viernes, 20 de noviembre de 2015

JEREMÍAS. CAPÍTULO 13.

El cinturón de lino

131El Señor me ordenó:
-Ve, cómprate un cinturón de lino y póntelo en la cintura; que no lo toque el agua.
2Según la orden del Señor, me compré el cinturón y me lo puse en la cintura.
3El Señor me ordenó de nuevo:
4-Toma el cinturón comprado, que llevas ceñido, ve al río Éufrates y escóndelo allí en las hendiduras de una peña.
5Fui y lo escondí en el Éufrates, según la orden del Señor.
6Pasados muchos días, me ordenó el Señor:
-Ve al Éufrates y recoge el cinturón que te mandé esconder.
7Fui al Éufrates, cavé donde lo había escondido y recogí el cinturón: estaba gastado e inservible.
8Entonces el Señor me dirigió la palabra:
9-Así dice el Señor: Lo mismo desgastaré el orgullo de Judá y el orgullo desmedido de Jerusalén, 10de ese pueblo que se niega a obedecerme, que se porta obstinadamente, que sigue a dioses extranjeros y les rinde adoración. Serán como ese cinturón inservible. 11Como se adhiere el cinturón a la cintura del hombre, así me ceñí a judíos e israelitas para que fueran mi pueblo, mi fama, mi gloria y mi honor -oráculo del Señor-. Pero no obedecieron.

El último plazo

12Les dirás lo siguiente: Así dice el Señor, Dios de Israel: "Las vasijas se llenan de vino"; te contestarán: "Como si no supiéramos que las vasijas se llenan de vino". 13Les replicarás: "Así dice el Señor: Yo mismo llenaré de embriaguez a todos los habitantes del país, a los reyes que se sientan en el trono de David, a sacerdotes y profetas y a todos los vecinos de Jerusalén. 14Los haré chocar unos con otros, padres con hijos -oráculo del Señor-;: ni piedad, ni perdón, ni compasión me impedirán destruirlos".
15Oíd, atended, y no seáis soberbios,
que habla el Señor:
16Confesaos ante el Señor, vuestro Dios,
antes de que oscurezca,
antes de que tropiecen vuestros pies
por los montes y a media luz,
y convierta en lóbregas tinieblas
la luz que esperáis.
17Y si no escucháis,
lloraré a escondidas vuestra soberbia,
mis ojos se desharán en lágrimas,
cuando se lleven el rebaño del Señor.
18Di al rey y a la reina madre:
Sentaos en el suelo,
porque se os ha caído de la cabeza
la corona real.
19Los poblados del Negueb están cercados,
nadie rompe el cerco,
todo Judá marcha al destierro,
al destierro sin faltar uno.
20Alza la vista y míralos venir por el norte:
¿dónde está el rebaño que te encomendaron?
21¿Qué diras cuando te falte la gala de tus ovejas,
los que habías educado para gobernarte?
¿No sentirás dolores como la parturienta?
22Y si preguntas por qué te sucede todo eso,
por tus muchas culpas te levantan las faldas
y te violentan los tobillos.
23¿Puede un etíope mudar de piel
o una pantera de pelaje?
Igual vosotros: ¿podréis enmendaros,
habituados al mal?
24Los disiparé como tamo arrebatado
por el viento de la estepa.
25Ésta es tu suerte, mi paga por tu rebelión
-oráculo del Señor-,
porque me olvidaste confiando en la mentira,
26también yo te alzaré las faldas por delante,
y se verá tu vergüenza,
27tus adulterios, tus relinchos,
tus pensamientos de fornicación.
Sobre las colinas del campo
he visto tus abominaciones.
¡Ay de ti, Jerusalén, que no te purificas!
¿Hasta cuándo darás largas?

Explicación.

13,1-11 Acción simbólica o pantomima con explicación. "Adherirse" es uno de los términos clásicos con que el Dt expresa la fidelidad al Señor: 10,20; 11,22; 13,5.18; 30.20. La metáfora se traduce plásticamente en una prenda de vestido personal que se pega al cuerpo y a la vez puede ser gala o distintivo: Is 11,5; 49,18. El lino es tejido noble y puede ser de uso cúltico: Ez 44,17s; Prov 31,13. El nombre del río puede ser ficción: el Éufrates es el río de Babilonia, donde se pudrirán los judíos infieles.

13,11 En vez de manifestar el honor del Señor, se alzaron orgullosamente con su condición de elegidos.

13,12-14 Apunte de imagen, casi surrealista, que podemos parafrasear. Hombres en figura de vasijas, o vasijas en forma de hombres, quietos, alineados; se llenan de vino hasta los bordes, les entra una borrachera colectiva, comienzan a tambalearse, a chocar unos con otros, se quiebran por la vecindad, acaban ruidosamente en cascotes. Nosotros decimos "borracho como una cuba". Véanse 25,15-29; Is 28,7; 29,9.

13,15-17 Invitación y ultimátum. Es la hora del crepúsculo: todavía queda luz, la noche se echa encima. Todavía queda tiempo para la penitencia. Si rehúsan, los envolverá la noche, tropezarán, el rebaño será llevado al destierro. Entonces el profeta se entregará a un llanto póstumo, sin remedio: 8,23; 9,9.17.

           Breve oráculo con destinatario, que encajaría mejor en la serie de 13,21-22. Se refiere probablemente a Jeconías y Nejustá, al tiempo de la primera deportación. Los invasores han penetrado hasta el sur. "Todo Judá" es expresión hiperbólica (cfr. 2 Re 24,14). "Sentada en el suelo", no en el trono, en gesto de humillación y duelo (Is 3,26; 47,1; Lam 2,10).

13,20-27 Con imperativo femenino comienza este oráculo dirigido a Jerusalén. La capital está vista en figura de matrona, encarnación de la comunidad y esposa del Señor (Os 2; Is 1,21-26). Por su infidelidad conyugal, idolatría, sufrirá la pena de la pública vergüenza (Is 47,2; Os 2,4s; Nah 3,5). El tono es intensamente retórico, de requisitoria, con imperativos e interrogaciones, incluso asumiendo palabras del reo.

13,20-21 Por el norte avanza el ejército enemigo: 1,14; 4,15; 6,22. El rebaño es el pueblo, las ovejas escogidas son los jefes, Jerusalén es la suprema responsable. En la primera deportación, los jefes "educados" para el mando, fueron llevados al destierro (2 Re 24,10-17).

13,22 Para la pregunta, véanse 5,19; Dt 29,21-23. Los "tobillos": o es un eufemismo sexual o se refiere a las cadenas de la esclavitud.

13,23 A fuerza de practicar el mal, el "hábito" se convierte en segunda naturaleza incorregible.

13,24 El "viento": 4,11-13.

13,25 La mentira puede ser el ídolo, o las alianzas engañosas, o los profetas embaucadores: 5,31; 7,4.8; 8,11; 10,14.

13,27 Las colinas son los altozanos de cultos idolátricos.

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