viernes, 1 de enero de 2016

EZEQUIEL. CAPÍTULO 14.

Nostalgia de los ídolos (Ex 20,34; Dt 6,5)

141Se me presentaron algunos concejales de Israel y se sentaron frente a mí. 2Entonces me dirigió la palabra el Señor:
3-Hijo de Adán, esos hombres se han puesto a pensar en sus ídolos, y se han imaginado algo que les hace caer en pecado: ¿voy a permitir que me consulten? 4Por tanto, háblales así: Esto dice el Señor: Cualquier israelita que se ponga a pensar en sus ídolos, imaginándose algo que le hace caer en pecado, cuando acuda al profeta, yo, el Señor, me encargaré de responderle, de acuerdo con la multitud de sus ídolos, 5y así agarraré por dentro a los israelitas que han desertado todos de mí por causa de sus ídolos. 6Por tanto, dile a la casa de Israel: Esto dice el Señor: Arrepentíos y convertíos de vuestras idolatrías, volved la espalda a vuestras abominaciones, 7porque cualquier israelita o emigrante residente en Israel que apostate de mí y se ponga a pensar en sus ídolos imaginándose algo que lo hace caer en pecado, cuando acuda al profeta para consultarme, yo, el Señor, me encargaré de responderle. 8Me enfrentaré con él, haré de él un escarmiento proverbial, lo extirparé de mi pueblo, y sabréis que yo soy el Señor. 9Y si un profeta, dejándose engañar, pronuncia un oráculo, yo, el Señor, lo dejaré en su engaño; 10extenderé mi mano contra él y lo eliminaré de mi pueblo, Israel. Tanto el profeta como quien le consulte serán reos de la misma culpa. 11Para que la casa de Israel no vuelva a extraviarse lejos de mí ni a mancharse con sus crímenes, y así será mi pueblo y yo seré su Dios -oráculo del Señor-.

Cuatro casos de intercesión (Gn 18; Ex 32; Nm 14; Am 7)

12Me dirigió la palabra el Señor:
13-Hijo de Adán, si un país peca contra mí cometiendo un delito, extenderé mi mano contra él, le cortaré el sustento del pan y le mandaré hambre y extirparé de él hombres y animales. 14Si se encontrarán allí estos tres varones: Noé, Daniel y Job, por ser justos salvarían ellos la vida -oráculo del Señor-. 15Si suelto por el país fieras salvajes que lo dejen sin hijos, para que quede devastado y sin nadie que lo transite, por miedo a las fieras, 16aunque esos tres varones se encuentren allí, ¡por mi vida! -oráculo del Señor-, juro que no salvarán a sus hijos ni a sus hijas; ellos solos se salvarán y el país quedará devastado. 17Si mando la espada contra ese país, si ordeno a la espada que atraviese el país y extirpo de él hombres y animales, 18aunque se encuentren allí esos tres varones, ¡por mi vida! -oráculo del Señor-, juro que no salvarán a sus hijos ni a sus hijas, sino que ellos solos se salvarán. 19Si le envío la peste a ese país y derramo sobre él mi cólera, para extirpar de él hombres y animales, 20aunque se encuentren allí Noé, Daniel y Job, ¡por mi vida! -oráculo del Señor-, juro que no salvarán a sus hijos ni a sus hijas, sino que ellos solos, por ser justos, salvarán la vida. 21Pues así dice el Señor: ¡Cuánto más cuando yo mande mis cuatro fatídicas plagas: la espada, el hambre, las fieras salvajes y la peste, contra Jerusalén para extirpar de ella hombres y animales! 22Si queda allí algún superviviente, hijos e hijas que hayan logrado evadirse adonde estáis vosotros, entonces, al ver su conducta y sus malas obras, os sentiréis aliviados de la catástrofe que mandé contra Jerusalén, de todo lo que mandé contra ella. 23Sí que os aliviarán, pues al ver su conducta y sus  malas obras caeréis en la cuenta de que no sin razón ejecuté en ella lo que ejecuté -oráculo del Señor-.

Explicación.

14,1-8 El Señor tu Dios es sólo uno: lo has de amar de todo corazón. El mandato exige: la exclusión de otros dioses, la entrega interna al Señor. El sincretismo religioso significa un corazón dividido, el culto formalista es una religión sin corazón. Si el destierro ha de ser saludable, tiene que operar la conversión interna, "de corazón", y total, "de todo corazón".

El capítulo 8 ha denunciado idolatrías patentes o escondidas; este capítulo penetra más, hasta la idolatría de pensamiento y de deseo. Arrancados de la patria y sin templo, los judíos tienen que aprender a buscar a Dios por dentro; han de luchar contra una idolatría de nostalgias o de ansias.

