Oráculo contra Babilonia (Is 21,1-10; 14,4-23; 46, Bar 4,31-35, Ap 18)
501Palabra del Señor contra Babilonia (país caldeo) por medio del profeta Jeremías:
2Anunciadlo a las naciones, pregonadlo,
alzad la bandera, pregonad,
no lo calléis, decid:
"Babilonia ha sido conquistada,
Bel está confuso, Marduc consternado,
sus ídolos derrotados,
sus imágenes consternadas".
3Porque desde el norte se abalanzó sobre ella
un pueblo que asolará su territorio,
hasta que no quede en ella un habitante,
pues hombres y animales huirán desbandados.
4En aquellos días y en aquella hora
-oráculo del Señor-
vendrán juntos israelitas y judíos,
llorando y buscando al Señor, su Dios;
5preguntan por Sión y allá se encaminan:
"Vamos a unirnos al Señor
en alianza eterna, irrevocable".
6Mi pueblo era un rebaño perdido
que los pastores extraviaban por los montes,
iban de monte en colina, olvidando el aprisco;
7los que los encontraban se los comían,
sus rivales decían: "No somos culpables,
pues han pecado contra el Señor,
su Dehesa legítima, la Esperanza de sus padres".
8Huid de Babilonia y del territorio caldeo,
salid como cabestros delante del rebaño,
9porque yo movilizo contra Babilonia en el norte
una alianza de naciones poderosas
que formarán contra ella y la conquistarán;
sus flechas, como soldado experto,
no vuelven de vacío.
10Los caldeos serán saqueados
y los saqueadores se hartarán
-oráculo del Señor-.
11Aunque festejéis bulliciosamente,
ladrones de mi heredad, aunque brinquéis
como novilla en el prado
y relinchéis como corceles,
12vuestra madre quedará avergonzada,
abochornada en la última de las naciones,
en desierto y estepa reseca.
13Por la cólera del Señor quedará deshabitada
y hecha toda un desierto;
los que pasen junto a Babilonia
silbarán espantados al ver tantas heridas.
14Arqueros, poned cerco a Babilonia
apuntad, no ahorréis flechas,
pues pecó contra el Señor;
15lanzad el alarido en torno a ella,
que se entregue su guarnición,
que caigan sus pilares
y se derrumben sus murallas;
porque el Señor se venga de ella así:
lo que hizo hacédselo.
16Extirpad en Babel al sembrador
y al que empuña la hoz en la siega.
Huyen de la espada mortífera,
cada uno a su gente y a su tierra nativa.
17Israel era una oveja descarriada,
acosada de leones:
primero la devoró el rey de Asiria,
últimamente la despedazó
Nabucodonosor, rey de Babilonia.
18Por eso, dice el Señor de los ejércitos,
Dios de Israel: Yo tomaré cuentas
al rey de Babilonia y a su país,
como se las tomé al rey de Asiria.
19Restituiré Israel a sus dehesas,
para que paste en el Carmelo y en Basán,
para que sacie su hambre
en la sierra de Efraín y en Galaad.
20En aquellos días y en aquella hora
-oráculo del Señor-
se buscará la culpa de Israel, y no aparecerá;
el pecado de Judá, y no se encontrará;
porque yo perdonaré a los que deje con vida.
21¡Contra el territorio de Merataín avanzad,
contra los habitantes de Pecod!
Aniquila a filo de espada, haz cuanto te diga
-oráculo del Señor-.
22Suena el grito de guerra en el país,
un grave quebranto:
23"¡Ay, arrancado y quebrado
el martillo del mundo!
¡Ay Babilonia, convertida
en el espanto de las naciones!".
24Babilonia, te puse una trampa,
y has caído sin darte cuenta;
te han sorprendido y apresado
porque retaste al Señor.
25El Señor ha abierto su arsenal
y ha sacado las armas de su ira,
porque el Señor de los ejércitos
tiene una tarea en el país caldeo.
26Venid contra ella desde el confín:
abrid los graneros, apilad sus gavillas,
destruid hasta no dejar resto;
27matad sus novillos, que bajen al matadero;
¡ay de ellos, les llega el día
y la hora de la cuenta!
28Oíd a los fugitivos evadidos de Babilonia
que anuncian en Sión la venganza
del Señor, nuestro Dios,
la venganza de su templo.
29Reclutad contra Babel saeteros,
a todos los arqueros;
cerrad el cerco, que no escape nadie;
pagadle sus obras, lo que hizo hacédselo:
se insolentó contra el Señor,
el Santo de Israel;
30sus jóvenes caerán en las calles,
aquel día sus guerreros enmudecerán
-oráculo del Señor-.
