viernes, 20 de noviembre de 2015

JEREMÍAS. CAPÍTULO 11.

Los términos de la alianza (Jr 31,31-34; 33,19-22)

111Palabras que el Señor dirigió a Jeremías:
2-Escucha los términos de esta alianza y comunícaselos a los judíos y a los vecinos de Jerusalén. 3Diles: Así dice el Señor, Dios de Israel: Maldito el que no acate los términos de esta alianza, 4que yo impuse a vuestros padres cuando los saqué de Egipto, de aquel horno de hierro: "Obedecedme y haced lo que os mando; así seréis mi pueblo y yo seré vuestro Dios". 5Así cumpliré la promesa que hice a vuestros padres de darles una tierra que mana leche y miel. Hoy es un hecho.
Yo respondí:
-Amén, Señor.
6Y el Señor me dijo:
-Proclama estas palabras en los pueblos de Judá y en las calles de Jerusalén: Escuchad los términos de esta alianza y cumplidlos. 7Yo se lo encarecí a vuestros padres cuando los saqué de Egipto, y hasta hoy he repetido mis encaramientos: "Obedecedme". 8Ellos no escucharon ni prestaron oído, sino que cada uno seguía la maldad de su corazón obstinado. Por eso hice caer sobre ellos las maldiciones de la alianza, pues no hicieron lo que yo les mandaba.
9El Señor me dijo:
-Judíos y habitantes de Jerusalén 10se han conjurado para tornar a los pecados de sus antepasados, que rehusaron acatar mis mandatos; siguen y sirven a dioses extranjeros. Israel y Judá han quebrantado la alianza que establecí con sus padres. 11Por eso, así dice el Señor: Yo les enviaré una calamidad que no podrán rehuir; me gritarán y no les oiré. 12Entonces los pueblos de Judá y los vecinos de Jerusalén irán a gritar a los dioses a quienes quemaban incienso; pero ellos no podrán salvarlos en la hora aciaga.

Ni rezos ni culto ni elección (Jr 7)

13Tenías tantos dioses como poblados, Judá;
hiciste tantos altares como calles, Jerusalén;
altares para ofrecer sacrificios a Baal.
14Y tú no intercedas por este pueblo,
no supliques a gritos por él, que no escucharé
cuando me invoquen en la hora aciaga.
15¿Qué busca mi predilecta en mi casa?,
¿ejecutar sus intrigas?,
¿podrán los votos y la carne inmolada
apartar de ti la adversidad, para que lo celebres
con gritos estrepitosos?
16El Señor te llamó olivo verde fruto excelente;
si le pega fuego, se queman sus ramas.
17El Señor de los ejércitos, que te plantó,
pronuncia una amenaza contra ti,
por la maldad de Israel y de Judá,
que me irritaron quemando incienso a Baal.

De las confesiones de Jeremías (Jr 15,10-21; 17,14-18; 18-23; 20,1-18)

1. Comienza la persecución

18El Señor me enseñó
y me hizo comprender lo que hacían*:
126"También tus hermanos y tu familia
te son desleales, también ellos
te calumnian a la espalda;
no te fíes aunque te digan buenas palabras".
1119Yo, como cordero manso
llevado al matadero, no sabía
los planes homicidas
que tramaban contra mí:
"Cortemos el árbol en su lozanía,
arranquémoslo de la tierra de los vivos,
que su nombre no se pronuncie más".
20Pero tú, Señor de los ejércitos,
juzgas rectamente,
sondeas las entrañas y el corazón;
a ti he encomendado mi causa,
que logre desquitarme de ellos.
123Tú, Señor, me examinas y me conoces;
tú sabes cuál es mi actitud contigo;
apártalos como a ovejas de matanza,
resérvalos para el día del sacrificio.
1121Así sentencia el Señor contra los vecinos de Anatot, que intentan matarte, diciéndote: "No profetices en  nombre del Señor si no quieres morir a manos nuestras".
22Así dice el Señor de los ejércitos:
Yo les tomaré cuentas,
sus jóvenes morirán a espada,
sus hijos e hijas morirán de hambre;
23y no quedará resto de ellos el año de las cuentas,
cuando envíe la desgracia
a los vecinos de Anatot.

