edificio, en el que sólo pueden entrar las personas autorizadas. Ese edificio rectangular es el santuario: está dividido en un vestíbulo, una nave llamada el Santo y un camarín llamado el Santísimo. Compárese con Ex 25-31 y 1 Re 7.

40,2 El éxtasis o rapto es como el del capítulo 8. El monte altísimo es el monte Sión poéticamente transfigurado, como en Is 2,2.

40,3 "De bronce": por el color o por la piel lustrosa.

40,4 La visión de Ezequiel se ha de traducir en oráculo profético.

40,5 * Simplificamos las medidas reduciendo el codo mayor (0,518 m.) a medio metro.

40,30* El texto está corregido.

40,37 *Los vv. 38-46 después de 41,4.

40,47 El altar se describe en 43,13-17.

EZEQUIEL. CAPÍTULO 39.

391Y tú, hijo de Adán, profetiza así contra Gog:
Esto dice el Señor: Aquí estoy contra ti, Gog, adalid y caudillo de Mesec y Tubal, 2voy a revolverte y a sacarte, te levantaré en el norte remoto y te llevaré a los montes de Israel. 3De un golpe te tiraré el arco de la mano izquierda y las flechas se te caerán de la mano derecha. 4En los montes de Israel caerás tú con todas tus huestes y las tropas que vienen conmigo. Te daré como pasto  a todas las aves de rapiña y a las fieras salvajes. 5Caerás en campo abierto, pues yo lo he dicho -oráculo del Señor-. 6Enviaré fuego contra Magog y los que habitan confiados en las islas, para que sepan que yo soy el Señor. 7Daré a conocer mi nombre santo en medio de mi pueblo, Israel; ya no profanaré mi nombre santo, y sabrán las naciones que yo soy el Señor, el Santo de Israel. 8Mira que llega, que sucede -oráculo del Señor-: es el día que predije.
9Saldrán los vecinos de las villas y prenderán y quemarán las armas: arco y flechas, adarga y escudo, venablo y jabalina; harán fuego con ellas durante siete años. 10No tendrán que acarrear leña del monte ni tendrán que cortarla en los bosques, pues harán fuego con las armas. Saquearán a sus saqueadores y despojarán a sus despojadores -oráculo del Señor-.
11Aquel día le daré a Gog un mausoleo, un sepulcro en Israel; la nava de Abarín, al este del Mar Muerto, obstruirá el paso a los caminantes. Allí enterrarán a Gog con toda su horda, y le pondrán de nombre Gue Hamon* de Gog. 12La casa de Israel los enterrará para limpiar el país, y tardarán siete meses. 13Entre todos los del país los enterrarán, y el día en que me cubra yo de gloria será memorable para ellos -oráculo del Señor-. 14Destacarán patrullas que se dediquen a rastrear el país y a enterrar a los que aún queden a flor de tierra, para limpiar el país. Pasados siete meses harán la inspección. 15El rastreador que recorriendo el país vea un hueso humano, plantará junto a él un mojón, hasta que lo entierren los enterradores 16em Gue Hamon de Gog, y dejen limpio el país.
17Y tú, hijo de Adán, esto dice el Señor:
Di a las aves de toda pluma y a las fieras salvajes: Reuníos y congregaos, venid de todas partes al banquete que os he preparado, un banquete colosal en los montes de Israel. Comeréis carne y beberéis sangre; 18comeréis carne de héroes y beberéis sangre de paladines de la tierra; ellos serán los carneros, corderos y machos cabríos, los novillos y cebones de Basán. 19Comeréis grasa hasta saciaros y beberéis sangre hasta embriagaros: es el banquete que os he preparado. 20Os hartaréis a mi mesa de corceles y jinetes, de héroes y guerreros -oráculo del Señor-.
21Mostraré mi gloria a las naciones: todas las naciones verán el juicio que hago en ellos y la mano que lo ejecuta. 22A partir de aquel día sabrá la casa de Israel que yo soy el Señor, su Dios. 23Y las naciones sabrán que la casa de Israel fue deportada por su culpa, por haberse rebelado contra mí; por eso les oculté mi rostro, los puse en manos de sus adversarios y cayeron todos a espada. 24Los traté según merecían su inmundicia y sus delitos, ocultándoles mi rostro. 25Por tanto, así dice el Señor: Ahora cambio la suerte de Jacob, me apiado de la casa de Israel y soy celoso de mi santo nombre. 26Cargarán con su ingnominia y su deslealtad contra mí cuando habiten en su tierra seguros, sin sobresaltos; 27cuando los haga regresar de las naciones y los recoja de los países hostiles y muestre en ellos mi santidad a la vista de muchos pueblos. 28Sabrán que yo soy el Señor, que si los deporté entre los paganos, ahora los reúno en su tierra sin dejarme ninguno. 29No volveré a ocultarles mi rostro, yo que he infundido mi espíritu en la casa de Israel -oráculo del Señor-.

