viernes, 1 de enero de 2016

EZEQUIEL. CAPÍTULO 19.

La leona y los cachorros

191Tú entona esta elegía
por los príncipes de Israel:
2¡Qué leona tu madre en medio de leones!
Tumbada entre leoncillos
amamantaba a sus cachorros.
3Crió a uno de sus cachorros,
que se hizo león joven
y aprendió a desgarrar la presa,
devorando hombres.
4Reclutaron gente contra él,
lo atraparon en la fosa,
y con argollas se lo llevaron
a la tierra de Egipto.
5Y viendo desvanecida y burlada su esperanza,
tomó otro de sus cachorros
y lo hizo león joven.
6Merodeaba entre los leones
hecho ya un león joven;
7hacía estragos en los palacios
y arrasaba las ciudades;
tenía el país y sus moradores
amedrentados con sus rugidos.
8Cargaron contra él los pueblos
de las comarcas vecinas;
tendieron sus redes sobre él
y lo atraparon en la fosa.
9Con collera y con argollas
lo llevaron al rey de Babilonia;
enjaulado se lo llevaron
para que no volviera a oírse su rugido
en las montañas de Israel.

La vid descepada (Ez 17,6-10; Is 27,2-5.11)

10Tu madre es como vid sarmentosa
plantada al pie del agua:
produjo fronda y fruto
por la abundancia de agua.
11Echó vástagos robustos para cetros reales;
se elevó su estatura hasta tocar las nubes;
destacaba por su altura;
por su abundancia de sarmientos.
12Pero la desceparon con rabia
y la tiraron por tierra,
y el viento solano secó su fruto;
[se desgajó y se secó]
y el fuego devoró su vástago robusto.
13Ahora está plantada en la estepa,
en terreno calcinado y sediento.
14[Brotó fuego de un vástago
y devoró sus pámpanos].
No queda en ella vástago robusto,
cetro para gobernar.
(Es una elegía: se canta como elegía).

Explicación.

19,1-9 Lo titula "elegía", género que parece tener su origen en ritos fúnebres y pide la participación de los presentes (otras elegías: 26,17; 27,2.32; 28,1; 32,2). La dedica a "príncipes" de Israel: a dos reyes depuestos. El primero es Joacaz, depuesto y deportado por el faraón Necao; el segundo es Jeconías o Sedecías. Uno deportado a occidente, otro a oriente; ambos víctimas de potencias extranjeras, de algún modo provocadas por Judá. La madre representa a la capital y a la comunidad. No es raro el animal como emblema o como título de monarcas.

19,4 Vëanse 2 Re 23,33s y Dt 28,68.

19,5 La esperanza de restablecer la independencia de Judá.

19,9 El rugido es la voz autoritaria del rey.

19,10-14 Por la imagen, podría ser continuación del cap.17; según el Sal 80, la vid es el pueblo. La madre es la capital. No es coherente sacar de una vid bastones de mando. Parece añadido después del año 586. Como Ezequiel contaba con Jeconías en Babilonia, el final se refiere al cese del ejercicio de las funciones reales, no a la extinción física de la dinastía. El colofón nos informa sobre el uso del poema.

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