El águila y el cedro (Sal 80)
171Me dirigió la palabra el Señor:
2-Hijo de Adán, propón un enigma y narra una parábola a la casa de Israel, 3diciendo: Esto dice el Señor:
El águila gigante, de gigantescas alas,
de gran envergadura, de plumaje tupido,
de color abigarrado, voló al Líbano;
tomó el cogollo del cedro,
4arrancó su pimpollo cimero
y se lo llevó a un país de mercaderes,
plantándolo en una ciudad de traficantes.
5Después recogió semilla de la tierra
y la echó en terreno sembradío.
La sembró bereña, junto a aguas abundantes,
6para que germinara y se hiciera
vid aparrada, achaparrada,
para que orientara hacia ella
los sarmientos, y le sometiera las raíces.
Y se hizo vid, y echó pampanos
y se puso frondosa.
7ª Vino después otra águila gigante,
de gigantescas alas y de espeso plumaje,
y entonces nuestra vid,
8ª aunque estaba plantada en buen terreno,
junto a aguas abundantes,
7b sesgó sus raíces hacia ella
y orientó hacia ella sus sarmientos,
para recibir más riego
que en el bancal donde estaba plantada
8b y así echar ramas y dar fruto
y hacerse vid espléndida.
9Di: Esto dice el Señor:
Se logrará, ¿o la desceparán
y se malogrará su fruto
y se marchitarán sus renuevos?
No hará falta un brazo robusto
ni mucha gente para desceparla.
10Mirad, ya está plantada: ¿se logrará?,
¿o se agostará cuando la azote el viento solano,
en el bancal donde germinó se agostará?
11Me dirigió la palabra el Señor:
12-Dile a la casa rebelde:
¿No entendéis lo que esto significa?
Di: Mirad, el rey de Babilonia que a Jerusalén,
y apresando a su rey y a sus príncipes
se los llevó a Babilonia.
13Tomando a uno de estirpe real,
hizo con él un pacto
y lo comprometió con juramento,
llevándose a los nobles del país
14para que fuera un reino humilde
que no se ensoberbeciera
y observara fielmente el pacto.
15Pero se rebeló contra él
y envió mensajeros a Egipto
pidiendo caballos y tropas numerosas.
¿Tendrá éxito?,
¿escapará con vida el que hizo esto?
El que violó el pacto, ¿escapará con vida?
16Por mi vida -oráculo del Señor-, juro que en el territorio del rey que lo hizo rey, cuyo juramento menospreció y cuyo pacto violó, en Babilonia morirá. 17Y el faraón no intervendrá en favor suyo en la guerra con un gran ejército y mucha tropa cuando hagan terraplenes y construyan torres de asalto para matar a tanta gente. 18Menospreció el juramento y violó el pacto. Dio la mano y después hizo esto. No escapará con vida. 19Por tanto, así dice el Señor:
Juro por mi vida que lo castigaré
por haber menospreciado mi juramento
y por haber violado mi pacto.
20Tenderé mi red sobre él
y lo cazaré en mi trampa;
lo llevaré a Babilonia para juzgarlo allí
por sus traiciones y por todos sus extravíos.
21Todas sus huestes caerán a espada
y los supervivientes se dispersarán
a todos los vientos,
y sabréis que yo, el Señor, he hablado.
22Esto dice el Señor:
Tomaré un guía del cogollo
del cedro alto y encumbrado;
del vástago cimero arrancaré un esqueje
y yo lo plantaré en un monte elevado y señero
lo plantaré en el monte encumbrado de Israel.
23Echará ramas, dará fruto
y llegará a ser un cedro magnífico; anidarán en él todos los pájaros, a la sombra de su ramaje anidarán todas las aves, 24y sabrán los árboles silvestres que yo, el Señor, humillo el árbol elevado y elevo al árbol humilde, seco el árbol verde y reverdezco el árbol seco.
25Yo, el Señor, lo digo y lo hago.
Explicación.
