Denuncia y amenaza (Is 57,3-13)
651Yo ofrecía respuesta
a los que no preguntaban,
salía al encuentro de los que no me buscaban;
decía: "Aquí estoy, aquí estoy"
al pueblo que no invocaba mi nombre.
2Tenía mis manos extendidas
todo el día hacia un pueblo rebelde,
que andaba por el mal camino,
siguiendo sus antojos,
3pueblo que me provocaba
en la cara continuamente,
que sacrificaba en los jardines
y ofrecía incienso sobre los ladrillos,
4que se sentaba en los sepulcros
y pernoctaba en las grutas,
que comía la carne de puerco
y caldo abominable en las tazas;
5que decía: "Retírate,
no te acerques, que estoy consagrado".
Eso hace humear mi cólera
como fuego que arde todo el día.
6Lo tengo escrito delante
y no descansaré hasta que os pague
7vuestras culpas y las de vuestros padres,
todas juntas -dice el Señor-.
Porque ofrecían incienso en las alturas
y me afrentaban en los collados,
les mediré su paga y se la echaré encima.
Suerte de buenos y malos (Dt 27-28; Jos 8,30-35; Mt 25,31-46)
8Así dice el Señor:
Como al encontrar zumo en un racimo se dice:
"No lo eches a perder, que es una bendición",
así haré yo en atención a mis siervos:
no lo echaré a perder todo.
9Sacaré descendencia de Jacob,
de Judá, quienes posean mis montañas:
las poseerán mis elegidos
y mis siervos habitarán allí.
10El Sarón será el aprisco de ovejas,
y el Valle de Acor, pastizal de vacas,
para mi pueblo que me ha buscado.
11Pero a vosotros que abandonasteis al Señor
olvidando mi Monte Santo,
que preparabais la mesa para la Fortuna
y llevabais la copa para el Destino,
12yo os destino a la espada, y todos
os encorvaréis para el degüello;
porque llamé y no respondisteis,
hablé y no escuchasteis,
hicisteis lo que no me agrada,
escogisteis lo que no quiero.
13Por eso, así dice el Señor:
MIrad; mis siervos comerán,
y vosotros pasaréis hambre;
mirad; mis siervos beberán,
y vosotros tendréis sed;
mirad; mis siervos estarán alegres,
y vosotros avergonzados;
14mirad: mis siervos cantarán de puro contento,
y vosotros gritaréis de puro dolor
y aullaréis con el corazón desgarrado.
15Legaréis vuestro nombre a mis elegidos
como fórmula de imprecación.
A vosotros el Señor os dará muerte,
y a sus siervos les dará otro nombre.
16El que quiera felicitarse en el país,
se felicitará con el Dios veraz;
el que quiera jurar en el país,
jurará por el Dios veraz.
Nueva creación
Sí, se olvidaran las angustias de antaño
y hasta de mi vista desaparecerán.
17Mirad, yo voy a crear un cielo nuevo
y una tierra nueva;
de lo pasado no haya recuerdo
ni venga pensamiento,
18más bien gozad y alegraos siempre
por lo que voy a crear;
mirad, voy a transformar Jerusalén en alegría
y a su población en gozo;
19me alegraré de Jerusalén
y me gozaré de mi pueblo,
y ya no se oirán en ella gemidos ni llantos;
20ya no habrá allí niños malogrados
ni adultos que no colmen sus años,
pues será joven el que muera a los cien años,
y el que no los alcance se tendrá por maldito.
21Construirán casas y las habitarán,
plantarán viñas y comerán sus frutos,
22no construirán para que otro habite,
ni plantarán para que otro coma;
porque los años de mi pueblo
serán los de un árbol
y mis elegidos podrán gastar
lo que sus manos fabriquen.
23No se fatigarán en vano, no engendrarán hijos
para la catástrofe;
porque serán la estirpe de los benditos del Señor,
y como ellos, sus retoños.
24Antes de que me llamen yo les responderé,
aún estarán hablando y los habré escuchado.
25El lobo y el cordero pastarán juntos,
el león como el buey comerá paja.
No harán daño ni estrago por todo mi Monte Santo
-dice el Señor-.
Explicación.
65-66 a) Su puesto en el libro. Clausuran el libro de Isaías con una gigantesca inclusión. Casi cincuenta palabras o raíces del cap.1 resuenan aquí: algunas genéricas, en cambio otras de forma o significado. Las que quedan son un cúmulo que arguye un trabajo consciente. Para una inclusión de temas, tendríamos en cuenta también 2,2-5. Esto supuesto, es curioso que no retornen los términos de justicia y derecho; todo se resuelve en el terreno cúltico de la idolatría, primer mandamiento.
b) Como escatología. Reaparecen los elementos esenciales: un juicio definitivo de separación, con referencia a algunos mandamientos, y la instauración de un nuevo orden, con referencia a las bendiciones. El acompañamiento cósmico está reducido en tamaño, no en contenido: 65,17; 66,22. El autor no sigue un orden cronológico, sino que duplica o divide y compone por bloques opuestos.
