viernes, 16 de octubre de 2015

ISAÍAS II. CAPÍTULO 55.

Alianza del Señor (2 Sm 7; Sal 89)

551¡Atención, sedientos!, acudid por agua,
también los que no tenéis dinero:
venid, comprad trigo, comed sin pagar,
vino y leche de balde.
2¿Por qué gastáis dinero en lo que no alimenta?,
¿y el salario en lo que no da hartura?
Escuchadme atentos, y comeréis bien,
saborearéis platos sustanciosos.
3Prestad oído, venid a mí, escuchadme y viviréis.
Sellaré con vosotros alianza perpetua,
la promesa que aseguré a David:
4a él le hice mis testigo para los pueblos,
caudillo y soberano de naciones;
5tu llamarás a un pueblo desconocido,
un pueblo que no te conocía correrá hacia ti:
por el Señor, tu Dios;
por el Santo de Israel, que te honra.

La palabra del Señor (Is 40,6-8)

6Buscad al Señor mientras se deje encontrar,
invocadlo mientras esté cerca;
7que el malvado abandone su camino
y el criminal sus planes;
que regrese al Señor, y él tendrá piedad;
a nuestro Dios, que es rico en perdón.
8Mis planes no son vuestros planes,
vuestros caminos no son mis caminos
-oráculo del Señor-.
9Como el cielo está por encima de la tierra,
mis caminos están por encima de los vuestros
y mis planes de vuestros planes.
10Como bajan la lluvia y la nieve del cielo,
y no vuelven allá, sino que empapan la tierra,
la fecundan y la hacen germinar,
para que dé semilla al sembrador
y pan para comer,
11así será mi palabra, que sale de mi boca:
no volverá a mí vacía,
sino que hará mi voluntad
y cumplirá mi encargo.

Epílogo: Salida de Babilonia (Is 48,20-22; 52,11-12)

12Saldréis con alegría, os llevarán seguros:
montes y colinas
romperán a cantar ante vosotros
y aplaudirán los árboles silvestres.
13En vez de espinos, crecerá el ciprés;
en vez de ortigas, el arrayán:
serán el renombre del Señor
y monumento perpetuo, imperecedero.

Explicación.

55,1-3a El heraldo adopta el estilo de un pregonero ambulante (cfr. Prov 1,20; 8,1), que ofrece de balde una mercancía abundante y excelente: agua y pan del primer éxodo, leche de la tierra prometida, vino del banquete, enjundia del sacrificio de comunión (Sal 63,6; 65,12). Y la vida prometida en Dt.

55,3b-5 Coincide con varios temas y expresiones del salmo 89: alianza, perpetua, lealtad y fidelidad, testigo. Es como si en el texto presente el Señor respondiese al problema planteado en dicho salmo. En cambio, 5a procede de otro salmo davídico: 18,44.

55,6-11 Palabra y camino. El heraldo ha pronunciado muchas palabras: tan magníficas que resultan increíbles; además algunas eran tan extrañas. ¿Serán verdad? Sí, porque el Señor que las pronunció las cumplirá. Lo que pasa es que Dios tiene otro estilo o modo de planear y actuar (40,14s).

            El hombre tiene que superar su perspectiva a ras de tierra para remontarse a la perspectiva celeste y comprender el acierto del "camino" de Dios.

            En transposición ética: el pueblo emprenderá pronto el camino de vuelta; pero ese camino pasa por la vuelta al Señor (Éx 19,4). Por el pecado desterrados, por la conversión repatriados.

55,7 "Rico en perdón": Ex 34,9; 1 Re 8, 30.34.36.39.50.

55,10-11 Entre la cercanía (6) y la lejanía (9) de Dios media su palabra, que baja del cielo para realizar y revelar la salvación. Es como la lluvia: bendición primaria, don activo que desata actividad, riego que fecunda y hace engendrar. Su ritmo no es el de la eficiencia, sino el de la fecundidad. La lluvia pone en movimiento un ciclo: alimento hoy, semilla para la cosecha de mañana.

55,12-13 En un epílogo resuenan temas del nuevo éxodo: salida (Is 48,20; 49,9; 52,11s), alegría (35,10; 51,3.11), ser llevados (40,11; 46,3.7), seguridad y paz (48,18; 52,7), himno de la naturaleza (44,23; 49,13), parque (41,19). Todo para su gloria, para su nombre: 41,25; 42,8; 43,7; 48,1.9; 50,10.

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