viernes, 20 de noviembre de 2015

JEREMÍAS. CAPÍTULO 42.

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421Entonces los capitanes, con Juan, hijo de Carej, y Yezanías, hijo de Hosayas, y todo el pueblo, del menor al mayor, acudieron al profeta Jeremías 2y le dijeron:
-Acepta nuestra súplica y reza al Señor, tu Dios, por nosotros y por todo este resto; porque quedamos muy pocos de la multitud, como lo pueden ver tus ojos. 3Que el Señor, tu Dios, nos indique el camino que debemos seguir y lo que debemos hacer.
4El profeta Jeremías les respondió:
-De acuerdo; yo rezaré al Señor, vuestro Dios, según me pedís, y todo lo que el Señor me responda os lo comunicaré, sin ocultaros nada.
5Ellos dijeron a Jeremías:
-El Señor sea testigo veraz y fiel contra nosotros si no cumplimos todo lo que el Señor, tu Dios te mande decirnos. 6Sea favorable o desfavorable, obedeceremos al Señor, nuestro Dios, a quien nosotros te enviamos, para que nos vaya bien, obedeciendo al Señor, nuestro Dios.
7Pasados diez días, el Señor dirigió la palabra a Jeremías. 8Éste llamó a Juan, hijo de Carej, a todos sus capitanes y a todo el pueblo, del menor al mayor, 9y les dijo:
Así dice el Señor, Dios de Israel, a quien me enviasteis para presentarle vuestras súplicas:
10Si os quedáis a vivir en esta tierra,
os construiré y no os destruiré,
os plantaré y no os arrancaré;
porque me pesa del mal
que os he hecho.
11No temáis al rey de Babilonia,
a quien ahora teméis;
no lo temáis -oráculo del Señor-
porque yo estoy con vosotros
para salvaros y libraros de su mano.
12Les infundiré compasión
para que os compadezca
y os deje vivir en vuestras tierras.
13Pero si decís: "No habitaremos en esta tierra
-desobedeciendo al Señor, vuestro Dios-,
14sino que iremos a Egipto,
donde no conoceremos la guerra,
ni oiremos el toque de trompetas,
ni pasaremos hambre de pan, y allí viviremos",
15entonces, resto de Judá,
escuchad la palabra del Señor:
Así dice el Señor de los ejércitos:
Dios de Israel:
Si os empeñáis en ir a Egipto para residir allí,
16la espada que vosotros teméis
os alcanzará en Egipto,
el hambre que os asusta
se os pegará en Egipto y allí moriréis.
17Todos los que se empeñen
en ir a Egipto para residir allí,
allí morirán por la espada,
el hambre y la peste,
y no quedará ni un superviviente
de todas las calamidades
que yo les enviaré.
18Porque así dice el Señor de los ejércitos,
Dios de Israel:
Como se derramó mi ira y mi cólera
sobre los habitantes de Jerusalén
así se derramará mi cólera
sobre vosotros si vais a Egipto.
Seréis maldición y espanto,
execración y burla,
y no volveréis a ver este lugar.
19Esto dice el Señor, resto de Judá:
No vayáis a Egipto. Sabedlo bien,
porque yo os lo atestiguo hoy.
20Cierto que os engañáis a vosotros mismos cuando me enviáis al Señor, vuestro Dios, pidiendo que rece por vosotros al Señor, vuestro Dios, y que os comunique todo lo que dice el Señor, vuestro Dios, para cumplirlo. 21Yo os lo he comunicado hoy, y no queréis obedecer al Señor, vuestro Dios, que me ha enviado a vosotros. 22Pues ahora, sabedlo bien: Moriréis a espada, de hambre y de peste en el sitio que escogéis como residencia.

Explicación.

42,1-2 En este momento de pánico reaparece Jeremías solicitado por los capitanes. Su reaparición está marcada por fórmulas conocidas: "súplica" (36,7; 37,20), "reza" (29,7; 37,3). En lógica humana había que temer la represalia feroz de los ocupantes. Si los judíos ya habían decidido refugiarse en Egipto (41,17), suspenden la ejecución para consultar al profeta.

42,2 Am 7,1-6.

42,3  "Camino" suena en sentido propio y metafórico. Hay que notar los títulos del Señor. La suerte del minúsculo grupo encarna la de todo el pueblo.

42,4 Am 3,7.

42,5-6 Al jurar parecen sinceros, aunque la mención de un posible oráculo "desfavorable" llame la atención. Siendo de Dios, tenía que ser favorable, fuera cual fuera. Desfavorable equivalía a difícil, arriesgado, no concorde con el proyecto humano.

42,6 Dt 4,40; 12,25-28.

42,7 Diez días de espera en aquellas circunstancias tuvieron que ser enervantes. El profeta no dispone de la palabra de Dios: Is 8,17; 21,8; Hab 2,1.

42,9-19 La respuesta se divide en dos secciones, para las dos condiciones contrapuestas: 10-12 y 13-19. Se añade una conclusión.

42,10-12 La primera parte es extraordinaria: los principales temas y fórmulas de la vocación de Jeremías se acumulan aquí y se ofrecen a la elección de los capitanes: arrancar, destruir, plantar, construir, no temer, yo estoy con vosotros para salvaros. Jeremías está en medio del pueblo, como oráculo vivo, como mediador de bendición.

42,13-18 La segunda parte es más insistente. Entra en régimen de desobediencia y castigo. Volver a Egipto es fuga y recaída. Egipto había atraído a extranjeros como almacén de grano y como refugio de perseguidos o derrotados. Pues bien, las dos cosas alcanzarán a los prófugos en Egipto: espada y hambre (14,15; 15,2s; 16,4; 21,7s etc.). De Egipto no se volverá.

42,19 Por tercera vez los llama "resto", como suscitando la esperanza y alertando a la responsabilidad. Aquí encajaría la reacción intemperante de los jefes: 43,1-3: como no se esperaban semejante oráculo, lo declaran falso; así no son reos de desobediencia o de quebrantar el juramento. Como respuesta a dicha reacción, se entienden sin más los versos 20-22.

42,20-22 Aceptada la inversión, estos versos significan el anuncio formal de la segunda alternativa. "Os engañáis" (23,13.32): al rechazar la respuesta del profeta auténtico, los capitanes desempeñan ahora la función de los falsos profetas.

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