Explicación.

39,1-16 El poeta retorna a la imagen de un combate singular para introducir el nuevo tema: la derrota en territorio israelita y sus colosales consecuencias sobre armas y cadáveres. La descripción es minuciosa, hiperbólica. El territorio, que sirve primero de escenario a la derrota definitiva, ha de quedar después purificado, limpio de cuanto lo contamina: las armas que destruyen la paz, los cadáveres que niegan la vida.

39,4 Inspirado en Is 14,25-27.

39,6 Muchos consideran Magog como el nombre del territorio de Gog. En tal interpretación, la derrota del ejército en el país invadido se completa con el ataque al país de origen. La operación arrastra datos convencionales medianamente integrados. P. ej. el fuego, que según Am 1-2 se ceba en las ciudades; también las islas o costas, no mencionadas antes en el ejército de los aliados.

39,7-8 La acción de Israel y sobre Israel revelará la justicia y el poder del Señor, ofuscados en la etapa precedente, la hora del enemigo.

39,9-10 Destrucción de las armas: inspirada en Is 9,4 y Sal 46,10, presentada en forma original y enfática.

39,11-16 La mera cercanía de un cadáver contamina: Lv 21,1-11; Nm 19; Eclo 34, 25; cuánto más el número ingente de caídos "en la superficie del campo". Compárese con la visión de los huesos del capítulo 37. El texto hebreo habla de "mausoleo", designación irónica -no como nuestros cementerios de caídos de guerra-. Quedará fuera del territorio de Israel, ocupará un valle entero y cerrará el paso a los transeúntes. Compárese con los enterramientos de Jos 7,26 y 10,27. * = Navalahorda.

39,17-20 Tercer motivo: el banquete de las fieras, según la tradición de 1 Sm 17,44-46; Jr 7,33; Sal 79,2 etc. En rigor debería preceder al segundo; primero la carne de los cadáveres es devorada por animales salvajes, después los huesos son recogidos y enterrados. La idea es irónica: como si el Señor ofreciera un festín cúltico invirtiendo la relación animal / hombre: víctimas culpables para animales salvajes; véanse Is 34; Jr 12,9; Sof 1,7. Además los títulos honoríficos de jefes, Carneros, Novillos, se traducen a un sentido literal burlesco.

39,21-29 Es normal es una escatología terminar con la instauración del nuevo reino, feliz y maravilloso. En su puesto leemos un fragmento que nos traslada a simples promesas de repatriación. El resultado es ambiguo: o la escatología estrecha al final su horizontes, o la restuaración se abre a la escatología. En ambos casos es importante verlas en su relación recíproca. El desarrollo es una historia retrospectiva en dos etapas: destierro y repatriación, ambas justificadas como castigo y reconciliación.

Israel "reconocerá" de veras al Señor como su Dios, y las naciones paganas lo reconocerán como señor de la historia.

39,26 "Cargarán": como en 16,61-63 y 20,43; otros leen "olvidarán", semejante a Is 25,8.

39,28 "Ninguno": véase Is 27,12.

39,29 Con el don del espíritu y la validez definitiva, la escatología se abre a un horizonte sin límites.

EZEQUIEL. CAPÍTULO 38.

ORÁCULOS CONTRA GOG

Contra Gog: Escatología (Is 24-27; 34; Jl 3-4; Ap 20,8-9)

