viernes, 20 de noviembre de 2015

JEREMÍAS. CAPÍTULO 27.

Sumisión al rey de Babilonia (Jr 25,1-11).

1. A los embajadores

271El año cuarto* del reinado de Sedecías, hijo de Josías, rey de Judá, el Señor dirigió la palabra a Jeremías:
2-Así dice el Señor: Hazte unas coyundas y un yugo y encájatelo en el cuello, 3y envía un mensaje a los reyes de Edom, Moab, Amón, Tiro y Sidón, por medio de los embajadores que han venido a Jerusalén a visitar al rey Sedecías. 4Diles que informen a sus señores: Así dice el Señor de los ejércitos, Dios de Israel: Decid a vuestros señores:
5Yo he creado la tierra y hombres y animales
sobre la faz de la tierra,
con mi gran poder y con mi brazo extendido;
y la doy a quien me parece;
6pues bien, yo entrego todos estos territorios
a Nabucodonosor, rey de Babilonia, mi siervo;
incluso las fieras agrestes
se las doy como servidores;
7todas las naciones estarán sometidas a él,
a su hijo y nieto,
hasta que le llegue a su país la hora de ser servidor
de pueblos numerosos y reyes poderosos.
8Si una nación y su rey no se someten
a Nabucodonosor, rey de Babilonia,
y no rinden el cuello al yugo del rey de Babilonia,
con espada y hambre y peste
castigaré a esa nación,
hasta entregarla en sus manos
-oráculo del Señor-.
9Y vosotros no hagáis caso
a vuestros profetas y adivinos
intérpretes de sueños, agoreros y magos,
que os dicen:
"No seréis vasallos del rey de Babilonia";
10porque os profetizan embustes
para sacaros de vuestra tierra,
para que yo os disperse y os destruya.
11Si una nación rinde el cuello
y se somete al rey de Babilonia,
la dejaré en su tierra,
para que la cultive y habite
-oráculo del Señor-.

2. A Sedecías (Jr 21,1-7)

12A Sedecías, rey de Judá, le hablé en los mismos términos:
Rendid el cuello al yugo del rey de Babilonia,
someteos a él y a su ejército, y viviréis;
13así no moriréis a espada, de hambre y peste,
como dijo el Señor
a los pueblos que no se sometan
al rey de Babilonia.
14No hagáis caso a los profetas que os dicen:
"No seréis vasallos del rey de Babilonia",
porque os profetizan embustes:
15yo no los envié -oráculo del Señor-,
y ellos profetizan embustes en mi nombre,
para que yo os tenga que arrojar y destruir
a vosotros con los profetas que os profetizan.

3. A los sacerdotes y al pueblo

16 A los sacerdotes y al pueblo les dije: Así dice el Señor:
No hagáis caso a esos profetas
que os profetizan:
"Muy pronto recobraremos de Babilonia
el ajuar del templo";
17os profetizan embustes, no les hagáis caso.
Seguid sometidos al rey de Babilonia y viviréis,
y esta ciudad no se convertirá en ruinas.
18Si son profetas y tienen la palabra del Señor,
que intercedan al Señor
para que no se lleven a Babilonia
el resto del ajuar del templo
y del palacio real de Jerusalén.
19Porque así dice el Señor de los ejércitos acerca de las columnas, el depósito, el pedestal y el resto del ajuar que aún queda en la ciudad 20(que Nabucodonosor, rey de Babilonia, no se llevó de Jerusalén a Babilonia cuando desterró a Jeconías, hijo de Joaquín, con todos los notables de Judá y Jerusalén). 21Así dice el Señor de los ejércitos, Dios de Israel, acerca del ajuar que ha quedado en el templo y en el palacio real de Jerusalén:
22Se los llevarán a Babilonia y allí quedarán, hasta que yo haga inventario -oráculo del Señor- y los saque y los devuelva a este lugar.

Explicación.

27,1-22 Sedecías había sido nombrado rey por Nabucodonosor y había pronunciado su juramento de vasallaje. El monarca babilonio había consolidado rápidamente su imperio, extendiéndolo hasta la costa mediterránea. Los pequeños reinos sometidos espiaban los momentos de debilidad o dificultad del imperio para sacudir el yugo del vasallaje. En uno de esos momentos sucede la embajada conjunta de reinos vecinos al rey judío para atraerlo a una alianza militar. La llegada de los mensajeros, probablemente con sus séquitos, no pasó inadvertida a Jeremías. La propuesta de rebelión era descabellada, pues sólo serviría para desatar una represión violenta de parte del imperio. Esta observación de prudencia política se presenta con la autoridad de Dios, que por ser creador de todo y de todos, es también señor de la historia.

El triple mensaje permite colegir que había quienes atizaban el descontento y las vanas esperanzas del pueblo: probablemente los ministros del rey, que llegarían a ser árbitros de la política nacional. Gran instrumento de su propaganda eran los profetas funcionarios, que Jeremías procura desenmascarar. Jeremías predica la aceptación del vasallaje político como único medio para sobrevivir. Ésta es la hora de Nabucodonosor, el cual a su vez es siervo o vasallo del Señor.

27,1 El texto hebreo tiene confundida la fecha (cfr. v.3 y 12). * Año 594.

27,2 La acción simbólica escenifica la metáfora del vasallaje como yugo. Parece tratarse de uno de esos yugos de madera, apoyados en cuello y hombros, a manera de balanza, que permitían transportar equilibrados pesos notables.

27,3-4 En términos geográficos era una coalición modesta. La rebelión comenzaba rehusando el tributo. Parece enfático aquí el título tradicional "Dios de Israel".

27,5 La expresión "dar la tierra", limitada de ordinario a Canaán e Israel, se ensancha a un horizonte universal, como en Dt 32,8. Con "brazo extendido" como en la épica del éxodo.

27,6 El título "mi siervo" es enfático. Nabucodonosor no es señor absoluto ni está realmente al servicio de divinidades locales. El Dios verdadero lo ha tomado a su servicio. El dominio sobre las fieras se sale del dominio urbano y agrícola; pueden recordarse Gn 9,2; 10,9 y Sal 50,10.

27,7 "Hijo y nieto" más que genealogía, es un modo de llegar a la tercera generación.

27,8 "Hasta entregarla": leo así con algunas versiones antiguas. El hebreo dice "hasta acabarlos", planteando la alternativa de vasallaje o muerte.

27,9 Cinco categorías de adivinos en países extranjeros; la lista coincide en parte con la de Dt 18,10.

27,11 "Cultivar" y "servir" son en hebreo la misma palabra; cambia el complemento.

27,12-15 El mensaje para el rey es semejante al anterior; casi aplicación de un principio general. Delata el influjo en la corte de los falsos profetas (23,9-32).

27,14 Jr 23.

27,16 El hebreo disocia a los sacerdotes de los profetas y los junta con el pueblo.

27,18 Al profeta verdadero se le pide también que interceda por la nación. Lograr que el resto del ajuar del templo quedase en Jerusalén equivalía a conjurar el peligro de una nueva deportación. Al no encontrar imágenes de la divinidad, el invasor se llevaba lo más valioso transportable del templo.

27,22 El texto griego no habla de devolución. La cláusula podría ser adición posterior a la luz de los acontecimientos.

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