Los oráculos proféticos se van reuniendo en colecciones menores y después formarán los libros o colecciones mayores.
Criterios de ordenación de los oráculos. Dado que los colectores no siempre siguieron el orden cronológico, el investigador moderno, fiel al método histórico crítico, se esfuerza por recobrar una pauta histórica, cronológica en la que insertar y distribuir cada oráculo. Es decir, toma dos series paralelas: la de los hechos históricos, conocidos o reconstruidos, y la de los oráculos en su ordenación literaria actual.
Para establecer la correspondencia individual, detallada, realiza una operación con datos correlativos y en proceso alterno de implicación mutua. Tiene que conocer los límites de cada oráculo y comprender su sentido global (ayudado por referencias históricas). Después busca una coyuntura histórica precisa en la que encaje el oráculo en cuestión. Esto lo consigue por datos claros del texto, por deducción, por conjetura.
Como el investigador opera con datos desconocidos o inciertos en las dos series, los resultados de esta operación son muchas veces dudosos. El grado de incerteza afecta necesariamente a la interpretación de cada oráculo.
Distribuir los oráculos por la serie histórica y explicarlos en función de ella no basta para comprenderlos. Porque hay otro hecho, no menos histórico, a saber, la ordenación literaria creada o impuesta por los recopiladores o editores de colecciones. La nueva ordenación -el texto que nosotros leemos- obedece a otros criterios, no rigurosamente cronológicos, sino literarios, temáticos, teológicos...
Los editores en algunos casos registraron el momento o situación histórica. En tales casos nos ahorran trabajo, pues también ellos tuvieron sentido histórico. Otras veces actualizan el texto: es decir, con adiciones o glosas, lo van adaptando al proceso histórico; lo actualizan, es decir, de la situación individual A pasan a la individual B. Otras veces (como hacen muchos escritores) generalizan, es decir, dan alcance más amplio, general o universal, al oráculo individual. De tal valor también son conscientes los editores; y esto es un dato histórico.
P. ej. en los relatos de 36-39 se van insertando diversas intervenciones de Isaías, que resultan así encuadradas y fáciles de comprender. Hagamos la prueba de leer dichas intervenciones prescindiendo de su contexto narrativo y apreciaremos la diferencia.
La explicación por la coyuntura histórica es importante; es esencial en el método histórico-crítico. Con todo y para nosotros puede resultar no menos importante captar el alcance generalizado y la potencia de actualización.
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