65,1-7 La primera sección se dirige contra los apóstatas del pueblo judío. Que, a pesar de los esfuerzos reiterados del Señor, se han entregado a la idolatría (primer mandamiento): ¿quedándose en Babilonia y siguiendo su religión?, ¿trayendo a la patria cultos paganos? Éstos recibirán su paga.
65,1-2 Resuena como eco "Aquí estoy": es la oferta de 52,6, que algunos han rechazado. "Camino y antojos" figuran también en 55,7-9. Citado en Rom 10,20-2.
65,3 Como no conocemos con exactitud las prácticas denunciadas, hemos de contentarnos con conjeturas apoyadas en paralelos. "Jardines" idolátricos, quizá en honor de Tamuz (1,29; 17,10). Los "ladrillos" sustituyen al altar oficial del incienso (Ex 30,1-9).
65,4 Había sepulcros con cámaras espaciosas: probablemente practicaban allí la nigromancia, prohibida por la ley de Lv 19,31; Dt 18,11, y practicada ilegalmente (1 Sm 28; Is 8,19); quizá se emparente con un culto a la Muerte (Is 28,15; 57,9).
"Pernoctar": quizá en incubación sacra, esperando el oráculo. El "cerdo" era tabú: Lv 11,7; Dt 14,8; cfr. 2 Mc 6-7. El caldo está preparado con carne de desecho, profana: Lv 7,18; 19,7.
65,5 Estos devotos idólatras se consideran consagrados por dichos cultos, intocables (cfr. Lam 4,14s). El "humo" de la cólera puede responder al incienso nefando.
65,7 Llega el momento de castigar delitos acumulados durante generaciones; como sucedió con el destierro por culpa de Manasés (2 Re 24,27).
65,8-16 El tema del resto, de una elección que se estrecha, gobierna esta sección: de Jacob se escoge Judá (excluido Israel; ¿y los samaritanos?); de Judá se seleccionan unos "siervos" que "han buscado" al Señor. Si Israel era la viña, estos judíos son un racimo, que se salva y ocupa el puesto de la vid, mientras los frutos dañados son excluidos.
65,9 En este verso se concentran los verbos del éxodo, "sacar y poseer", incluyendo una selección (como en Ez 20,35-38). En la descendencia (que "sale", Gn 15,4.7) se cumplen las bendiciones patriarcales: fecundidad y posesión.
65,10 Sobre el Sarón, 33,9 y 35,2; sobre el valle de Acor, Os 2,17.
65,11-16 El juicio de separación alcanza aquí su máxima concentración, en un juicio que junta a buenos y malos ante el Señor y los separa en la sentencia.
65,11a El clásico delito de "abandonar" al Señor (1,4) toma la forma específica de "olvidarse del Monte Santo" (65,25 y 66,20). Puede entenderse como correlativo de escoger los altozanos idolátricos. En la perspectiva samaritana sería correlativo de escoger el monte Garizín. A la luz de Sal 137,5, significa grave deslealtad a la patria, cometida por los que se quedaron en Babilonia.
65,12b Véase 56,4.
65,13-14 Cuaterna enfática. Como resumiendo el gran juicio celebrado entre los dos montes, el Ebal y el Garizín, según Jos 8,30-35 + Dt 27-28.
65,15 Al revés de Abrahán, que legó su nombre como bendición: Gn 12,3. Véanse Jr 26,6 y 29,22.
65,16a Alusión al tercer mandamiento. "Veraz" es "amén", palabra con que se ratifica un juramento (o las maldiciones, Dt 28,15-26).
65,16b-25 Primer bloque de la instauración del nuevo orden, que forma un todo con 66,7-14. Conexiones: a) nuevo universo, en inclusión con 66,22; b) Monte Santo como centro, en inclusión con 65,11 y pendiente hasta 66,20. c) la alegría, apuntada en 13-14, retorna en 66,10.14; d) imagen vegetal, prolongada en 66,14. Cronológicamente, el segundo bloque es anterior, pues habla del nacimiento e infancia.
65,16b-19 El nuevo orden se establece con la abolición de la memoria doliente y la afirmación de la alegría plena. a) La memoria puede ser paralizante (43,18), puede ensombrecer el gozo presente, intimando su contingencia. No hace falta una memoria admonitoria (Dt 8). El nuevo universo: 2 Pe 3,13 y Ap 21,1. b) La alegría (35) compartida se llama fiesta: el pueblo festeja al Señor, el Señor a Jerusalén. Más aún, el Señor crea una ciudad y un pueblo convertidos en puro gozo: la alegría es su ser. Culmina la serie de 51,3; 54,1; 60,5; 62,5.
65,19b Puede verse Is 25,8 y la cita de Ap 21,4.
65,20 La longevidad es una de las bendiciones clásicas en el horizonte intramundano. Compárese con Sal 90,10.
65,21-22 Disfrutar del trabajo propio es una de las bendiciones (62,8-9). En el nuevo orden habrá una actividad fecunda y satisfactoria (cfr. Sal 104): se excluyen los agresores externos y los opresores internos. El árbol es medida de longevidad (Job 14,7).
65,24 Lo anunciado en 30,19 y 58,9 se extrema aquí; compárese con Sal 139,4.
65,25 Cita de 11,7.9, que sirve para evocar el mundo maravilloso de aquel poema.
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