Isaías escucho a los ángeles que exclamaron:
"¡Santo Santo Santo es el Señor Todopoderoso!" (קָד֛וֹשׁ קָד֖וֹשׁ יְהוָ֣ה צְבָא֑וֹת).
¿Qué significa "Adonay Tzevaot" (el Señor Todopoderoso) en hebreo?
Las últimas dos palabras componen la frase "el Señor Todopoderoso" o como se suele traducir "el Señor de los ejércitos/Señor Tzevaot". La última palabra es "Tzevaot"(צְבָא֑וֹת). La palabra ( צָבָא ) significa "ejercito", y al agregar el sufijo del plural femenino “ot” (ֹוֹת) obtenemos "de los Ejércitos".
El mejor ejemplo para explicar este uso de la palabra ejército es el encuentro de Josué con el mensajero del Señor. Cuando Josué vio al hombre armado le preguntó si apoyaba a los Israelíes o a sus adversarios y la respuesta inmediata fue: "No, sino que soy capitán del Ejercito del Señor, y ahora he venido" ( לֹ֗א כִּ֛י אֲנִ֥י שַׂר־צְבָֽא־יְהוָ֖ה עַתָּ֣ה בָ֑אתִי).
El Dios de Israel ofreció más que una simple ayuda a su pueblo. Él mismo iba a dirigirlos en la batalla. Josué entendió inmediatamente con quien estaba hablando. Josué se postró rostro en tierra y se quitó los zapatos tal como ha hecho Moisés cuando Dios se le revelo en la sarda ardiente.
"¡Santo Santo Santo es el Señor Todopoderoso!" (קָד֛וֹשׁ קָד֖וֹשׁ יְהוָ֣ה צְבָא֑וֹת).
¿Qué significa "Adonay Tzevaot" (el Señor Todopoderoso) en hebreo?
Las últimas dos palabras componen la frase "el Señor Todopoderoso" o como se suele traducir "el Señor de los ejércitos/Señor Tzevaot". La última palabra es "Tzevaot"(צְבָא֑וֹת). La palabra ( צָבָא ) significa "ejercito", y al agregar el sufijo del plural femenino “ot” (ֹוֹת) obtenemos "de los Ejércitos".
El mejor ejemplo para explicar este uso de la palabra ejército es el encuentro de Josué con el mensajero del Señor. Cuando Josué vio al hombre armado le preguntó si apoyaba a los Israelíes o a sus adversarios y la respuesta inmediata fue: "No, sino que soy capitán del Ejercito del Señor, y ahora he venido" ( לֹ֗א כִּ֛י אֲנִ֥י שַׂר־צְבָֽא־יְהוָ֖ה עַתָּ֣ה בָ֑אתִי).
El Dios de Israel ofreció más que una simple ayuda a su pueblo. Él mismo iba a dirigirlos en la batalla. Josué entendió inmediatamente con quien estaba hablando. Josué se postró rostro en tierra y se quitó los zapatos tal como ha hecho Moisés cuando Dios se le revelo en la sarda ardiente.