381Me dirigió la palabra el Señor:
2-Hijo de Adán, encárate con Gog, adalid y caudillo de Mesec y Tubal, y profetiza así contra él:
3Esto dice el Señor: Aquí estoy contra ti, Gog, adalid y caudillo de Mesec y Tubal; 4te revolveré y te pondré argollas en la mandíbula; os sacaré a la lucha a ti y a todo tu ejército: caballos y jinetes, todos bien equipados; una milicia inmensa, con escudos y adargas, todos empuñando la espada. 5Parás, Nubia y Put va con ellos, todos con escudos y yelmos. 6Gómer y todas sus huestes; Bet Togarma, el norte remoto, con todas sus huestes; tropas innumerables te siguen. 7¡En pie de guerra prepárate tú, con toda la milicia que tienes reclutada, mantenlos alerta! 8Al cabo de mucho tiempo te pasarán revista; al terminar los años invadirás una nación rescatada de la espada, reunida de muchos países en los montes de Israel, que fueron yermo perenne. Fueron sacados de entre los pueblos y habitan todos confiados. 9Pero tú te levantarás como una borrasca, avanzarás como un nublado hasta cubrir el país. Tú, con todas tus huestes y tropas aliadas incontables.
10Esto dice el Señor: Aquel día te vendrán pensamientos y planearás planes malvados: 11"Invadiré un país abierto y atacaré a gente pacífica que habita confiada en ciudades sin murallas, sin cerrojos y sin puertas; 12para entrar a saco y alzarme con el botín, para alargar la mano a las ruinas repobladas. Atacaré a un pueblo recogido de entre las naciones, que se ha hecho con ganado y hacienda y habita en el ombligo del mundo". 13Sabá y Dedán, los mercaderes de Tarsis y todos sus traficantes te dirán: "¿Conque vienes a saquear? ¿Has reclutado tu  milicia para alzarte con el botín; para robar plata y oro, para arrebatar ganado y hacienda, para alzarte con un rico botín?".
14Pues bien, hijo de Adán, profetiza contra Gog:
Esto dice el Señor: Aquel día, cuando mi pueblo, Israel, habite confiado, te despertarás 15y vendrás desde tu territorio, desde el norte remoto, con tropas aliadas incontables, todos montados a caballo, 16una gran milicia, un ejército inmenso, y atacarás a mi pueblo, Israel, lo mismo que un nublado, hasta cubrir el país. Al cabo de los años te traeré contra mi país, para que, al ver mi santidad actuando sobre ti, Gog, me reconozcan las naciones.
17Esto dice el Señor: Tú eres aquel de quien hablé antiguamente por medio de mis siervos los profetas de Israel; ya entonces profetizaron durante años que yo te traería contra ellos. 18Aquel día, cuando Gog invada la tierra de Israel -oráculo del Señor-, brotará mi cólera y mi indignación. 19En el fuego de mi furia y en mi pasión lo juro: aquel día habrá un terremoto en la tierra de Israel, 20temblarán ante mí los peces del mar y las aves del cielo, los animales salvajes y los reptiles del suelo y todos los hombres de la superficie de la tierra. Se derrumbarán las montañas, los riscos se despeñarán y las murallas se desplomarán. 21Daré cita contra él a la espada -oráculo del Señor-, y la espada de cada uno se volverá contra su hermano. 22Pleitearé con él con peste y con sangre; haré que lluevan trombas de agua y granizo, fuego y azufre sobre él y sus huestes y sus tropas aliadas incontables. 23Mostraré mi grandeza y mi santidad y me daré a conocer a muchas naciones, y sabrán que yo soy el Señor.

Explicación.

38-39 Contra Gog. Escatología (Is 24-27; 34-35; 65-66; Jl 3-4; Zac 14). Llamamos escatología a un género tardío, que se ocupa de la etapa final de la historia y la era definitiva. Forman su esqueleto un juicio de castigo y salvación y la instauración del nuevo orden.

Dios es el protagonista, juez y rey. En la tierra se enfrentan dos personajes colectivos. El enemigo, que puede llevar un nombre histórico con valor simbólico (Moab, Edom) o ficticio (Gog) o toma la figura de un monstruo mitológico (Leviatán). El otro personaje es el "resto" depurado del pueblo elegido.

El juicio. El enemigo es llamado a comparecer. El juez enuncia los cargos y pronuncia sentencia; la ejecución puede ir acompañada de una teofanía cósmica. Su culpa se sintetiza en dos apartados: agresión contra el pueblo indefenso, arrogancia contra Dios al pretender ser protagonista de la historia. La pena puede utilizar elementos heterogéneos: espada, fuego, peste; puede alcanzar al ejército y al territorio. Una variante consiste en atraer el ejército enemigo para derrotarlo y aniquilarlo en el territorio del Señor. En el momento de la ejecución el enemigo reconoce la soberanía del Señor.

El resto del pueblo puede ser sometido a una nueva purificación. Después formará el nuevo reino del Señor y recibirá las bendiciones de la restauración. El centro del reino será Jerusalén, ciudad del templo. El pueblo renovado reconocerá con gozo al Señor.

La técnica de desarrollo y composición es bastante libre y variable. La presente se puede esquematizar en etapas menudas:

38,1-9 Habla el Señor como protagonista de la historia;
38,10-12 habla Gog con pretensiones de protagonista;
38,13 coro de pueblos espectadores.
38,14-16 Habla Dios resumiendo y preparando la sentencia.
38,18-23 Castigo acompañado de teofanía cósmica;
39,1-5 derrota de Gog en territorio de Israel,
39,6-8 en su territorio.
39,9-10 Tras la derrota: recogida de armas como leña,
39,11,16 entierro y limpieza del país,
39,17-20 festín de las fieras.
39,21-24 Restauración: purificación del destierro;
39,25-29 promesa y reconocimiento.