Es curioso el desarrollo del oráculo. Empieza denunciando el pecado, pasa al estilo legal levítico (4), añade una exhortación (6) motivada en estilo legal (7).

14,3 La expresión suena así a la letra: "hacen subir a sus ídolos al corazón, se ponen delante el tropiezo de sus culpas". Actividad interior culpable. Semejante actitud los incapacita para escuchar y acatar la respuesta de Dios.

14,4 Para el estilo legal véanse Lv 15,2; 17; 20,2; 22,4.18. La actitud de los ancianos se eleva a ley universal. Dios les responde, no a la consulta oral, sino a la actitud interna.

14,5 De esta manera el Señor desenmascara la pretensión, y con su palabra penetra hasta el corazón (cfr. Heb 4,12). La expresión es enérgica y original.

14,8 La pena es exclusión de la comunidad, que puede realizarse por la muerte o el destierro o la prohibición de participar en el culto. La fórmula de reconocimiento señala pausa.

14,9-11 Propone una alternativa: que un profeta se preste al juego de los idólatras mentales y responda a su consulta. Se engaña él o se deja engañar por la actitud piadosa de los consultantes. Castigo grave es no deshacer el engaño, encerrar en su círculo a quien consulta y a quien responde. "Reos" es expresión técnica: Lv 5,1.17; 7,18; 10,17 etc.

14,11 Todo lo expuesto en el capítulo se ordena a mantener la alianza del Señor con su pueblo.

14,12-23 En cuanto a la forma, el oráculo propone cuatro párrafos legales de los cuales se saca una aplicación a un caso nuevo. Encabeza un delito no especificado, se enumeran cuatro tipos de pena, se discute quiénes han de sufrir la pena. Si se tratara de retribución individual, el problema no sería tan serio; lo grave es que se manejan grupos.

Por ese planteamiento, hay que emparejar este texto con la intercesión de Abrahán (Gn 18), donde la presencia de diez justos bastaría para salvar a toda una ciudad. Nuestro texto habla de presencia en ámbito familiar. ¿Por qué? -Porque la familia sigue al padre en la pena: Nm 16; Jos 7; pero lo corrige Dt 24,16. La presencia de padres justos ¿salvará la vida de sus hijos culpables?

El problema preocupó a la generación de Ezequiel: el destierro, con sus crueldades, sus confusiones y distinciones sin lógica, era un enigma. Se jugaba el destino del pueblo, el sentido de la justicia, la fama de Dios. Del problema se ocupa el sacerdote profeta, conjugando su formación levítica con su espíritu profético. El estilo legal, objetivo y riguroso, no acalla la pasión tensa del oráculo.

14,13 "Delito" en sentido técnico: Lv 5, 15,21; Nm 5.6.12.27 etc. El hambre, a lo más, distingue entre fuertes y débiles, no entre inocentes y culpables.

14,14 Tres ejemplos de hombres justos. Noé (6,8; 7,1): salva a la familia del diluvio y maldice a su hijo Cam. Daniel, héroe de la literatura cananea, famoso por su sabiduría. Job es figura legendaria y proverbial. Los tres caen fuera de Israel: confieren el caso legal un alcance sin fronteras.

14,15-16 Las fieras pueden simbolizar la ferocidad humana del enemigo.

14,15 2 Re 17,25.

14,17 La espada es emblema de la guerra y puede ser instrumento de ejecución capital: Is 34,5-6.

14,19 La peste puede ser consecuencia de la guerra y puede representar cualquier tipo de epidemia: 2 Sm 24,15-17.

14,21 Los cuatro casos universales se concentran ahora en Jerusalén. ¿Es aplicación legítima? ¿No goza Jerusalén de un estatuto privilegiado? El Señor rechaza semejante pretensión: elección  no es privilegio, sino misión. A Jerusalén se le aplica la ley a fortiori: las cuatro plagas juntas serán su pena. Aquí podía terminar la lógica del argumento (y no pocos piensan que aquí termina el oráculo original).

14,22-23 Pero sobreviene algo inesperado e ilógico. Resulta que algunos de los más culpables escapan y se refugian con los ya deportados: ¿invalida este hecho la ley y la sentencia del Señor? De ninguna manera; antes, con su mala conducta, van a salvar la buena fama de Dios. Es una paradoja: sus malas obras justifican la sentencia divina, porque son más terribles que el castigo. Liberados temporalmente, se convierten en testigos ambulantes de la santidad del Señor.

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