17,1-25 El texto lo llama enigma y parábola. Nosotros lo llamamos alegoría y la colocamos entre las más intelectuales y artificiales de su género. Recordemos a grandes rasgos la historia. Año 609: el faraón Necao derrota a Josías y nombra a Joaquín rey de Judá. Año 605: Nabucodonosor derrota al faraón. Año 597: el emperador de Babilonia depone y destierra a Jeconías y nombra re de Judá a Sedecías, el cual pronuncia juramento de vasallaje. Año 588: Sedecías rompe el juramento procurándose el apoyo del faraón Ofra; Nabucodonosor reacciona inmediatamente, conquista Judá. Año 586: conquista Jerusalén.
De estos sucesos se ocupan el libro de los Reyes y el de Jeremías. Las noticias llegarían a los desterrados en Babilonia: la posible alianza con Egipto debió de reanimar la esperanza. Ezequiel sale al paso con este oráculo, pronunciado probablemente el año 588: ni es Sedecías el rey legítimo ni vendrá de Egipto la salvación. El mismo profeta más tarde, o un discípulo, añade un oráculo de esperanza para la dinastía de David, apelando a la soberanía del Señor (22-25). El resultado es el presente capítulo como síntesis esquemática de la historia de salvación, según el esquema que gobierna el libro entero.
17,2 El "enigma" es un género que ejercita el ingenio del autor y del oyente: si éste se da por vencido, el autor le da la solución (Jue 14; Sal 49 y 78). Ezequiel propone uno demasiado fácil y encima lo explica: los oyentes no tendrán excusa si no quieren entenderlo.
17,3 Animales y plantas son figuras dóciles en los apólogos: se pliegan al juego intelectual. Ezequiel comienza con unos versos brillantes: de las aves el águila, de los árboles el cedro, del cedro la guía cimera. Un águila que detiene el avance del poema con su colorido fantástico, pero un águila sabida y no vista (pues volando alta no deja ver su colorido). El comienzo es bueno y sugestivo, todavía es adivinanza.
17,4 Presenta a Babilonia como país de mercaderes, que en hebreo es lo mismo que "tierra de Canaán" (un guiño a los oyentes). "Traficantes" es término que designa también a chismosos y charlatanes (Prov 11,13; 20,19).
17,5-6 De las alturas baja al terreno de cultivo, con la imagen tradicional y noble de la vid. El artificio intelectual se hace patente.
17,7-8 El texto presenta dificultades, debidas quizás a glosas. La segunda águila es más modesta que la primera. Naturalmente, un águila jardinero o un águila río no mejoran la alegría. La historia termina ahí, sin mencionar una lucha de las dos águilas.
17,9-10 El recitador dirige preguntas retóricas a los oyentes solicitando su colaboración. La respuesta es obvia; quizá menos obvias las consecuencias del apólogo.
17,11-15 La explicación se presenta como palabra de Dios. El título "Casa Rebelde" es una denuncia del rey y de los desterrados: rebeldes al plan del Señor (Jr 27). El cual dejará desenvolverse los acontecimientos según su lógica humana. Compárese con Is 30-31.
17,16-18 Nueva explicación en prosa, semejante a la de Jr 34 acerca del faraón.
17,19-21 El Señor llama "mío" al juramento de fidelidad prestado por Sedecías a Nabucodonosor. En primer lugar, porque los contrayentes invocan a sus respectivos dioses (Gn 32,53) y la divnidad sanciona el pacto. En segundo lugar, el rey judío y su pueblo están obligados, en virtud de la alianza, a obedecer los mandatos genéricos de la ley y los individuales trasmitidos por los profetas. El juramento de vasallaje de Sedecías se vuelve contra él. De modo paralelo, la venganza del emperador se vuelve instrumento del castigo del Señor.
17,22-23 La adición sobre la futura restauración recoge una serie de palabras del texto precedente. De la vid volvemos al cedro legítimo; no intervienen águilas humanas, sino directamente Dios. Aunque aprovecha el árbol antiguo, es nueva la plantación. Si al principio este oráculo alimentó la esperanza de una vuelta a la patria con la dinastía legítima renovada, más tarde se leyó como profecía mesiánica. Las aves son otros reinos vasallos, como al tiempo de David.
17,24 Termina con un enunciado de principio, un aforismo reiterado en la Biblia en diversas formulaciones (Lc 14,11).
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