Puesto en el libro. Aunque algunas piezas podrían ser originales de Ezequiel o de un discípulo inmediato, el conjunto es de un autor posterior. La escatología se ha separado de los oráculos contra las naciones (25-32) al presentar la segunda actividad del profeta (33-37); precede inmediatamente al amplio cuadro de restauración (40-48).

38,1-9 El nombre de Gog parece ser ficción: todo intento de identificarlo ha fallado. Sobre Mesec y Tubal, ver 27,13; 32,26.

Esta primera parte plantea los datos esenciales, comenzando de repente en el momento en que Dios interviene anunciando su plan: aparentemente, una leva del ejército aliado. Desde ahí una mirada hacia atrás, para ver al pueblo judío en el destierro y a la vuelta. Después de una mirada al futuro, que es la gran dilación regulada por Dios: todo preparado y expectante hasta que el Señor dé la orden de avanzar. En ese momento el inmenso ejército se alzará y avanzará como una nube. El conjunto es una visión desde lo alto, desde la altura de Dios, creando tensión entre la expectación dramática y la seguridad controlada. La nube se abate sobre un pueblo indefenso, la mano del Señor sujeta el arco entero de los acontecimientos.

38,3 Los contendientes son el ejército aliado y el Señor único. La fórmula de desafío es corriente en oráculos contra naciones paganas: Is 13,17; Jr 50,31; Nah 3,5 etcv.

38,4 En Is 37,29 el Señor se lleva por la fuerza a Senaquerib a su tierra; aquí trae a Gog a los montes de Israel.

38,5-6 Es una alianza universal contra un pueblo minúsculo: véase el desarrollo narrativo de Judit.

38,8 El verbo hebreo pqd significa pasar revista y también pedir cuentas. La ambigüedad parece pretendida e irónica: primero el Señor pasa revista a un ejército que, sin saberlo, está a sus órdenes; segundo, lo está trayendo a que comparezca a juicio.

38,9 La imagen evoca una teofanía (cfr. Is 19,1). De hecho es el poder de Dios el que avanza en ese ejército, conduciéndolo a la derrota.

38,10-16 Los planes humanos contrastan con los de Dios (Is 10,5-12), y se subordinan sin querer a ellos (cfr. Sal 33).

38,11 Véanse Jr 49,30s y Zac 2,8s.

38,12 El ombligo del mundo es el lugar donde se sujeta el cordón umbilical que une la tierra con el cielo: Babilonia, Siquén (Jue 9,37), Roma...

38,13 No está claro el tono del comentario: burla irónica o esperanza codiciosa. A la luz del cap. 26 parece más probable lo segundo.

38,14-16 Retrocede y repite para tomar carrerilla. Recoge el tema de Is 14,26-27 y lo coloca en perspectiva escatológica.

38,17 Esta frase, al reunir y situar a los profetas en el pasado, delata el carácter tardío de la composición.

38,19-22 La colosal teofanía es a la vez sentencia y ejecución. Frente al ejército aliado de muchas naciones, el Señor moviliza el ejército de sus potencias cósmicas destructoras (Eclo 39,28-31; y Sab 5,17-23).

38,19b-20 La descripción del terremoto se impone por la amplitud del horizonte y por las dimensiones gigantescas: compárese con Is 13,13; 24,1-4.19-20; Jr 51,29.

38,21 Espada. símbolo de la guerra: Is 34,5-6; 66,16; Miq 5,5. Guerra civil o confusión de un ejército desbaratado: Is 9,18s; Zac 14,13; 2 Cr 22-24.

38,22 La teofanía es juicio y combate, o bien acción militar como ejecución de la sentencia.

EZEQUIEL. CAPÍTULO 37.

Los huesos y el espíritu (Is 26,14-19)

