391Y tú, hijo de Adán, profetiza así contra Gog:
Esto dice el Señor: Aquí estoy contra ti, Gog, adalid y caudillo de Mesec y Tubal, 2voy a revolverte y a sacarte, te levantaré en el norte remoto y te llevaré a los montes de Israel. 3De un golpe te tiraré el arco de la mano izquierda y las flechas se te caerán de la mano derecha. 4En los montes de Israel caerás tú con todas tus huestes y las tropas que vienen conmigo. Te daré como pasto a todas las aves de rapiña y a las fieras salvajes. 5Caerás en campo abierto, pues yo lo he dicho -oráculo del Señor-. 6Enviaré fuego contra Magog y los que habitan confiados en las islas, para que sepan que yo soy el Señor. 7Daré a conocer mi nombre santo en medio de mi pueblo, Israel; ya no profanaré mi nombre santo, y sabrán las naciones que yo soy el Señor, el Santo de Israel. 8Mira que llega, que sucede -oráculo del Señor-: es el día que predije.
9Saldrán los vecinos de las villas y prenderán y quemarán las armas: arco y flechas, adarga y escudo, venablo y jabalina; harán fuego con ellas durante siete años. 10No tendrán que acarrear leña del monte ni tendrán que cortarla en los bosques, pues harán fuego con las armas. Saquearán a sus saqueadores y despojarán a sus despojadores -oráculo del Señor-.
11Aquel día le daré a Gog un mausoleo, un sepulcro en Israel; la nava de Abarín, al este del Mar Muerto, obstruirá el paso a los caminantes. Allí enterrarán a Gog con toda su horda, y le pondrán de nombre Gue Hamon* de Gog. 12La casa de Israel los enterrará para limpiar el país, y tardarán siete meses. 13Entre todos los del país los enterrarán, y el día en que me cubra yo de gloria será memorable para ellos -oráculo del Señor-. 14Destacarán patrullas que se dediquen a rastrear el país y a enterrar a los que aún queden a flor de tierra, para limpiar el país. Pasados siete meses harán la inspección. 15El rastreador que recorriendo el país vea un hueso humano, plantará junto a él un mojón, hasta que lo entierren los enterradores 16em Gue Hamon de Gog, y dejen limpio el país.
17Y tú, hijo de Adán, esto dice el Señor:
Di a las aves de toda pluma y a las fieras salvajes: Reuníos y congregaos, venid de todas partes al banquete que os he preparado, un banquete colosal en los montes de Israel. Comeréis carne y beberéis sangre; 18comeréis carne de héroes y beberéis sangre de paladines de la tierra; ellos serán los carneros, corderos y machos cabríos, los novillos y cebones de Basán. 19Comeréis grasa hasta saciaros y beberéis sangre hasta embriagaros: es el banquete que os he preparado. 20Os hartaréis a mi mesa de corceles y jinetes, de héroes y guerreros -oráculo del Señor-.
21Mostraré mi gloria a las naciones: todas las naciones verán el juicio que hago en ellos y la mano que lo ejecuta. 22A partir de aquel día sabrá la casa de Israel que yo soy el Señor, su Dios. 23Y las naciones sabrán que la casa de Israel fue deportada por su culpa, por haberse rebelado contra mí; por eso les oculté mi rostro, los puse en manos de sus adversarios y cayeron todos a espada. 24Los traté según merecían su inmundicia y sus delitos, ocultándoles mi rostro. 25Por tanto, así dice el Señor: Ahora cambio la suerte de Jacob, me apiado de la casa de Israel y soy celoso de mi santo nombre. 26Cargarán con su ingnominia y su deslealtad contra mí cuando habiten en su tierra seguros, sin sobresaltos; 27cuando los haga regresar de las naciones y los recoja de los países hostiles y muestre en ellos mi santidad a la vista de muchos pueblos. 28Sabrán que yo soy el Señor, que si los deporté entre los paganos, ahora los reúno en su tierra sin dejarme ninguno. 29No volveré a ocultarles mi rostro, yo que he infundido mi espíritu en la casa de Israel -oráculo del Señor-.
Explicación.
39,1-16 El poeta retorna a la imagen de un combate singular para introducir el nuevo tema: la derrota en territorio israelita y sus colosales consecuencias sobre armas y cadáveres. La descripción es minuciosa, hiperbólica. El territorio, que sirve primero de escenario a la derrota definitiva, ha de quedar después purificado, limpio de cuanto lo contamina: las armas que destruyen la paz, los cadáveres que niegan la vida.
39,4 Inspirado en Is 14,25-27.
39,6 Muchos consideran Magog como el nombre del territorio de Gog. En tal interpretación, la derrota del ejército en el país invadido se completa con el ataque al país de origen. La operación arrastra datos convencionales medianamente integrados. P. ej. el fuego, que según Am 1-2 se ceba en las ciudades; también las islas o costas, no mencionadas antes en el ejército de los aliados.
39,7-8 La acción de Israel y sobre Israel revelará la justicia y el poder del Señor, ofuscados en la etapa precedente, la hora del enemigo.
39,9-10 Destrucción de las armas: inspirada en Is 9,4 y Sal 46,10, presentada en forma original y enfática.
39,11-16 La mera cercanía de un cadáver contamina: Lv 21,1-11; Nm 19; Eclo 34, 25; cuánto más el número ingente de caídos "en la superficie del campo". Compárese con la visión de los huesos del capítulo 37. El texto hebreo habla de "mausoleo", designación irónica -no como nuestros cementerios de caídos de guerra-. Quedará fuera del territorio de Israel, ocupará un valle entero y cerrará el paso a los transeúntes. Compárese con los enterramientos de Jos 7,26 y 10,27. * = Navalahorda.
39,17-20 Tercer motivo: el banquete de las fieras, según la tradición de 1 Sm 17,44-46; Jr 7,33; Sal 79,2 etc. En rigor debería preceder al segundo; primero la carne de los cadáveres es devorada por animales salvajes, después los huesos son recogidos y enterrados. La idea es irónica: como si el Señor ofreciera un festín cúltico invirtiendo la relación animal / hombre: víctimas culpables para animales salvajes; véanse Is 34; Jr 12,9; Sof 1,7. Además los títulos honoríficos de jefes, Carneros, Novillos, se traducen a un sentido literal burlesco.
39,21-29 Es normal es una escatología terminar con la instauración del nuevo reino, feliz y maravilloso. En su puesto leemos un fragmento que nos traslada a simples promesas de repatriación. El resultado es ambiguo: o la escatología estrecha al final su horizontes, o la restuaración se abre a la escatología. En ambos casos es importante verlas en su relación recíproca. El desarrollo es una historia retrospectiva en dos etapas: destierro y repatriación, ambas justificadas como castigo y reconciliación.
Israel "reconocerá" de veras al Señor como su Dios, y las naciones paganas lo reconocerán como señor de la historia.
39,26 "Cargarán": como en 16,61-63 y 20,43; otros leen "olvidarán", semejante a Is 25,8.
39,28 "Ninguno": véase Is 27,12.
39,29 Con el don del espíritu y la validez definitiva, la escatología se abre a un horizonte sin límites.
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