31¡Aquí estoy contra ti, insolente!
-oráculo del Señor de los ejércitos-,
te llegó el día, la hora de rendir cuentas:
32tropezará la insolente,
caerá y nadie la levantará.
Prenderé fuego a sus pueblos,
que consuma todo en torno.
33Así dice el Señor de los ejércitos:
Israelitas y judíos sufren juntos la opresión,
los que los desterraron los retienen
y se niegan a soltarlos.
34Pero el rescatador es fuerte,
se llama Señor de los ejércitos:
él defenderá su causa, acallando la tierra,
agitando a los habitantes de Babilonia.
35¡Espada!, contra los caldeos,
contra los vecinos de Babilonia
-oráculo del Señor-,
contra sus nobles y sus maestros.
36¡Espada!, contra sus soldados, que se aterroricen.
37¡Espada!, contra sus tesoros y carros,
contra la turba entre ellos,
que se vuelvan mujeres,
contra sus tesoros, para que sean saqueados.
38¡Espada!, contra sus canales, que se sequen,
porque es un país de ídolos,
que pierde el seso por sus espantajos.
39Habitarán allí chacales y hienas y avestruces,
por siempre jamás,
de edad en edad estará despoblada.
40Será como la catástrofe
de Sodoma, Gomorra y sus vecinas,
donde no habita nadie ni mora hombre alguno
-oráculo del Señor-.
41Mirad: un ejército viene
desde el norte, una multitud
y muchos reyes se movilizan
en el extremo del mundo:
42armados de arcos y jabalinas,
implacables e inexorables,
sus gritos resuenan como el mar,
avanzan a caballo,
formados como soldados contra ti, Babilonia.
43Al oír su fama el rey de Babilonia se acobarda,
lo atenazan ansias
y espasmos de parturienta.
44Como un león que sube
de la espesura del Jorán
a las dehesas siempre verdes,
así los espantaré de repente
y me adueñaré de los escogidos,
pues ¿quién hay como yo?,
¿quién me desafía?,
¿quién es el pastor que pueda resistirme?
45Ahora escuchad
el designio del Señor contra Babel
y sus planes contra el territorio caldeo:
Juro que aun las ovejas más pequeñas
serán arrebatadas,
juro que se espantarán de ellas las dehesas.
46Al estruendo de su caída retiembla la tierra,
y las naciones escuchan sus gritos.
Explicación.
50,1-51,58 Por fin le llega el turno a Babilonia, y el compilador le reserva ciento cuatro versos. Como queriendo descargar en las páginas finales toda su indignación compartida y reprimida.
a) Respecto a Jeremías: es el "enemigo del Norte", el ejecutor del castigo divino, que a su vez será castigado. Pero el profeta acepta al emperador, no le dedica invectivas, anuncia su victoria sobre Egipto, en la ronda de la copa lo introduce con el seudónimo Sesac. Respecto al libro: es lógico que el compilador tardío diera cabida al protagonista de la época, en su esplendor y su caída. Así se proyecta y se dilata en la pantalla la escena comprimida de la copa.
b) A la perspectiva histórica se sobrepone la escatológica, que apunta hacia la apocalíptica. Los autores de apocalipsis señalaron a Nabucodonosor como comienzo del reino del mal y a Babilonia como ejemplo de nación hostil al Señor. Con esa trágica aureola pasa Babilonia al NT. Pues bien, los presentes capítulos preparan esa visión trascendente, si no están ya contagiados de ella.
c) Tema. Estamos ante un cuadro o una visión grandiosa: algo así comoel dedicado a Gog de Magog (Ez 38-39) o a Egipto (Ez 29-32). La idea de conjunto es bien sabida: Babilonia fue instrumento de castigo, verdugo enviado por Dios, se propasó en la ejecución de su tarea, y ahora le llega a ella la ejecución de su tarea, y ahora le llega a ella la ejecución de su sentencia. Mientras que sus víctimas, bien escarmentadas, obtienen la liberación.
La realización literaria no responde a la grandeza del argumento. Asistimos a la metamorfosis del personaje, con incoherencias en el desarrollo de varias imágenes, a una reiteración fatigosa de temas y situaciones, en la que descuellan momentos impresionantes. El lector piensa que habría sido más eficaz un tríptico de cuadros intensos y bien compuestos.
d) Desarrollo. Para orientarnos en la lectura, podemos fijarnos en los personajes y sus papeles respectivos: Israel es víctima, Babilonia es reo, el Señor es juez, otros pueblos son ejecutores.