371La mano del Señor se posó sobre mí y el Señor me llevó en espíritu, dejándome en un valle todo lleno de huesos. 2Me los hizo pasar revista: eran muchísimos los que había en la cuenca del valle; estaban calcinados. 3Entonces me dijo:
-Hijo de Adán, ¿podrán vivir esos huesos?
Contesté:
-Tú lo sabes, Señor.
4Me ordenó:
-Conjura así a esos huesos: Huesos calcinados, escuchad la palabra del Señor. 5Esto dice el Señor a esos huesos: Yo os voy a infundir espíritu para que reviváis. 6Os injertaré tendones, os haré criar carne; tensaré sobre vosotros piel y os infundiré espíritu para que reviváis. Así sabréis que yo soy el Señor.
7Pronuncié el conjuro que se me había mandado, y mientras lo pronunciaba, resonó un trueno, luego hubo un terremoto y los huesos se ensamblaron, hueso con hueso. 8Vi que habían prendido en ellos los tendones, que habían criado carne y tenían la piel tensa; pero no tenían aliento.
9Entonces me dijo:
-Conjura al aliento, conjura, hijo de Adán, diciéndole al aliento: Esto dice el Señor: Ven, aliento, desde los cuatro vientos y sopla en estos cadáveres para que revivan.
10Pronuncié el conjuro que se me había mandado. Penetró en ellos el aliento, revivieron y se pusieron en pie: era una muchedumbre inmensa.
11Entonces me dijo:
-Hijo de Adán, esos huesos son toda la casa de Israel. Ahí los tienes diciendo: Nuestros huesos están calcinados, nuestra esperanza se ha desvanecido; estamos perdidos. 12Por eso profetiza diciéndoles: Esto dice el Señor: Yo voy a abrir vuestros sepulcros, os voy a sacar de vuestros sepulcros, pueblo mío, y os voy a llevar a la tierra de Israel. 13Sabréis que yo soy el Señor cuando abra vuestros sepulcros, cuando os saque de vuestros sepulcros, pueblo mío. 14Infundiré mi espíritu en vosotros para que reviváis, os estableceré en vuestra tierra y sabréis que yo, el Señor, lo digo y lo hago -oráculo del Señor-.

Las dos varas (Is 11,10-16; 34,23s)

15Me dirigió la palabra el Señor:
16-Y tú, hijo de Adán, agarra luego otra vara y escribe en ella "José". 17Empálmalas la una con la otra de modo que formen una sola vara y queden unidas en tu mano. 18Y cuando te pregunten tus paisanos: "Explícanos lo que quieres decir", 19respóndeles:
Esto dice el Señor: Voy a coger la vara de José y a empalmarla con la vara de Judá, de modo que formen una sola vara y queden unidas en mi mano.
20Toma en la mano las varas escritas, y esneñándoselas, diles:
21Esto dice el Señor: Yo voy a recoger a los israelitas de las naciones adonde marcharon, voy a congregarlos de todas partes y los voy a repatriar. 22Los haré un solo pueblo en su país, en los montes de Israel, y un solo rey reinará sobre todos ellos. No volverán a ser dos naciones ni a desmembrarse en dos monarquías. 23No volverán a contaminarse con sus ídolos y fetiches y con todos sus crímenes. Los libraré de sus pecados y prevaricaciones, los purificaré: ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios. 24Mi siervo David será su rey, el único pastor de todos ellos. Caminarán según mis mandatos y cumplirán mis preceptos, poniéndolos por obra. 25Habitarán en la tierra que le di a mi siervo Jacob, en la que habitaron vuestros padres; allí vivirán para siempre, ellos y sus hijos y sus nietos, y mi siervo David será su príncipe para siempre. 26Haré con ellos una alianza de paz, alianza eterna pactaré con ellos. Los estableceré, los acrecentaré y pondré entre ellos mi santuario para siempre; 27tendré mi morada junto a ellos, yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo. 28Y sabrán las naciones que yo soy el Señor que consagra a Israel, cuando esté entre ellos mi santuario para siempre.

Explicación.

37,1-14 He aquí una de las páginas más famosas de Ezequiel. Es una visión con su consiguiente explicación. Es la visión -como en los sueños- el profeta es espectador y actor: una voz le da órdenes y él las ejecuta "profetizando" = conjurando. Dos seres elementales ocupan la visión: los huesos y el viento. Los huesos humanos calzinados son lo árido, lo inerte, todavía no polvo y casi mineral. El viento = aliento = espíritu es el elemento cósmico -cuatro vientos-, el carisma del profeta, la vida universal. ¿Quién podrá más? Conjurado por el profeta, el viento = aliento desencadena su dinamismo, transforma primero los huesos en cadáveres orgánicos, después los cadáveres en seres vivientes. El esquema de Gn 2,2 funciona con otros factores; véase también JOb 10,9-11.

Observemos el eje de las dimensiones: horizontal y vertical. El valle es lo profundo y horizontal, tajo en la tierra de los vivos que se acerca al reino de los muertos; horizontal a ras de tierra se esparcen y yacen los huesos. La carne inicia la "subida", al final son los vivos innumerables, en pie.

Esta visión fantástica se asoma al misterio radical de la existencia humana: la muerte y la vida ¿Quién podrá más?, ¿quién ganará la última baza? -El que da y controla el aliento (Sal 104,29-30), el Dios de la vida.

