sábado, 22 de agosto de 2015

ISAÍAS. LA ÉPOCA DE ISAÍAS.

              El ministerio profético de Isaías corresponde a los reinados de Yotán (740-734), Ajaz (734-727) y Ezequías (menor de edad 727-715; mayor de edad 715-698). En el terreno de la conducta social, su ministerio, como el de otros profetas (p. ej. Amós) está marcado por la exigencia de justicia y de lealtad al Señor, "el Santo de Israel". En el terreno de la política internacional, discurre a la sombra amenazadora del expansionismo del imperio asirio. El año 745 sube al trono Tiglat Piléser III, consumado y creativo militar. Con su ejército incontrastable, va sometiendo naciones con la táctica del vasallaje forzado, los impuestos crecientes, la represión despiadada, la conquista y colonización. Así van cayendo Urartu, Babilonia, pueblos de Siria y Palestina.

            En su tiempo sucede la llamada guerra siro-efraimita, que afecta a Judá. Aliados los reinos de Damasco e Israel, planean rebelarse contra Asiria. Para ello desean contar con la alianza de Judá (2 Re 15,37). Al resistirse su rey, Ajaz, intentan implantar una nueva dinastía favorable en Jerusalén. Judá solicita la ayuda de Asiria (2 Re 16,7-9), pero tiene que aceptar el vasallaje del poderoso asirio. En esta época Isaías ha predicado la confianza en el Señor y no en alianzas políticas (7).

           A Tiglat Piléser sucede Salmanasar V (727-722), el cual, para reprimir la rebelión de Israel, asedia y conquista la capital, Samaría (722). Al morir asesinado, le sucede Sargón II (721-705), el cual ejecuta una gran deportación de israelitas e instala colonos extranjeros en el territorio de Samaría (= Israel). Después dirige sus campañas contra Arabia, Edom, Moab, etc.

           Le sucede Senaquerib (704-681). Contra los consejos de Isaías, Judá se suma a un intento de rebelión, y provoca la intervención del emperador, el cual conquista 46 plazas fuertes y pone cerco a Jerusalén (701). La capital se libra de modo inesperado: el invasor levanta el cerco, pero impone un fuerte tributo (2 Re 18,14).

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