ISAÍAS. CAPÍTULO 13.

ORÁCULO CONTRA LAS NACIONES (Is 21; Jr 50-51)

131Oráculo contra Babilonia que recibió en visión Isaías hijo de Amós.

2Sobre un monte pelado izad la enseña,

gritadles cn fuerza agitando la mano,

para que entren por las puertas de los príncipes.

3Yo he dado órdenes a mis consagrados,

he reclutado a mis guerreros,

entusiastas de mi honor,

para ejecutar mi ira.

4Escuchad: tumulto en los montes,

como de un gran ejército,

escuchad: estruendo de reinos,

de naciones aliadas;

el Señor de los ejércitos

revisa su ejército para el combate.

5Van llegando de tierra lejana,

del confín del cielo:

el Señor con las armas de su ira,

para devastar la tierra entera.

6Ululad, que está cerca el día del Señor

y llegará como azote del Todopoderoso;

7por eso los brazos desfallecerán

y se desmayarán los corazones humanos;

8espasmos y angustias los agarrarán, se turbarán

y se retorcerán como parturientas.

Se mirarán espantados unos a otros:

rostros febriles, sus rostros.

9Mirad, llega implacable el día del Señor,

su cólera y el estallido de su ira,

para dejar la tierra desolada

exterminando de ella a los pecadores.

10Las estrellas del cielo y las constelaciones

no destellan su luz,

se entenebrece el sol al salir,

la luna no irradia su luz.

11Tomaré cuentas al orbe de su maldad,

a los perversos de sus crímenes;

terminaré con la soberbia de los insolentes

y el orgullo de los tiranos humillaré.

12Haré que los hombres escaseen más que el oro,

y los mortales, más que el metal de Ofir.

13Porque sacudiré el cielo

y temblará la tierra en su asiento

por la cólera del Señor de los ejércitos,

el día que estalle su ira.

14Entonces, como cierva acosada

o como rebaño que nadie congrega,

volverán unos a su pueblo,

huirán otros a su tierra;

15el que es atrapado, muere atravesado,

el que es capturado cae a espada;

16sus niños son estrellados ante sus ojos,

sus casas saqueadas, sus mujeres violadas,

17Mirad: yo incito contra ellos a los medos,

que no aprecian la plata ni les importa el oro;

18sus arcos acribillan a los jóvenes,

no perdonan a los niños,

no se apiadan de las criaturas.

19Quedará Babilonia, la perla de los reinos,

joya y orgullo de los caldeos,

como Sodoma y Gomorra

cuando Dios las arrasó;

20jamás la habitarán, nunca más será poblada;

el beduino no acmapará allí

ni apriscarán allí los pastores;

21apriscarán allí fieras,

sus casas se llenarán de búhos,

morarán allí avestruces y brincarán  chivos allí;

22aullarán hienas en sus mansiones

y chacales en sus lujosos palacios.

Está a punto de llegar su hora,

no se difiere su plazo.

Explicación.

ORÁCULOS CONTRA LAS NACIONES

En los capítulos 13-23 los editores de libro han reunido con criterio temático unos cuantos oráculos contra naciones paganas, algunos contra el pueblo judío, uno contra un individuo. No todos son de Isaías. En este género domina el esquema judicial: el juez denuncia el delito y pronuncia sentencia de condena. En algunos casos, la pena está limitada por la esperanza. Estos oráculos y su colección atestiguan la conciencia histórica, de política internacional, del profeta y de sus discípulos.

13,1-22 Abre la serie uno dirigido contra Babilonia. No podemos atribuirlo a Isaías, ya que su enemigo histórico es Asiria. Además el tono universal y "escatológico" suministra un prefacio trascendente a toda la serie.

            El profeta toma como materiales históricos la gran confrontación militar que decidió la suerte de Babilonia. Pero no menciona a Persia, como hace Isaías II.

           El material histórico se transfigura con elementos universales y cósmicos: hombres y mortales, pueblos y reinos, tierra y orbe, sol y luna y constelaciones. La disposición del material se ofrece en un orden dinámico, impresionante. Aparece repentinamente un ejército anónimo, cuyo general se identifica y afirma su protagonismo; se explica que se trata de un gran "día del Señor", en el que se ejecuta militarmente la sentencia de un juicio contra los malhechores; finalmente, se concentra esa colosal trascendencia en un hecho histórico, identificado por los nombres de los contendientes. En términos históricos, el desarrollo se tensa hacia la identificación concreta; en términos teológicos, el sentido religioso se impone desde el principio. La disposición literaria se vale de algunas señales que encauzan la lectura: partículas, anáforas, imperativos, cambio de persona, etc. Las divisiones son de orden temático, no estrófico.

13,2-4 En esquema paralelo, progresivo: leva del ejército / habla el general / se escucha el ejército / nombre del general. Los soldados están "consagrados" para la guerra santa; son ejecutores de una sentencia, "ira"; luchan por el honor de su jefe.

13,5 La visión se ensancha a un escenario universal. "Armas de la ira" son el instrumento de la ejecución: 10,5; Jr 50,25.

13,6-8 Imperativo, invitado al duelo, y "día del Señor". Uno de esos días en los que el Señor entra poderosamente en la historia, revelándose en acción, realizando un juicio histórico: 14,31; 15,2s; 16,7; Jr 19,8. Es tópica la comparación de la parturienta: 19,1; 21,3; 26,17; Jr 4,31; 6,24; Sal 48,7.

13,9-10 Equivalente de imperativo (partícula deíctica) y "día del Señor". Las tinieblas celestes son elemento de teofanía de castigo: 24,23; 34,4; Jl 2,10. A los malhechores les llega el castigo definitivo: 2,12; Jl 1,15; Sof 1,7; Sal 104,35.

13,11-13 Toma la palabra el juez. Al final, tercera mención del "día" de la ira. Resuena 2,11.17. El temblor es respuesta de la tierra a la teofanía: 24,18-20; Ag 2,7.

13,14-16 Escenas y rasgos de la derrota: pánico, desbandada, fuga, persecución, matanza sin piedad. Temas desarrollados en las Lamentaciones.

13,17-18 Por fin se pronuncia el nombre del invasor. Es el final implacable. El ejército vencedor no se detiene saqueando, se dedica a matar; no acepta dinero a cambio de perdón, no hace excepciones: Jr 50,14.29; 51,3.11.

13,19 Suena el nombre de la víctima (adelantado en el título). El desastre de Babilonia sólo es comparable a la suerte de las ciudades malditas de la Pentápolis: 1,9; Jr 49,18; 50,40; Sof 2,9.

13,20-22 La ciudad queda despoblada. Ni siquiera sirve como campamento de beduinos y pastores. Animales profanos y siniestros serán los dueños de lo que fue Babilonia. Véase el desarrollo paralelo de 34,13-15.