Explicación. El profeta mismo explica el significado de su visión, respondiendo a una queja del pueblo: los huesos calcinados son los desterrados en Babilonia, su vuelta a la vida es la vuelta a la patria. El profeta no ha comprendido el alcance de la visión: preocupado por el problema inmediato y no contando con una vida después de la muerte, ha encogido la valencia activada del símbolo.

Pero el poeta Ezequiel ha creado un símbolo que desborda la intención inmediata del autor. Bajando a una visión biológica de la muerte, remontándose a motivos de creación, operando con el elemento dinámico del viento-aliento, ha dado expresión a las ansias más radicales del hombre, al mensaje más gozoso de la revelación. Superada la coyuntura histórica y abierto el horizonte de la resurrección, los cristianos leen en esta página de Ezequiel un mensaje de Pascua.

37,1 Datos ya conocidos: la mano (1,3; 3,22; 8,1 etc.), el espíritu (11,24), la llanura (3,22).

37,2 La pregunta del Señor es un desafío; el profeta se refugia en la ignorancia confesada.

37,4 Es insólito que los huesos "escuchen" la palabra de Dios; no la han escuchado los vivos...

37,9 De los cuatro puntos cardinales converge la plenitud del aliento: véase Is 11,2.

37,11 Para la metáfora de los huesos véanse Sal 31,11; 51,10; Prov 17,22.

37,12-14 Funciona en nueva clave el esquema clásico del éxodo sacar - llevar.

37,15-28 La división del pueblo en dos reinos, Israel y Judá, trágicamente consumada a la muerte de Salomón, ha pesado sobre la conciencia de muchos. Guerra de hermanos, división del culto e intereses políticos han consolidado y hecho más amarga la división. Ahora un doble destierro parece haber hermanado en la desgracia a los miembros divididos del mismo pueblo. No puede haber restauración plena sin reconciliación y unificación de lo dividido (Jr 30,3s; 31,27.31).

Los intentos de Ezequías y Josías no han bastado, el Señor mismo realizará el milagro, y el profeta lo anuncia en una acción simbólica.

a) La palabra dominante es "uno": al principio como artículo indeterminado (cuatro veces), luego como adjetivo "uno solo, único" (siete veces). La unidad se consuma en la mano del profeta y la de Dios, porque las varas son dos, y es la presión de la mano divina la que las mantiene unidas. Aunque no lo llame "único", también el santuario, "mi santuario entre ellos", será un factor eficaz de unidad.

b) David había sido el artífice de la unidad de las tribus bajo un rey único. En la nación futura volverá a reinar un David y su herencia continuará unida por siempre. Es el pastor del que ha hablado en el cap. 34.

c) En la parte final repite cinco veces la expresión "para siempre", adosada a temas de la alianza y la monarquía y promesas patriarcales, tierra y fecundidad. En los cap. 40-48 se desarrollan minuciosamente estos datos. Un par de glosas se han deslizado en los versos 16 y 19.

37,16 Usa el nombre de José para el reino septentrional porque reserva el de Israel para la comunidad ideal unificada.

Puede compararse con 1 Re 11,30-36.

37,28 Como el Señor está en medio de su pueblo, Israel está en medio de las naciones, y por eso es mediador de revelación, órgano de la presencia universal del Señor en el mundo y la historia.

EZEQUIEL. CAPÍTULO 36.

A los montes de Israel (Ez 6)

361-Y tú, hijo de Adán, profetiza así a los montes de Israel: Montes de Israel, escuchad la palabra del Señor:
2Esto dice el Señor: Por haber dicho vuestro enemigo: "¡Bien! 3Los cerros antiguos son propiedad nuestra"; por eso profetiza así:
Esto dice el Señor: Porque os han arrasado y pisoteado y conquistado los restantes pueblos; porque habéis andado en boca de deslenguados y os han difamado la gente; 4por eso, montes de Israel, escuchad la palabra del Señor:
Esto dice el Señor a los montes y a los collados, a las torrenteras y a las vaguadas, a las ruinas desoladas y a las ciudades abandonadas, que fueron botín y burla del resto de los pueblos vecinos; 5por tanto, esto dice el Señor: Juro que en el fuego de mi celo hablo contra el resto de las naciones que se han apoderado de mi tierra con regocijo de corazón y mala entraña, despoblándola y esquilmándola. 6Por eso profetiza a la tierra de Israel diciendo a los montes y a los collados, a las torrenteras y a las vaguadas:
Esto dice el Señor: Yo os hablo con celo y con cólera, porque habéis cargado con el sarcasmo de las naciones; 7por eso, así dice el Señor: Juro con la mano en alto que los pueblos que os rodean cargarán con sus sarcasmos. 8Y vosotros, montes de Israel, echaréis frondas y daréis fruto par ami pueblo, Israel, que está para llegar. 9Porque yo estoy con vosotros y me vuelvo hacia vosotros: os labrarán y os sembrarán. 10Acrecentaré vuestra población, toda la casa de Israel; serán repobladas las ciudades y las ruinas serán reconstruidas. 11Acrecentaré vuestra población y vuestro ganado [serán muchos y fecundos] y haré que os habiten como antaño y os concederé más bien que al principio, y sabréis que yo soy el Señor. 12Haré que os transite la gente de mi pueblo, Israel; tomarán posesión de vosotros y seréis su heredad y no volveréis a quedaros sin hijos.
13Esto dice el Señor: Porque te dicen: "Eres devoradora de hombres, has dejado a tu nación sin hijos"; 14por eso no devorarás más hombres ni dejarás a tu nación sin hijos -oráculo del Señor-. 15Haré que no escuches más los sarcasmos de los paganos, y ya no tendrás que cargar con las afrentas de los pueblos ni volverás a dejar a tu nación sin hijos -oráculo del Señor-.