El Señor es vengador, liberador, rescatador de su pueblo; por sí o dando las órdenes pertinentes. Es juez que condena al agresor; pero, como éste lo ha desafiado, acepta el reto y baja a luchar. La ejecución de su sentencia toma la forma de guerra, en la que identificamos varios momentos: movilización, avance, cerco, asalto, saqueo, matanza, destrucción. Los ejecutores pueden ser figuras cósmicas. El Señor es personaje singular, los otros son colectivos, que actúan en grupo o personificados en un individuo.
Todos pueden hablar dentro del poema sin previa introducción: dando órdenes, interpelando, contando. El poeta toma la palabra y la cede con gran movilidad. El orden no es cronológico; procede a saltos y con vaivenes, sin suficiente dominio del material. Una declamación a cuatro voces diferenciadas daría relieve y restaría monotonía a la serie.
e) Listas. Para evitar repeticiones a lo largo del comentario, propongo aquí unas listas sinópticas:
Imagen de Babilonia 50,11 ladrón, novilla, corcel; 17león; 23martillo; 26s grano y ganado; 45pastos y ovejas; 51,2 era; 5 deudor; 7 copa; 25 monte y cantera; 33 era, 34,44 dragón; 38 leones; 55 océano.
Intervención personal del Señor 50, 18,24s.31s.34.44; 51,7.25.26.39s.44.57.
Enemigos de Babel movilización 50,29; 51,1s.11.27s.53; avance 50,21; 51,41s.48; cerco 50,14; 51,3; asalto 50,9; 51,3.12; saqueo 50,10.26s; matanza 50,16.26s.
50,2-10 Dada la fluidez e indecisión de los linderos entre las secciones del texto, ofrezco, a título de hipótesis de lectura, divisiones menores, atendiendo a leves indicios estilísticos.
La primera sección alcanza una pausa con la segunda fórmula "oráculo del Señor"; lleva un corte en el verso 4 con la fórmula de enlace, de futuro indefinido. Comienza audazmente por el final: la gran noticia internacional de la caída de Babilonia; que en los versos 9-10 figura como suceso inminente. Vinculada a dicho acontecimiento sucede la salida y retorno de los desterrados (4-5), que en el v.8 es una orden del Señor. En resumen, la disposición está invertida, con técnica aproximada de espejo. El orden cronológico sería: (6-7) 8-10.4-5.2-3.
50,2 Marduc es el nombre de la divinidad babilonia, Bel es título (= Señor). Contra estos ídolos predicó Isaías Segundo: p. ej. Is 46. Compárese la noticia al principio con la sustentación de Is 21,1-10.
50,3 "Desde el norte": ironía de la historia para el clásico "enemigo del norte" (1,14 part).
50,4-5 Esto significa la reunión de los dos reinos hermanos separados. Los ha unido la desgracia común, el centro de atracción de Sión, la atracción del Dios de la alianza (cfr. Ex 19,4).
50,7 El juicio de los extranjeros parece justificado (2,3): los judíos ya no pertenecen al Señor, no son sagrados ni intocables. Se equivocan: los judíos siguen siendo propiedad del Señor, por eso los cautivadores son "ladrones" (50,11) y "deudores" (51,5), y el Señor rescatará lo suyo (50,34). Si han pecado, ya han pagado la culpa.
50,8 La invitación es el reverso de 6,1 y 15,1-2; véanse Is 48,20 y 52,11.
50,9 Movilización: véase Is 13,17.
50,10 Como 30,16.
50,11-20 Hago una pausa en el verso 20 porque se completa ahí un ciclo de exposición: anuncio de la derrota (11-13); orden de ataque (14-16); situación de Israel (17); el Señor anuncia su intervención (18-20). Se podría hacer una pausa menor detrás de 16. Por el tema el v.20 va unido al precedente, a pesar de la fórmula de futuro indefinido. Suceden estrechamente vinculados el castigo de Babilonia y la liberación de Israel; sólo que la segunda se basa en el perdón de Dios.
50,11-12 La capital imperial está personificada, según costumbre, es una figura femenina, que es a la vez la colectividad y su madre (Is 49 y 54). Se ha entregado a los festejos de sus victorias o a su despreocupación. Como novilla (46,20; Os 10,11). "Relinchar" puede tener sentido lascivo (5,8). "Ladrones" o saqueadores: territorio y pueblo eran "heredad" del Señor (12,7-9; 16,18).
50,14 El juez se dirige a los verdugos, el general a sus tropas. Se aplica la ley del talión: el cerco (1,15; 34), la espada (14,12 frecuente), la muralla (39,8). "Pecó contra el Señor": porque se excedió en el castigo y se atribuyó la victoria.
50,16 Lo urbano y lo agrícola son las dos dimensiones que sintetizan la vida antigua, "plantar y construir".
