viernes, 1 de enero de 2016

EZEQUIEL. CAPÍTULO 43.

Vuelve la gloria (Ex 40,34s; 1 Re 8,10s; 10,19; 11,23)


431Me condujo a la puerta oriental: 2vi la gloria del Dios de Israel que venía de oriente, conestruendo de aguas caudalosas; la tierra reflejó su gloria. 3La visión que tuve era [como la visión que había contemplado cuando vino a destruir la ciudad] como la visión que había contemplado a orillas del río Quebar. Y caí rostro en tierra. 4La gloria del Señor entró en el templo por la puerta oriental. 5Entonces me arrebató el espíritu y me llevó al atrio interior. La gloria del Señor llenaba el templo.

6Entonces oí a uno que me hablaba desde el templo -el hombre seguía a mi lado-, 7y me decía: 
-Hijo de Adán, éste es el sitio de mi trono,
el sitio de las plantas de mis pies,
donde voy a residir para siempre
en medio de los hijos de Israel.
La casa de Israel y sus monarcas
ya no profanarán mi nombre santo
con sus fornicaciones
ni con los cadáveres de sus reyes difuntos.
8Poniendo su sumbral junto a mi umbral
y las jambas de sus puertas
pegadas a las mías
-ellos y yo pared por medio-,
profanaron mi nombre santo
con las abominaciones que perpetraron,
y por eso los consumió mi ira.
9Pero ahora alejarán de mí sus fornicaciones
y los cadáveres de sus monarcas,
y residiré en medio de ellos para siempre.
10Y tú, hijo de Adán, describe a la casa de Israel el templo, a ver si se avergüenzan de lo que hicieron. La estructura y disposición del templo, sus entradas y salidas, sus preceptos y leyes, enséñaselos y diséñalos, para que pongan por obra todas sus leyes y preceptos.
12Ley y templo. El área entera de la cima del monte es lugar sacrosanto. Ésta es la ley del templo.
13Dimensiones del altar (en codos mayores de a codo y palmo). La caja del altar medía medio metro de profundidad y medio metro de espesor; entre el bordillo y el altar quedaba un espacio de medio metro; el bordillo medía una cuarta.
14Alzado el altar. El bloque inferior desde la caja medía un metro de altura y tenía un rellano de medio metro. El bloque superior medía dos metros de altura y tenía un rellano de medio metro. 15Desde aquí hasta el ara, dos metros de altura. Del ara sobresalían cuatro remates.
16Dimensiones del ara. Un cuadrado de seis metros de lado. 17El bloque superior era un cuadrado de siete metros de lado. Entre el altar y el bordillo quedaba un espacio de medio metro; el bordillo que lo rodeaba medía veinticinco centímetros. La escalinata del altar miraba al oriente.
18Me dijo:
-Hijo de Adán, esto dice el Señor: Preceptos sobre el altar. El día en que terminen de construírlo, para ofrecer holocaustos y rociarlo de sangre, darás un novillo para el sacrificio expiatorio 19a los sacerdotes levitas del linaje de Sadoc, que se acercan a mí para servirme -oráculo del Señor-. 20Tomarás su sangre, untarás con ella los cuatro salientes del altar, los cuatro ángulos de sus bloques y el bordillo que rodea la base, y así lo purificarás y lo expiarás. 21Tomarás el novillo del sacrificio expiatorio y lo quemarán en el sitio establecido del templo, fuera del santuario. 22El segundo día ofrecerás un macho cabrío sin defecto como sacrificio expiatorio; con él expiarán el altar lo mismo que lo expiaron con el novillo. 23Terminada la expiación, ofrecerás un novillo y un carnero sin defecto, 24los ofrecerás al Señor, y los sacerdotes les echarán sal y se los ofrecerán al Señor en holocausto. 25Durante siete días ofrecerás un macho cabrío como sacrificio expiatorio, y ofrecerán un novillo y un carnero sin defecto. 26Durante siete días purificarán el altar, lo expiarán y lo consagrarán. 27Así pasarán estos siete días. A partir del octavo, los sacerdotes ofrecerán sobre el altar vuestros holocasutos y vuestros sacrificios de comunión. Y yo os los aceptaré -oráculo del Señor-.


Explicación.





43,1-11 Llega el momento culminante: a la visión trágica de los cap. 8-11 responde, a unos veinte años de distancia, esta visión de esperanza. La Gloria del Señor retorna al lugar de donde partió. Ello no significa volver al pasado como si nada hubiera ocurrido; se trata de un nuevo comienzo que brota de la experiencia del doble fracaso: fracaso del pecado, "las abominaciones que perpetraron", fracaso del castigo, "los consumió mi ira". Una promesa del Señor inaugura la nueva era "para siempre"; el anuncio de la obediencia del pueblo la completa. Ha precedido el don del espíritu del capítulo 36.


43,2 Rápidamente se desanda el camino de 11,23 y 10,19. La Gloria llega desde oriente, como un esplendor, y la primera respuesta es el reflejo de la tierra (comparar con Is 6).

43,3 Después le toca a Ezequiel ser el primer adorador humano, representando al pueblo, en un gesto profético (como Josué en Jos 5). No habla de humo ni de nube.

43,7 Trono puede ser el arca, en el templo, la ciudad (Jr 3,16s; 14,21; 17,12); el templo es también estrado (Sal 99,5; 132,7; Is 60,13). Ambos son atributos de realeza, porque el Señor será el rey de Israel.

43,7b-8 El oráculo polemiza contra la cercanía de palacio y templo, de la que hablan 1 Re 6 y 2 Re 11. Esa cercanía no respetaba suficientemente la distinción entre sacro y profano, y agravaba los pecados cometidos por los monarcas. Fornicaciones eran los cultos idolátricos (cap.8); en vez de "cadáveres" se podría tratar de estelas funerarias erigidas cerca del recinto del templo.

43,10-11 Es la vergüenza de que hablaban 16,61-63 y 20,43. Se puede entender en dos planos: el templo, con su armonía y perfección es un reproche de la mala conducta pasada del pueblo; o bien, la salvación inmerecida que el Señor otorga con su presencia es reproche de lo que hicieron y recuerdo de lo que merecieron. Además el templo se convierte en ley y norma que gobierne la vida litúrgica y por ella toda la conducta.

43,12 Parece introducir lo que sigue, al estilo de Lv 6,2 y 7,1. El Señor añade una declaración importante. Antes era "sacrosanta" la pieza interior del santuario; en adelante lo será toda la cumbre del monte a la redonda. Esto significa una dilatación conquistadora del espacio sacro, que no excluirá, antes acogerá al pueblo.

43,13-17 El altar (de los holocaustos) tiene forma algo apuntada, de cinco metros de altura. Sobre el ara se queman las víctimas, de modo que el olor y el humo se elevan sin afectar al atrio interior, y el pueblo puede ver el fuego y el humo desde el atrio exterior.

43,17 Por lo visto, un copista se saltó la referencia al bloque inferior, que podría sonar así: "el bloque inferior era un cuadrado de ocho metros de lado". Una traza diversa del altar leemos en Ex 20,25-26.

43,18-27 Compárese con Ex 29; Lv 8 y 16. En la nueva era continuará la práctica regular del culto con sacrificios.

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