Castigo y reconciliación

16Me dirigió la palabra el Señor:
17-Hijo de Adán, cuando la casa de Israel habitaba en su tierra la contaminó con su conducta y con sus malas obras; para mí su proceder fue como sangre inmunda. 18Entonces derramé mi cólera sobre ellos por la sangre que habían derramado en el país y por haberlo contaminado con sus ídolos. 19Los esparcí por las naciones y anduvieron dispersos por los países; según su proceder y sus malas obras los juzgué. 20Al llegar a las diversas naciones profanaron mi santo nombre, pues decían de ellos: "Éstos son el pueblo del 21Señor, han tenido que salir de su tierrra". Entonces sentí lástima de mi nombre santo, profanado por la casa de Israel en las naciones andonde fue. 22Por eso, di a la casa de Israel:
Esto dice el Señor: No lo hago por vosotros, casa de Israel, sino por mi santo nombre, profanado por vosotros en las naciones adonde fuisteis. 23Mostraré la santidad de mi nombre ilustre profanado entre los paganos, que vosotros profanasteis en medio de ellos, y sabrán los paganos que yo soy el Señor -oráculo del Señor- cuando les muestre mi santidad en vosotros. 24Os recogeré por las naciones, os reuniré de todos los países y os llevaré a vuestra tierra. 25Os rociaré con un agua pura que os purificará: de todas vuestras inmundicias e idolatrías os he de purificar. 26Os daré un corazón nuevo y os infundiré un espíritu nuevo; arrancaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne. 27Os infundiré mi espíritu y haré que caminéis según mis preceptos y que cumpláis mis mandatos poniéndolos por obra. 28Habitaréis en la tierra que di a vuestros padres; vosotros seréis mi pueblo y yo seré vuestro Dios.
29Os libraré de vuestras inmundicias, llamaré al grano y lo haré abundar y no os dejaré pasar hambre; 30haré que abunden los frutos de los árboles y las cosechas de los campos, para que no os insulten los paganos llamándoos "muertos de hambre". 31Al acordaros de vuestra conducta perversa y de vuestras malas acciones, sentiréis asco de vosotros mismos por vuestras culpas y abominaciones. 32Sabedlo bien, no lo hago por vosotros -oráculo del Señor-; avergonzaos y sonrojaos de vuestra conducta, casa de Israel.
33Esto dice el Señor: Cuando os purifique de vuestras culpas, haré que se repueblen las ciudades y que las ruinas se reconstruyan. 34Volverán a labrar la tierra asolada, después de haber estado baldía a la vista de los caminantes. 35Dirán: Esta tierra desolada está hecha un paraíso, y las ciudades arrasadas, desiertas, destruidas, son plazas fuertes habitadas. 36Y los pueblos que queden en vuestro contorno sabrán que yo, el Señor, reedifico lo destruido y planto lo arrasado. Yo, el Señor, lo digo y lo hago.
37Esto dice el Señor: Me dejaré suplicar por la casa de Israel y le concederé esto: acrecentaré su población como un rebaño. 38Como rebaño de ovejas consagradas, como ovejas en Jerusalén durante la fiesta, así rebosarán de gente las ciudades arrasadas. Y sabrán que yo soy el Señor".

Explicación.

36,1-15 Primero hay que abrirse camino en la maraña del texto. O el profeta no ha enfrenado una expresión barroca, torrencial, o manos ajenas han manipulado el texto sin acertar. Cinco veces suena "así dice Yhwh", dos veces manda "profetizar"; cuatro veces se repite el esquema "porque... por eso..." o equivalente. Enumeraciones y reiteraciones podrían delatar la pasión de quien habla; pero la sintaxis falla varias veces.

