TRITOISAÍAS
Asignar el bloque de capítulos 56-65 a un Isaías III o Tritoisaías fue durante decenios opinión difundida, hoy abandonada. Algunos atribuían a Isaías II el entero bloque 40-66; otros asignaban 56-66 a un discípulo suyo. Hoy se piensa que forman una colección planeada de oráculos heterogéneos.
Indudablemente, muchos fragmentos continúan el estilo del maestro: poca construcción, amplitud al desarrollar, imágenes visionarias. Pasa a segundo plano el tema del éxodo y ocupa el primer plano la ciudad transfigurada.
Comparando las diversas piezas se observan claras tensiones: entre la preocupación presente y la esperanza futura, la denuncia de delitos y los mensajes de aliento, el desencanto presente y la expectación escatológica, la apertura a los extranjeros y la condena sin matices.
Las diversidades y oposiciones arguyen pluralidad de autores, difícilmente identificables. Pero hay que explicar sus puntos de vista. Para hacerlo los autores apelan a condiciones sociológicas sincrónicas y al proceso o evolución diacrónica. Al volver del destierro y no cumplirse las maravillosas promesas del profeta, sucede el desencanto, decae la fidelidad al Señor; se forman y consolidan grupos opuestos, de conservadores realistas o exclusivistas y de idealistas ilusionados. La proyección escatológica cobra fuerza y se afirma al final, como sucesora de la profecía.
En un par de ocasiones el autor habla de sí: 61,1-3 y 62,1.6. Algunos autores descubren en el bloque una disposición "concéntrica", de tipo ABCDEFEDCBA, con el centro en el cap. 61 y las siguientes correspondencias: 56,1-8 = 66,18-24; 56,9-57,21 = 65,1-66,17; 59,1-15a = 63,7-64,11; 59,15b-20 = 63,1-6; 60 = 62.
Estos capítulos son bastante citados o aludidos en el NT, como iremos viendo.
Asignar el bloque de capítulos 56-65 a un Isaías III o Tritoisaías fue durante decenios opinión difundida, hoy abandonada. Algunos atribuían a Isaías II el entero bloque 40-66; otros asignaban 56-66 a un discípulo suyo. Hoy se piensa que forman una colección planeada de oráculos heterogéneos.
Indudablemente, muchos fragmentos continúan el estilo del maestro: poca construcción, amplitud al desarrollar, imágenes visionarias. Pasa a segundo plano el tema del éxodo y ocupa el primer plano la ciudad transfigurada.
Comparando las diversas piezas se observan claras tensiones: entre la preocupación presente y la esperanza futura, la denuncia de delitos y los mensajes de aliento, el desencanto presente y la expectación escatológica, la apertura a los extranjeros y la condena sin matices.
Las diversidades y oposiciones arguyen pluralidad de autores, difícilmente identificables. Pero hay que explicar sus puntos de vista. Para hacerlo los autores apelan a condiciones sociológicas sincrónicas y al proceso o evolución diacrónica. Al volver del destierro y no cumplirse las maravillosas promesas del profeta, sucede el desencanto, decae la fidelidad al Señor; se forman y consolidan grupos opuestos, de conservadores realistas o exclusivistas y de idealistas ilusionados. La proyección escatológica cobra fuerza y se afirma al final, como sucesora de la profecía.
En un par de ocasiones el autor habla de sí: 61,1-3 y 62,1.6. Algunos autores descubren en el bloque una disposición "concéntrica", de tipo ABCDEFEDCBA, con el centro en el cap. 61 y las siguientes correspondencias: 56,1-8 = 66,18-24; 56,9-57,21 = 65,1-66,17; 59,1-15a = 63,7-64,11; 59,15b-20 = 63,1-6; 60 = 62.
Estos capítulos son bastante citados o aludidos en el NT, como iremos viendo.
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