Llega el día (Sof 1,7-18)
71Me dirigió la palabra el Señor
2-Tú, hijo de Adán, di:
Esto dice el Señor a la tierra de Israel:
¡El fin, llega el fin:
a los cuatro extremos del orbe!
3ya te llega el fin:
Lanzaré mi ira contra ti,
te juzgaré como mereces
y pagarás tus abominaciones.
4No me apiadaré ni te perdonaré:
te daré la paga que mereces,
te quedarás con tus abominaciones,
y sabréis que yo soy el Señor.
5Esto dice el Señor:
Se avecina desgracia tras desgracia:
6el fin llega, llega el fin,
te acecha, está llegando.
7Te toca el turno, habitante de la tierra:
llega el momento, el día se aproxima
sin dilación y sin tardanza.
8Pronto derramaré mi cólera sobre ti
y en ti agotaré mi ira;
te juzgaré como mereces
y pagarás tus abominaciones.
9No me apiadaré ni te perdonaré,
te daré la paga que mereces,
te quedarás con tus abominaciones,
y sabréis que yo soy el Señor que castiga.
10Ahí está el día, está llegando, te toca el turno.
Florece la injusticia, madura la insolencia,
11triunfa la violencia,
el cetro del malvado.
Sin dilación y sin tardanza,
12llega el momento, el día se avecina;
el comprador, que no se alegre;
el vendedor, que no esté triste
(porque a todos los alcanza el incendio).
13Pues el vendedor no recobrará lo vendido
ni el comprador retendrá lo comprado
(porque a todos los alcanza el incendio).
14Tocan la trompeta, preparan las armas,
pero nadie acude a la batalla
(porque a todos los alcanza mi incendio).
15La espada en la calle,
en casa la peste y el hambre:
el que está en descampado muere a espada,
al que está en la ciudad
lo devoran el hambre y la peste.
16Los que escapan huyendo a las montañas,
gimiendo como palomas,
morirán todos ellos,
cada cual por su culpa.
17Todos los brazos desfallecen
y todas las rodillas flaquean;
18se visten sayal, se cubren de espanto;
todos los rostros, consternados;
todas las cabezas, rapadas.
19Tirarán a la calle la plata,
tendrán el oro por inmundicia;
ni su oro ni su plata podrán salvarlos
el día de la ira del Señor,
porque fueron su tropiezo y pecado.
No les quitarán el hambre
ni les llenarán el vientre.
20Estaban orgullosos de sus espléndidas alhajas:
con ellas fabricaron estatuas
de sus ídolos abominables,
pero yo se los convertiré en inmundicia.
21Se lo daré como botín a bárbaros,
como presa a los criminales de la tierra,
y lo profanarán.
22Apartaré de ellos mi rostro
y profanarán mi tesoro:
invadirán la ciudad bandoleros
que la profanarán.
23Prepara grilletes,
que el país está lleno de crímenes,
la ciudad está llena de violencias.
24Traeré a los pueblos más feroces
para que se adueñen de sus casas;
pondré fin a su terca soberbia
y serán profanados sus santuarios.
25Cuando llegue el pánico,
buscarán paz, y no la habrá.
26Vendrá desastre tras desastre,
y alarma tras alarma;
pedirán visiones al profeta,
fracasarán las instrucciones del sacerdote
y las propuestas de los concejales.
27El rey hará duelo,
los nobles se vestirán de espanto,
a los terratenientes
les temblarán las manos;
los trataré como merece,
los juzgaré con su misma justicia,
y sabrán que yo soy el Señor.
Explicación.
7,1-27 Después de la coordenada espacial, Jerusalén y los montes (de Judá), viene la coordenada temporal, el día final. El capítulo anuncia el fin en 1-9 y describe el día en 10-27. El texto está mal conservado, pero permite correcciones probables. Contiene duplicaciones y repeticiones: es probable que el texto haya sido amplificado o haya reunido dos versiones del mismo oráculo. Pero es muy difícil reconstruir un texto original. Leído en voz alta, el oráculo despliega su fuerza retórica, su martilleo incansable.
7,1-9 El tema del fin se desarrolla en dos estrofas, marcadas por el final de reconocimiento "fin" y otras designaciones temporales, y por el verbo del futuro hebreo "viene, llega". Es una presencia obsesiva. El fin es el día de la ira del Señor, de una sentencia justa que se ejecutará sin remisión.
7,1-2 Consuenan el apellido del profeta y el "territorio", ´adam y ´adama. El texto hebreo se abre con un panorama universal, lo cual supondría una visión escatológica. La suerte de Judá afecta al orbe entero.
7,6 "Te acecha": o "se despierta", juego de palabras con "el fin" (algunas versiones lo suprimen).
7,7 "Turno" establecido por Dios, no efecto de un ciclo ciego y fatal.
7,10-27 Se aprecia un movimiento irregular aunque incontenible, que va destruyendo todas las confianzas y recursos humanos: el comercio (12s), el ejército (14s), la huida (16), las riquezas (19), los ídolos (20), el templo (22), jefes y consejeros (26). El pecado se denuncia en 10-11.19-20 y 23-24: injusticia, lujo, idolatría y violencia.
7,10-11 Los pecados sociales poseen una especie de dialéctica interna por la que crecen y se afirman y se convierten en castigo.
7,12-13 El mundo del comercio dominado por la injusticia (cfr Is 24,2). Se trata del que se ve forzado a malvender, todavía con cierta esperanza de recobrar lo vendido (Lv 25,23-24), y del que se aprovecha del mal momento ajeno. El final no será un jubileo de gracia, como legisla el Levítico, sino un incendio que iguala a todos en la destrucción. El final del v.13 está mal conservado y parece glosa. Algunos lo reconstruyen y traducen: "y aunque esté con vida entre los vivos, no volverá, pues por su culpa no conservará la vida". es decir: los supervivientes morirán por su culpa en Babilonia y no retornarán a recobrar sus posesiones. Compárese con Jr 32.
7,14 Algunos leen en imperativo el toque de alarma, siguiendo a Jr 4,5; 6,1; 51,27.
7,15 Como resonancia de la acción simbólica del capítulo 5. Las dos binas son convencionales: Dt 32,25; Jr 9,21; 14,18; Lam 1,10.
7,16 Parece adición, inspirada quizá en Sal 11 y 55,7.
7,17 "Flaquean": a la letra "se van en agua", que algunos interpretan como hacerse aguas de puro miedo.
7,18 Gestos convencionales de duelo.
7,19-20 El oro no salva en el juicio: PRov 10,2; 11,4, ni salva en el hambre. El abuso más grave del oro es dejarse seducir de su esplendor y convertirlo en ídolo (cfr. Job 31,24s). "Inmundicia" con carácter cúltico Lv 12,2.
7,22 El "tesoro" es el templo o su ajuar. La invasión enemiga:; Lam 4,12.
7,25 Véanse Is 48,22; Jr 6,14; 8,15.
7,26 Véase Jr 18,18.
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