En esta jungla se destacan dos cosas claras y correlativas: el Señor se dirige a los enemigos y a los montes de Israel. A los enemigos porque con su odio destructivo provocaron el celo del Señor; a los montes de Israel les hace grandes promesas. Las dos partes son correlativas, castigo de unos y liberación de otros; pero no son simétricas. En el caso de los enemigos, el castigo responde al delito; en el caso de Israel, las promesas nacen de la compasión del Señor por el sufrimiento de su pueblo, de su amor constante.

Estas promesas a los montes contrastan con las amenazas del capítulo 6. Aquellas amenazas se cumplieron, y el delito de los altozanos está soldado (el término "altozano" se menciona aquí, pero sin la connotación pecaminos). Ahora ha sonado la hora de la misericordia y la lealtad.

36,5 Al "resto de las naciones" añadió un glosador "y todo Edom", para empalmar este texto con el capítulo precedente.

36,8 Como en otro tiempo el Señor preparaba una tierra a un pueblo que venía de Egipto (Dt 6,10-11), así ahora prepara un país fértil para su pueblo que retorna.

36,9 Ese volver el rostro el Señor hacia los montes es el comienzo de las bendiciones: campos de nuevo sembrados, ciudades reconstruidas.

36,13-15 Nuevo oráculo con otro punto de vista. La hostilidad ha brotado de la misma tierra, devoradora de hombres (Nm 13, 12). En la metáfora puede sonar la imagen del sepulcro (Nm 16,32), las fauces del sheol (Is 5,14). Tierra de enterrar y no de cosechar.

36,16-38 Gran oráculo de restauración apoyada en la renovación de la alianza. Estamos acostumbrados a reconocer el esquema de alianza en tres piezas: un prólogo histórico de beneficios divinos, la oferta y aceptación con las cláusulas o estipulaciones, bendiciones y maldiciones condicionadas. Pues bien, la presente alianza nos ofrece un par de sorpresas.

En primer lugar la historia precedente: no es un pueblo oprimido, que conmueve al Señor misericordioso; es un pueblo ingrato, rebelde, contumaz. Tiene que ser otra fuerza la que induce la nueva acción del Señor, y será su nombre o fama: no será una liturgia penitencial (Sal 50-51), ni un rito de expiación (Lv 6), ni el clamor del pueblo (Jue 10).

En segundo lugar la firma de la alianza. El Señor pudo haber rechazado definitivamente al pueblo y escogido otro para empezar de nuevo (cfr. Ex 32,10). ¿Habría resultado mejor? El Señor escoge otra solución: transformar radicalmente, internamente al pueblo, de modo que renovado responda a la renovada alianza. Pero el pueblo no podrá en adelante gloriarse, ni atribuir a sus méritos los dones de Dios. Será siempre "el perdonado" y deberá ser consciente de ello.

Profanar y santificar el nombre. Nombre puede equivaler a buen nombre, fama. Con sus proezas a favor de inocentes oprimidos, el Señor acredita su fama, "santificar su nombre". Castigando a un pueblo pecador también acredita su fama (20,41; Eclo 36,4): los desterrados muestran con su conducta que el Señor es un Dios exigente. Pero puede suceder lo contrario: que aparezca como un Dios impotente (Nm 14,16), que ha elegido mal, que se ha cansado (Is 40,27-28); así se desacredita su fama, se "profana su nombre" (22,16). Pues bien, el Señor sale por su buen nombre revelando su misericordia gratuita, su lealtad a los compromisos, su capacidad de perdonar y transformar.

36,17 La terminología es cúltica: Lv 15, 19-24; 18,27s; Dt 21,22s.

36,25-27 En forma de promesa suena la respuesta a la petición del Salmo 51: el lavar interior (cfr Nm 19, el corazón nuevo, el espíritu santo). El cambio interior hará posible y real el cumplimiento de los mandamientos. Compárese con Jr 31,31-34 y Eom 8,3. No basta curar un corazón enfermo (Is 1,5), hace falta un trasplante espiritual.

36,28 La fórmula de la alianza, tantas veces desmentida por el pueblo, sonará con verdad plena.

36,29 Véase Os 1,23s.

36,31-32 Véase el comentario a 16,61-63.

36,33-36 Bendición clásica de campos y ciudades.

36,35 Véase Gn 13,10; Is 51,3.

36,37-38 Después de la fórmula conclusiva del verso 36, suenan como adición. Tener a Dios accesible deshace la maldición de los capítulos 14 y 20 y sintetiza las buenas relaciones del pueblo con su Dios.