50,17-18 Síntesis histórica que abarca los dos reinos y casi dos siglos; véase 2,18.
50,20 Inspirado en 31,34. Alianza y perdón se mencionan en 5 y 20. Unos judíos murieron en la catástrofe del 586, otros salvaron la vida y han expiado la culpa en el destierro (Is 40,1-2). Quedar con vida ya es una especie de perdón: conmutación de la pena de muerte por destierro. Hay más: a los supervivientes que retornen el Señor les perdonará en un régimen nuevo de alianza perpetua.
50,21-34 Haremos una pausa en el verso 34, solicitada por lo que sigue. Otra pausa llega detrás del verso 30, también solicitada por el verso siguiente. Retornan los temas sin orden riguroso: anuncio de la caída de Babilonia, por su culpa; orden de ejecución a los verdugos o de asalto a la tropa; situación y destino próximo de judíos e israelitas. Sigue el mismo cruce de voces y de personas interpeladas.
Es nueva la imagen de un desafío aceptado o de una provocación. El reto puede suceder de dos maneras: directamente, persona a persona, o indirectamente, atentado contra algo personal del rival. El desafiado, a su vez, puede responder personalmente o despachando sus campeones (cfr. 1 Sm 17). El Señor, como parte, despacha a su gente (21.25-27.29) o se presenta en persona (31); explica su táctica (24) o justifica su acción (29.33s). Ante el hecho reaccionan los vencidos gimiendo (23), los liberados exultantes (28). Este esquema no aparece puro, sino contagiado con la imagen precedente del juicio.
50,21 A oídos hebreos Merataín suena parecido a "Doble rebelión", y Pecod suena a "sanción".
50,23 Variante de la imagen de instrumento: véase Is 10,12.
50,24 Ha caído en la trampa de su confianza desmedida en sí misma, en el lazo de su crueldad y arrogancia: cfr. Is 8,15; 28,13.
50,25 Las armas pueden ser meteoros destructores (Eclo 39,28-29; Sab 5,17-23) o ejércitos humanos (Is 13,4s).
50,26-27 En una cultura agropecuaria aparecen en paralelo la cosecha de grano y los novillos. Los novillos representan a jefes y soldados (Is 34,2.6; Ez 39,18-20), ¿también las gavillas? (cfr. Gn 37,6s). Son probables tanto la lectura propia como la metafórica; el verbo "destruid" apoya más bien la metafórica.
50,28 Estos fugitivos que llevan la noticia a Sión tienen que ser judíos: véase la descripción de Is 21,1-10. La destrucción de Babilonia es un acto de justicia vindicativa, propia del Dios "justiciero" (Sal 94,1). El ejército babilonio había saqueado el ajuar e incendiado el templo del Señor: una profanación sacrílega.
50,30 Este verso, copiado de 49,26, interrumpe el desarrollo continuado del tema de la "insolencia".
50,31 El Señor acepta el desafío: 21,13; 23,30; Han 2,14; 3,5. Desafiar al Señor, aunque lo haga un imperio, es insolencia intolerable: Prov 11,2; 13,10; 21,24.
50,33-34 Apela a la institución jurídica del rescate, de posesiones enajenadas o de familiares esclavizados. Dios asume ese oficio a favor de su pueblo: Is 41,14; 44,6; 47,4 etc.). Babilonia no aduce más derechos que la fuerza para retener a los cautivos de guerra; pero el rescatador es más fuerte (31,11), su nombre o título celeste lo acredita (31,35; 32,18); por el vínculo de la alianza "defenderá su causa" (25,31; Is 49,25).
50,35-40 En la escena de introducción a estos oráculos, 25,15-29, pasaba primero la copa, después seguía la espada. Aquí leemos una invocación a la espada, como instrumento de ejecución; puede compararse con Ez 21,13-22. Seis llamadas (quizá falte una en 35b) y doce datos enumerados (compárese con Is 2,12-16). La espada ha de destruir cuanto hacía la grandeza de Babilonia: poder político, militar, técnico y mágico, recursos naturales y riquezas acumuladas, y la abundancia de imágenes idolátricas.
50,38 El verbo final es ambiguo, según la vocalización: las versiones han leído "se gloría", el hebreo lee "se enloquecen". Quizá sea pretendida la ambivalencia.
50,39 Al quedar despoblado, lo invaden animales salvajes: Is 13,20-22; 34,14.
50,40 Cita de 49,18 y de Is 34,19.
50,41-43 Repetición casi literal de 6,22-24; lo que amenazó el Señor a Jerusalén, ahora se vuelve contra Babilonia; lo que hizo se lo harán.
50,44-46 Repetición de 49,19-21 como pieza de repertorio.
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