Explicación.

11,1-12 Sermón en típico estilo deuteronomista. Con rigor de proceso jurídico y a manera de balance final, el Señor, como parte ofendida, pronuncia la sentencia. Tiempos, personas y cláusulas están perfectamente definidos.

a) En un primer tiempo el Señor promete con juramento entregar al pueblo un territorio privilegiado; al salir de Egipto sella la promesa con la alianza y entrega la tierra; hasta hoy ha mantenido su compromiso.

b) En un tiempo intermedio, Dios encarecía las exigencias de la alianza, por la renovación periódica y por la palabra profética. Cuando el pueblo quebrantaba cláusulas de la alianza, el Señor lo castigaba según lo estipulado.

c) En el tiempo presente el pueblo, en vez de escarmentar con los castigos saludables, persiste en la desobediencia. Ha roto la alianza, y el Señor pronuncia una amenaza definitiva; frente a la cual de nada valdrán alianzas de repuesto estipuladas con otros dioses.

11,9 Los "vecinos" de la capital se conjuran con "individuos" judíos para negar el vasallaje al soberano Yhwh y transferir su lealtad a otros dioses.

11,13-17 Estos versos suenan como resonancia lírica de lo anterior. Algunos piensan que el v.13 es adición, inspirada en 2,28. Los hechos denunciados son ciertos y las pruebas están en todas las calles y pueblos (13); la sentencia de Dios es firme, y no vale interponer demanda de gracia (14) ni ofrecer la compensación del culto (15) ni apelar a la elección. El texto presenta no pocas dificultades.

11,13 El Baal multiplica sus presencias, mientras que el Señor "es único" (Dt 6,4).

11,14 Véanse 7,16 y 14,11.

11,15 La traducción es en parte conjetural. Las "intrigas" o intenciones aviesas denunciadas en 7,1-15.

11,16 Véase Os 14,7; Is 27,11; Ez 15,6.

11,18* Desde el 11,18 al 12,6 cambia el orden de los versículos.

11,18-23 Encajaría muy bien aquí Jr 12,6.3 Aceptamos con varios autores la transposición de dos versos, en busca de su contexto lógico.

              Aquí comienzan "las confesiones de Jeremías": irrupciones líricas, rasgos de autobiografía y relatos biográficos se van entretejiendo con el destino del pueblo. La persecución pudo comenzar a raíz del discurso sobre el templo (7 y 26). Incluso los parientes (Miq 7,6; Sal 50,20) y paisanos se vuelven contra el profeta incómodo. Primero con la "calumnia a la espalda" (6,28; 9,3); más tarde intimidando con amenazas de muerte (el texto parece condensar varias etapas).

             En medio de la hostilidad, el profeta está solo con el Señor, su amo y confidente: él informa al ingenuo, a él acude el perseguido, él sentencia a los culpables. En vez de autobiografía, Jeremías nos lega apuntes de oración personal.

11,19 Del cordero se toma la inocencia indefensa, sin alusiones sacrificiales. La imagen pudo inspirar a Is 53 y pasó a ocupar un puesto central en el Ap. La imagen vegetal es tradicional (Sal 1; 92,13-15; 128,3 etc). Si Jeremías no tenía hijos, con su muerte se extinguía su nombre.

11,20 "Sondeas": 6,27; 9,6; 17,10; 20,12; Sal 139,23 etc; lo ha demostrado descubriendo los planes de los parientes.

12,3 Invoca una especie de ley del talión, según el esquema: cordero al matadero / ovejas de matanza, amenaza de muerte / sentencia capital.

11,21 Véanse 26,9 y Am 3,8.



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